• IV •

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— Príncipe SeokJin. - Dijeron ambas chicas a la vez. Se giró y vió como ambas se mataban con la mirada pero al final avanzaron tomadas de la mano hacía él.

— ¿Que necesitan?. - Ahí están de nuevo ambas.
La princesa Yerin, considerada una de las princesas más lindas, y lo admitía; era linda. Después teníamos a la princesa Xiē Níng, su fortuna era grande al igual que su corazón y bondad, pero nada más.

— Queremos invitarlo a la gran cena. - Dijo Yerin mirando a Xiē Níng, la cual asintió con la cabeza emocionada. Miró a ambas sin emoción, ambas lo notaron así que hicieron un puchero.

— Habrá chocolate. - Dijo con una sonrisa Xiē Níng. SeokJin entre-abrió la boca, Yerin notó eso y sonrió.

— Muchas golosinas y comida deliciosa. - Dijo por último Yerin. SeokJin se levantó de aquella silla y caminó hacía ellas.

— Asistiré. - Soltó y ambas saltaron un poco de la emoción. Se acercaron a él y dejaron un pequeño beso en ambas mejillas del príncipe.

— Lo esperaremos ansiosas. - Dijeron ambas a la vez, haciendo una reverencia antes de salir corriendo con aquellos tacones que hacían eco en la habitación junto con la respiración tranquila y el sonido del aire entrando por la pequeña ventana.

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— ¡JiMin!. - Gritó molesto SeokJin, el nombrado apareció con un cesto de ropa entre manos y miro al príncipe enfrente suyo. — ¿Dónde está mi-

El cesto de ropa cayó al suelo, el chico sacó de su bolsillo un pequeño moño y se acercó a colocarlo en la corbata del joven, el cual sólo suspiró aliviado y miró hacia el techo.

— Muy bien, retirate. - Dijo SeokJin dándose vuelta, JiMin asintió y cogió de nuevo el cesto, saliendo corriendo de aquel lugar.

Su relación con JiMin era normal, él sólo lo ayudaba con lo que pedía y lo hacía sin decir nada, se le veía cómodo.

Se sentó en la silla en la que había estado la noche pasada, hoy era la dichosa cena pero antes de eso tenía que asistir a su reunión con los chicos que quisieran entrar a ofrecer sus servicios laborales. Necesitaba un acompañante que hiciera lo que pidiera fuera del palacio.

Dió un suspiro y se levantó, acomodó su ropa por última vez antes de salir de su habitación y caminando por los pasillos escucho la voz de JiMin.

La voz de JiMin se escuchaba gentil pero con un tono dominante, indicaba a las chicas nuevas que hacer:
cómo lavar la ropa, las sabanas, quién iba a limpiar los pasillos, la cocina y las habitaciones. Rió al escuchar a JiMin decir que "nadie puede entrar a la habitación del príncipe."

Dejó de escuchar todo aquello al comenzar a bajar las escaleras, no tenía prisa y lo que más buscaba en un ayudante era la paciencia.

Apenas piso el último peldaño escuchó un "Me largo", miró a aquel chico que al darse cuenta de su presencia salió corriendo, su amigo frunció el entrecejo, y negó con la cabeza.

Rió de nuevo, llamando la atención de los 4 chicos presentes; quienes se levantaron e hicieron una reverencia.
Carraspeo la garganta y miro a cada uno de ellos con una mirada desafiante, obtuvo las mismas reacciones de siempre en los dos primeros chicos, miedo y ganas de llorar.

—Lloricas.-pensó.

Miró fijamente al tercer chico quien comenzó a ponerse nervioso, lo sabía. Su mirada se posó en el último chico y esté sólo le sonrió.
Sus ojos se abrieron como platos, jamás pensaba obtener una respuesta así.

— Ustedes dos. - Dijo señalando a los dos últimos, los cuales lo miraron serio. Sonrió y ganó una mirada confundida de los cuatro. — Pasan, los dos primeros, pueden retirarse.

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Servidor. / KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora