OVERLORD La evangelista Neia.

TRAICIÓN Y REDENCIÓN

Parte 2/4

Había una gran mueca de desagrado en la cara de Neia Baraja, no podía creerlo, este gran grupo que había formado con mucho esfuerzo, estaba a punto de desaparecer.

Fue la repentina aparición de la capitana Remedios la que había sellado su destino.

Ya sea que le fuera explicado o no la habilidad de Neia, esta persona, la capitana Remedios carecía de la capacidad de análisis que una persona común tendría.

Mas ahora que se había convertido en un mero títere a las órdenes de Caspond, no se molestaba en comprender lo que pasaba en su entorno.

Aun segada por su lealtad a la anterior Reina, Santa, Calca Bessarez, la decisión que Remedios había tomado era absoluta.

HORAS ANTES.

-“¡así es capitana Remedios, puedo ver a través de las ilusiones!”- Neia

-“……….. No te creo… ¿tienes pruebas?”- Remedios

-“por supuesto, pero tendrá que esperar un tiempo antes de que pueda mostrarle… a ese sujeto…”- Neia

La primera cosa que Neia debía hacer era asegurar el área designada como “prisión” dentro de lo más profundo de la Mansión que utilizaba como centro de mando.

La fuerza del sujeto en cuestión era muy elevada y Neia tenía a los miembros más capaces controlando al prisionero para evitar que escapase.

Una tarea difícil, pero que habían podido llevar a cabo gracias a la excelente organización del grupo, para asegurarse que no causara problemas, Neia tendría que pedirle a los guardias que  debilitaran en gran medida la fuerza del cautivo.

Mientras ella pensaba en lo horrible que eran sus acciones, no tenia duda de que era lo mejor que podía hacer en ese momento, a sabiendas de que podría ser útil en un futuro, el consejo de Moron de conservarlo con vida, había sido para Neia el más apropiado para esta situación y aun vacilante dio la orden de mantenerlo como un prisionero.

El tiempo pasaba y llevar a Remedios Custodios a la ubicación del demonio seria una acción arriesgada, pero ella esperaba que pudiera convencerla de que el grupo de ayuda sería pieza clave para el nuevo gobierno, además buscaba que el grupo de ayuda fuera reconocido oficialmente por Caspond.

En el momento que Neia estaba frente a los guardias, estos ya habían comenzado con su tarea.

Gritos de agonía salían del interior, de lo más profundo de la prisión, esos lamentos provenían de una joven chica, una aldeana, la figura delgada y maltratada de la mujer hacia que Neia sintiera repulsión.

Pero no era por el estado en que se encontraba, ni porque sus compañeros seguían insistentemente golpeando a la joven con hechizos mágicos.

Ataques como [Bola de fuego] quemaban el cuerpo atado del prisionero, sin embargo no importaba cuánto daño le causaran, este no moría.

-“…ah…ah… Monstruo, ¿cómo puede soportar tanto daño?”- Guardia 1

-“…resiste… solo un poco mas amigo… ya casi agotamos nuestra magia… solo un poco…” – G2

-“¡No se queden ahí! Sigan disparando…”- G3

-“…la Predicadora esta aquí… ¡muestren lo que valen!”-G4

Al ver a Neia los magos siguieron lanzando sus hechizos, pero el demonio seguía con vida.

Mientras se retorcía del dolor e incapaz de moverse el prisionero seguía lamentándose, pidiendo clemencia y llorando como lo haría una mujer de su edad en una situación similar.