• XXII • (Maratón 1/4)

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Un suspiro salió, miré el techo interesado, escuché como SeokJin soltaba maldiciones al mal sabor del medicamento, y un quejido al levantarse de la cama, aún así no entre y solo me dediqué a escuchar.  Su voz me hizo girarme enseguida.

  —  JungKook, ¿Puedes retirarte?.— enseguida la puerta se abrió y apareció SeokJin con rostro calmado, su mirada era penetrante en esos momentos, pero aun así, negué con la cabeza, frunció el entrecejo.

  — No, no puedo.— expliqué, se cruzó de brazos.— Peleé con Yeri para que me dejara venir a cuidarte, ahora no me iré, te cuidare.— le sonreí.

  — Pe-pero... Es una orden, JungKook.—dijo en voz baja, sonreí aun más, se puso nervioso, hace mucho que cuando pedía algo no lo hacía con el tono de orden.—Así que...

  — Está bien.— me miró y sonrió levemente. — Pero... quiero algo a cambio.

Me miró con rostro ofendido, su boca que hace unos momentos se encontraba abierta por la sorpresa, se cerró junto a un sonoro bufido, estiró su dedo indice y me pico el pecho con esto, acercándose a mi rostro con ahora el entrecejo fruncido, sonreí levemente y le devolví la mirada, teniendo el hecho de que era más bajo que yo, era realmente tierno verlo enfadado y con esa pose amenazadora.

  — ¿Algo a cambio?.— comenzó,  su mirada paso a mis labios por unos segundos. — ¿Quién te has creído?.—dijo, mirándome de nuevo directamente a los ojos, sentí su dedo hacer círculos en mi pecho, solté una pequeña risa, tome su muñeca y lo jalé con delicadeza para no lastimarlo, tomándolo de la cintura, pegué nuestros rostros que al mínimo movimiento o palabra nuestros labios se rozarían.

  — No lo sé... — solté levemente.—   No es que me crea, si no que lo soy...— noté su sonrisa contenida, encarné una ceja.— Soy dueño de tu cuerpo... — la sonrisa paso a ser una formada ''o'' en sus labios y sus ojos abiertos en sorpresa, baje mi mano a su trasero y lo presione, soltó un jadeo y su rostro se sonrojó.— Y también de tu corazón... Piu.—solté aquel sonidito, antes de dejar un pequeño beso en sus labios, me miró con el labio entre los dientes, sonrió y apoyo su cabeza en mi hombro, solté su muñeca solo para rodearlo con mis brazos.

Duramos vario tiempo abrazados, enterré mi rostro en su cabello, oliendo su dulce aroma, cerré mis ojos relajándome. Di una ultima exhalación antes de decir en voz baja.

  — Sabes que te quiero, ¿Cierto?.—la cabeza de SeokJin se movió lentamente de arriba a abajo.— Y que siempre estaré a tu lado.— ahora fue su linda voz la que ahora respondió. Suspiré levemente, Jin hizo lo mismo poco después, volví a enterrar mi nariz en su cabello, pero este movió levemente la cabeza ocasionandome cosquillas, me reí y me aparté levemente, lo miré y vi la sonrisa burlona en sus labios. —¡Hey! 

  — ¿Qué?— preguntó con falsa inocencia, negué con la cabeza y lo señalé, me acerqué a él mientras retrocedía lentamente, de repente entro a la habitación con intenciones de encerrarse dentro, pero lo detuve. Un grito agudo se escuchó al verme entrar.

  — No puedo vengarme en estos momentos pero tengo otras formas, SeokJin.— me miró, sonrió de nuevo con inocencia, aunque se le notaba la curiosidad y la burla. — Ven aquí.

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  — Ya estoy aquí Sehun, ¿Para que me necesitas?.— preguntó  el chico, realmente sin interés, miraba los alrededores con sueño, los pasos de Sehun llamaron su atención y lo miró.— Después de tanto tiempo, me necesitas de repente.

