✪ Capítulo 2 ✪

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|Montaña Paoz|

Luego de haber aceptado la misión que les puso Piccoro. Gokú inmediatamente se marchó a su casa.
Al llegar lo primero que oyó fue la dulce voz de su esposa, Milk Ox.
Quien estaba junto a su mayor orgullo, su hijo Gohan. Estaba acompañandolo mientras coloreada en su libro de dibujos.
Ninguno de los dos se había percatado de la presencia del pelinegro. Por cual él decidió acercarse sigilosamente para no desconcentrarlos. Al posarse detrás de Milk la abrazó por la cintura.
La bella mujer inevitablemente soltó un gritito del susto por lo repentino del abrazo y por la sorpresa de ver a su esposo ahí.

Gohan cayó de la silla en donde estaba, tras el espanto que se dio a causa del grito de su madre. Ambos adultos se asustaron tras el golpe pero luego rieron al verlo reír al él también.

Ambos padres ayudaron a levantar a su hijo, Milk abrazó a su esposo y luego Gohan también se les unió.

—Perdón por el susto— Gokú se disculpó con ambos. —Milk, debo decirte algo sobre el trabajo—

—De acuerdo— respondió ella. —Pero primero ayudemos a Gohan con su hermoso dibujo—

—Está bien, veamos como vas, hijo—

—Mira papá, estoy pintando un efelante— dijo él pequeño peli negro orgulloso y concentrado en lo que hacía.

Los dos adultos rieron.

—Elefante, mi amor— corrigió Milk abrazada de Goku.

—¡Eso! Elefante— Gohan sonrió y siguió coloreando.


Una Hora Después


—Listo, ya está durmiendo— avisó Milk después de dejar a su pequeño retoño durmiendo. —Gokú ¿Qué es lo que me querías decir?—

—Vamos a la habitación—

Su esposa accedió e ingresaron al cuarto, se sentaron en la cama matrimonial y Gokú comenzó a hablar.

—Bueno Milk, te lo diré de una. Piccoro me asignó como infiltrado. Bueno, tú sabes a lo que conlleva eso. Pero no te preocupes que no estaré solo, tengo un compañero—

—¿Es Nail, Pai Ku Han? ¿Uno de ellos? Dime que es uno de ellos— Milk ya está preocupada.

—No, cariño ¿Recuerdas que te dije que había llegado un chico nuevo? Él transferido—

—Sí, lo recuerdo—

—Pues es él, es un chico bueno—

—Está bien, si tu lo dices... Sigue contándome— pidió.

Gokú comenzó a contarle todo a Milk, quien le ponía suma atención a sus palabras. Iba todo bien hasta que llegó a la parte en que no se verían por un tiempo indefinido.

—¡De ninguna manera, Gokú!—

—Es que, debo hacerlo, Milk, sé que no quieres pero...— antes de que pueda terminar su oración ella lo abrazó.

—¿Sabes qué? Mejor no sigas, comprendo que es tu trabajo, yo solo quiero que nada malo te ocurra—

Goku sonrió y se acercó a su oído. —Tengo a la mejor esposa del mundo—

Se abrazaron, después de unos segundos el estómago de Gokú, comenzó a "rugir".

—Al parecer ya me dio hambre— dijo Gokú con la mano tras la nuca y sonriendo inocentemente.

—Te prepararé algo de comer—

—Te acompaño—

Dicho esto ambos salieron de la habitación para dirigise a la cocina.

Milk, como siempre le hizo algo delicioso a su esposo, comieron, charlaron y rieron.

Al ser ya muy tarde se retiraron de la mesa para ir a cepillar su dientes, colocar sus pijamas e ir a la cama.

Aunque esa noche no dormirían temprano, definitivamente, pues, se quedaron haciendo... Otras cosas.


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