OVERLORD La evangelista Neia.

PELEA DE LA SANGRE CORRUPTA

Esta vez el ejercito Draconico tendría la oportunidad de atacar, después de que sus tierras fueran invadidas, millones de personas habían muerto, era una situación lamentable para el gran reino que alguna vez había sido.

Todo se debía a la súbita aparición de un reino, el cual era gobernado por un ser no-muerto una entidad tan poderosa que su sola mención causaba el temor entre los seres vivos, el ser supremo conocido como Ainz Ooal Gown.

Los ejércitos se movilizaron para resguardar sus fronteras pero no eran los únicos, la invasión al reino santo había dejado en claro lo frágil que eran en realidad los seres humanos, y bajo un nuevo estandarte, una nueva fuerza nació.

Cada ser reunido tenia la misma intención de Jaldabaoth, arrasar con la humanidad. Al menos eso era lo que los hombres bestias creían, cuando fueron reclutados bajo el ejército de un Troll gobernante todo lo que tenían que hacer era seguír sus instrucciones y su especie seria salvada, pero estos seres no eran listos tanto los Troll y hombres bestias eran manipulados por una entidad desconocida, oculta entre las sombras.

Pero la batalla estaba a punto de comenzar.

“Señor estamos listos para sus ordenes”

La voz confiada de Salvador uno de los hombres de confianza de Crystal Tear informaba a su capitán mientras esperaba sus ordenes dando un respetuoso saludo militar.

Y Arian pensó:

(“… ¿Dónde he visto ese saludo antes?”)

Cuando de pronto volvió en si para recalcar su posición en la batalla.

“…no pienso entorpecer su trabajo capitán dono, si pudiera llevar a sus hombres después de que haga un barrido de la zona, sería lo mejor.

Después de todo no queremos bajas de nuestra parte”

Una respuesta clara y sin pizca de arrogancia vino del capitán.

“eso pensaba hacer…Arian dono esperaremos a que nos de la señal para poder entrar a la batalla, contamos con usted para el trabajo”

Pero Arian solo le dio la espalda.

“… entonces Salvador indica a todos estas órdenes…”

El campo estaba cubierto de un tenue blanco, era neblina helada que Arian había estado produciendo momentos antes.

“bien si no el enemigo no va hacia el Dragón, El Dragón ira hacia ellos”

Y con el batir de sus alas Arian se elevo hacia el cielo.

Fueron cinco ocasiones en que descendió y cada vez que lo hacía dejaba salir un Aliento congelante, que destruía por completo las filas enemigas, aun cuando estos hombres bestias querían atacar a el dragón sus pequeñas lanzas y piedras no eran rival para un tanque de batalla como ese.

No eran un ejército como tal eran solo un grupo de grandes dimensiones, sin el conocimiento necesario para el asedio, sin las estrategias de combate, solo fuerza bruta.

Sus gobernantes los troll, eran estúpidos que los habían sometido por la fuerza. Y queriendo imitar lo que habían hecho los demi humanos en las montanas de avelion llevaron a un montón de hombres bestia a atacar el reino draconico, habían llegado hasta aquí con solo eso.

Pero todo estaba por terminar.

Arian descendió una vez más pero esta vez permaneció en tierra firme.

Los hombres bestias no lo atacaron.

Eso era porque tenían miedo, tenían miedo y a su vez no podían moverse de su sitio debido al grito de guerra a lo lejos.