  — No es algo que me beneficie solo a mí, ¿sabes?.— chasqueo  la lengua con el entrecejo fruncido, se cruzo de brazos y le devolvió la mirada.— Se trata de Kim SeokJin.

En seguida la mirada del bajo brillo, una sonrisa se formo en sus labios, con curiosidad soltó un fuerte y claro ''Continua.''

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  — Jeon JungKook y Kim SeokJin, regresen aquí.— gritó Yeri, JungKook corría con SeokJin en brazos, quién solo descansaba tranquilo en brazos de este, como si nada estuviera pasando, si bien Yeri no quería que SeokJin no se enterara de algo que ya sabía, no tenían porque decírselo en ese momento, lo mejor que podían hacer es correr (en este caso solo JungKook) y salvar sus vidas de una enfadada Yeri, la cual estaba lista para darles el sermón, y que mientras estuvieran en su castillo no podían hacer cosas indebidas, al menos no de día.

  — Yeri, ya te lo dijimos, no estábamos haciendo nada malo, solo estaba abrazando a JungKook.— dijo tranquilo SeokJin.

  — Eso no es lo que vieron mis ojos, y soy muy buena observando, ustedes dos tenían otra cosa en mente.— lo señalo aun corriendo, aunque ya se estaba quedando sin aire, corrieron en círculos por todo el piso, pero ni JungKook se dejaría atrapar ni ella los dejaría salirse con las suyas.

— Estas loca.— soltó enseguida SeokJin, mirándola por encima del hombro de JungKook, quien solo comenzó a reírse, Yeri soltó aire ofendida.—Loca, loca, loca.—canto SeokJin a todo pulmón, se notaba el sentimiento en su canto, a pesar de que no era letra que lo necesitara.

Las carcajadas de JungKook, junto el canto y el sonido de los tacones de Yeri se escuchaban por todo el piso, las sirvientas reían al verlos pasar, haciéndose a un lado cuando escuchaban la linda voz del príncipe cerca para dejarlos continuar con su juego, eran jóvenes, tenían mucha energía, solo bastaba que la princesa se quitara los molestos tacones para que los chicos temieran de verdad.

Y eso fue exactamente lo que sucedió, de repente perdieron de vista a Yeri, victoriosos gritaron emocionados y se dieron un lindo beso, no fue hasta que escucharon una respiración agitada detrás de ellos, giraron y se encontraron con Yeri, tenía los tacones en mano y el cabello recogido, la chica sonrió dulcemente, aunque su entrecejo fruncido le daba una apariencia aterradora, SeokJin abrazó a JungKook por el cuello antes de que esté comenzara a correr.

 —   Loca... Digo, Yeri.— seokjin negó con la cabeza, sonrió forzado.— Espera, nos escuchaste, ¿Cierto?. No hicimos nada malo, no hay razón de seguir con esto.— rió de forma nerviosa, miró a JungKook de reojo, este asintió aunque el sudor ahora adueñaba levemente su rostro.

No se supo que sucedió con ambos chicos después de que la chica los alcanzará y salieran prácticamente volando y después los regañara como una madre cansada de la parejita adolescente hormonal, aunque sinceramente estaba exagerando. El mayor tenía el rostro rojo mientras el menor la miraba confundido, uno pensando en una conversación anterior y otro confundido por cuantas veces habían corrido por todo el lugar.

  — Y es por eso que no deberían seguir haciendo ese tipo de cosas indebidas.— dijo, cruzándose de brazos, SeokJin levanto la mano, dispuesto a hablar.

 — ¿Ya está lista la comida?.— yeri lo miró fijamente, suspiro. Asintiendo después. 

 — Olvidaba que regañarte es como enseñarle a un perro a hablar, SeokJin. 

 — Una cosa es que a ti no te haga caso.— dijo entre tocidos JungKook, SeokJin río.

Y así fue como el día siguió, con más peleas y risas, claro que ninguno olvido en ningun momento la situación en la que estaban, pero nunca les venía mal descanso y el despejarse de los problemas que tenían en esos momentos, en especial para SeokJin.

Servidor. / KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora