• VIII •

765 139 2
                                    

Frío.

Eso es lo que siento, mi cuerpo entero tiembla y no puedo moverlo por cuenta propia, la desesperación toma control sobre mí junto al enojo de ver aquella escena... pero pronto eso desaparece por la preocupación de sentir el cuerpo de Yerim entre mis brazos.

Mis ojos se abren con lentitud, escuecen. Veo la luna encima nuestro y siento que el aire en mis pulmones falta a cada segundo que pasa... no puedo quedarme sin hacer nada teniendo un cuerpo pequeño y frágil entre mis brazos.
Lucho contra el miedo, no es la primera vez que lo hago, lucho contra el agua que me impide salir y respirar. Mi mano siente el aire frío y levantó a Yerim haciendo que su rostro salga a la superficie, pero no se mueve.

  —¿Princesa Yerim?.- Pregunta una voz desconocida. —  Oh dios, por favor ayudenla. 

La voz se aleja, aprovecho ese momento para salir a la superficie y abrazar a Yerim contra mi cuerpo,
comienzo a nadar hacía la orilla de aquel pequeño río y una vez ahí, pongo cuidadosamente a la princesa en el suelo.
Escuchó los pasos rápidos acercándose y salgo del agua, volviendo a cargar a la princesa a pesar de sentir mis brazos fríos y apunto de fallar.

Corriendo, con una princesa en brazos empapada, inconsciente y con pasos siguiéndome. No me atrevo a girar, suelto un suspiro de cansancio y mirando a lo lejos un establo.

  — -—-—-—-—-—-—-—-—-—-—-— -—-—-—-—-—

  —  Gracias, JungKook. - Dice la princesa Yerim con las mejillas coloradas por el frió y la vergüenza.

Sí, tuve que darle respiración boca a boca, claro que eso no le molesto o desagrado, pero aquello era muy peligroso más estando el publico.

  —  No agradezca princesa, más bien, discúlpeme usted, pudo haber pasado algo peor que un desmayo.

  —  No podía permitir que cayeras, aunque siendo tan débil no pude hacer mucho.

  —  Hizo mucho princesa.- Dije con rapidez, la princesa soltó una pequeña risa.

  — Dejemos esto.

JungKook asintió sonrojado, la princesa suspiró y lo miró seria.

  —  ¿Eres aquel chico? Su amigo de la infancia.

  —  ¿Cómo sabe eso?.- Pregunté sorprendido, pero me fue inevitable contener una sonrisa.

  —  Me ha hablado de él... Bueno, de ti. Eres igual a cómo te describió, por eso lo supe en cuanto te vi. Pero hay algo que me intriga, ¿Ya te reconoció?

  —  No... No me recuerda, no sé que sucede.

Yerim asintió con el entrecejo fruncido, nos miramos por unos cuantos minutos hasta escuchar a SeokJin acercándose.
Yerim se lanzó encima de mí cubriendo mi boca. La puerta se abrió de golpe, escuché las maldiciones de aquella voz que tanto me gusta.

  —  Maldito JungKook, ¿Dónde fue? Aún peor, con una chica. Ah, que vergüenza... Yuta me besó, cuantos problemas en unos minutos, joder. - Hablaba tan rápido que costaba entender lo que decía, más aún cuando comenzó a patear los establos vacíos.

  —  Si que está enojado, eh. - Susurra Yerim, a pesar de no verla, puedo apostar que está sonriendo y aguantando la risa al sentir los temblores de su cuerpo contra el mío.

Espere paciente con Yerim, SeokJin no dejaba de patear y decir vulgaridades contra mí persona.
Pero por más que quisiera reír no podía, no con esa escena en mí cabeza...

Todo pensamiento salió de mí al oír un quejido de Yerim y su cabello rosando mi rostro, sus manos se aferraron a mis brazos con fuerza. SeokJin estaba encima de ambos, el aire se me fue al instante y no por miedo a ser descubierto, sino que estoy siendo aplastado por dos personas; una mas pesada que la otra.

  —  SeokJin, levántate por favor.

  —  ¿Qué diablos?

El peso se fue enseguida y respiré con dificultad ebñ inevitablemente pequeños quejidos salieron de mis labios, aunque por el rostro de esos dos; soné de una forma muy obscena, Yerim negó con la cabeza y SeokJin se puso rojo... De forma mala.

Sentí una patada  en mi entrepierna, mi rostro se deformo y un mueca apareció en mis labios, mis manos viajaron automáticamente a esa zona y me hice bolita, soltando unas cuantas lágrimas.
El chillido de SeokJin poco después me hizo abrir los ojos y mirar hacia arriba, Yerim cogía su oreja y SeokJin trataba de alejarse de ella, reí ante eso.

  — Yeri, suelta, suelta.- Dijo con voz aguda.

  —  No, ¿Que te pasa?

  —  ¿Qué me pasa, de qué?.

  —  ¿Por qué apareces y lo golpeas?

  —  Espera, espera, ¿Qué hacías tú con él debajo del heno?

Ambos me miraron, yo sólo suspiré y me levanté con dificultad. La mirada de SeokJin estaba cargada de enfado y arrepentimiento, la de Yeri confianza y felicidad. Miré a SeokJin con expresión seria y hablé.

  —  Lo siento príncipe, pero no es de su incumbencia.

Yerim sonrió.

Yo sentí otra patada en mi entrepierna; aunque menos dolorosa ya que Yerim jalo a SeokJin hacía atrás, haciéndolo caer.

  —  ¡Deje de patearme!

  —  Tú deja de ser tan irrespetuoso,¡Todo lo que hagas me incumbe e importa!

  

Lo mire sorprendido al igual que Yerim, su rostro se sonrojo enseguida y apartó la mirada, levantándose con rapidez.

  —  Nos vamos ya.

Servidor. / KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora