• XXIII • (Maratón 2/4)

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  — ¿Y bien?. — seokjin miró a Yeri confundido, la chica negó con la cabeza. — ¿Qué te dijo JungKook?.

   — Nada que te interese. — respondió tranquilo, cruzando sus piernas y mirando por la ventana. — Es algo privado.

— No es nada privado, cuéntamelo. — se la notaba nerviosa, y aquello lo sintió SeokJin, quién solo suspiró y la miró de reojo.

   — No te contaré nada Yerim, basta ya. — la chica lo miró sorprendida, y para nada feliz. — No me mires así, sabes que eso no funciona conmigo.

   — Te contó sobre tus padres, ¿no?. — susurró, SeokJin se mordió el labio inferior, Yeri miró sus uñas antes de hablar. — Sabes, no quería que te enteraras, pero supongo que ya no importa, de todas formas ustedes dos me dejan de lado cuando estoy tratando de ayudarlos.

SeokJin la miró e hizo una mueca, revolvió el cabello de Yeri ganándose un suspiro, la chica se dejo hacer antes de que SeokJin la tomara del mentón con delicadeza y volteara su rostro hacia el, la chica solo pudo ver sus facciones relajadas, la tristeza en ella desapareció al verle sonreír.

   — No digas eso, solo no te queremos involucrar en esto, Yeri. — la miró directamente a los ojos, la chica escuchó atenta. — Eres mi amiga, no soportaría la idea de que algo de sucediera, ¿Ves como estoy en estos momentos?. No quiero que te pase algo igual o peor solo por estar involucrada.

Yeri solo asintió, SeokJin le dedico una ultima sonrisa antes de dejarle un pequeño beso en la frente,  en la puerta de la habitación se encontraba JungKook observando la escena con una sonrisa, a pesar de que SeokJin amaba molestar a Yeri, la quería mucho, se notaba en su mirada al verla, y que cuando la menor hacía algo infantil, este aguantaba la risa. Con el tiempo JungKook se comenzó a dar cuenta de como SeokJin se comportaba, pero aun así sentía que no sabía tanto como le gustaría, que SeokJin se sentía aun como un desconocido para el después de tanto tiempo.

Aún así no iba a dejar que aquel sentimiento le recorriera, con verle sonreír era más que suficiente para el por ahora, no importaba lo que tuviera que hacer para mantenerle a salvo, incluso cuando el miedo se apoderaba de él y la opresión en su pecho se hacía cada vez más pesada, sus únicos pensamientos era que aquel chico fuera feliz y no viviera con miedo.

Miró por ultima vez como ambos miraban con tranquilidad por la ventana antes de comenzar a andar, sus pasos eran lentos pero firmes, le agradaba que SeokJin le contara sobre lo ocurrido con Sehun, pero el enfado dentro de él era demasiado, ese hijo de puta se había atrevido a aparecer de esa forma, y atacar a SeokJin de esa forma, lo peor es que no estuvo ahí para hacer algo.

Sus puños estaban apretados y sus nudillos blancos por la fuerza, suspiró tratando de tranquilizarse, fue hasta que unos pasos se escucharon por el pasillo, miro hacia la dirección de estos, encontrándose con la chica  llamada Jiwoo, que al parecer que había convertido en amiga de SeokJin, aunque noto algo extraño en sus facciones lo ignoro por completo, la chica caminaba con dificultad llevando una bandeja con aperitivos, y lo que más le llamó la atención.

Dulces.

Los dulces favoritos de SeokJin iban en montones en un pequeño cuenco transparente, la miró fijamente y ella le regresó la mirada, pero esta era de sorpresa y confusión.

   — ¿Sucede algo joven JungKook? ¿Necesita algo?. — preguntó, el chico asintió.

   — ¿Esos dulces para quien son?. —señaló los dulces con su dedo, ella solo sonrió.

   — Son para el príncipe SeokJin, me di cuenta que le gustan más que los demás así que... ¿Porqué? ¿Hice mal?. — al preguntar aquello ultimo su voz sonaba preocupada, negó con la cabeza y sonrió levemente, le alegraba que solo con verlo hubiera sabido que dulces le gustaban. — Ah... que alivio, bueno, si no necesita nada más, me retiro.

La vio alejarse, fue hasta que se perdió al dar la vuelta en el pasillo, solo así JungKook siguió su camino.

._._._._._._._.

   — ¿Estás de broma?. — soltó el chico, Sehun rió y negó con la cabeza.

   — Que no te cueste creer. — dijo, levantándose de la silla, camino hasta la ventana. — ¿O qué? ¿Se te hace difícil creer que alguien logro lo que tú no?. — soltó aquello con tanta burla que se ganó una mirada furioso del contrario. — Hey, no te enfades.

   — Pues cierra la maldita boca, Sehun. Eres igual de cabrón que antes, o incluso peor. — se dejó caer en el sofá alado suyo, suspiró y habló de nuevo. — Bien, haré lo que me pediste, solo porque no tengo nada que hacer desde de que destruiste mi reino. — cerró los ojos y negó con la cabeza. —    También podría aprovechar para visitar a mi querido y amado Príncipe diamante.

  — Que no se te olvide a lo que vas.— interrumpió, se giró y lo miró.— Su amigo es lo de menos, lo que importa es SeokJin.  

  — Vale, vale.— dijo levantando las manos en son de paz.— No te enojes, te saldrán canas y arrugas antes.— dijo esto antes de levantarse y dirigirse a la puerta.— Pero no haré todo yo solo, ¿De acuerdo?.— le guiñó un ojo antes de salir de la habitación, dejando al mayor de ambos solo. Este solo suspiró y una sonrisa apareció en sus labios.

  — Kim SeokJin, ¿Como te sentirás en estos momentos?.— susurró regresando la mirada a la ventana, una brisa llegó golpeando su rostro.— Espero que tu temperamento te apoye en estos momentos, junto a ese chico entrometido.

Servidor. / KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora