• XII •

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  — ¿Desea otra rebanada?.

  — Claro.

Después de aquello, las cosas transcurrieron normales, una pregunta y una respuesta, unas sonrisas y una merienda.

JungKook preparó junto a SeokJin un pastel, ambos estaban tan satisfechos con el resultado que les dio pena comerlo, pero al probar un poco de este todo rastro del sentimiento desapareció y el hambre en sus barrigas se hizo presente.
JungKook preparó la mesa en la terraza favorita del chico y llevó el pastel mientras SeokJin llevó la tetera y dos tazas.

Llevaban ya varios minutos observando la vista, el cielo comenzaba a teñirse de un lindo anaranjado y las nubes iban desapareciendo.
JungKook miraba el reojo a SeokJin, quién ya sabía de sobra lo que hacía el otro chico, pero no le molestaba.

  — La vista es muy linda, ¿Cierto?.

  — Sí... En especial tus pestañas, sigues pestañeando mucho... - Dijo con una sonrisa.

SeokJin lo miró sorprendido, un rosado adorno apareció en sus mejillas mientras que un rojizo lo hizo con sus orejas. JungKook salió de su trance y se levantó.

  — Lo siento, estoy abusando de su confianza, me retiraré.

  — Si me dejas aquí solo, no te volveré a hablar.

JungKook lo miró atónito.

  — ¿Disculpe?.

  — Que te sientes y mires la vista conmigo.

JungKook asintió con una sonrisa. Cuandi se sentó de nuevo escucho la silla a su lado ser arrastrada y un peso sobre su hombro. Se tensó enseguida, pero al escuchar un suave y tranquilo canto soltó un suspiro y dejó caer su cabeza sobre la de SeokJin, quién rió antes de continuar con su canto.

  — Por cierto, SeokJin.

  — ¿Qué sucede?.

  — ¿Porqué el chico te atacó?.

  — El curandero del pueblo no quiere atender a su madre.

  — ¿Y por eso vino a reclamar?.

  — Sí, quiere que haga algo, pero no puedo hacerlo. La gente se enojaría si hiciera algo contra ese hombre que a salvado miles de vidas al borde de la muerte, quién le ha dado paletas a los niños con raspaduras...

  — Pero... ¿Debe dinero?.

  — Sí, el curandero no quiere atender a su madre ya que es injusto que ella reciba tratamientos y cuidados gratis mientras los demás pagan con tal de salvar a sus familiares.

  — Ya veo...

  — Aún así, sé que ambos están en una situación difícil, pero yo ya no puedo entrometerme.

JungKook guardo silencio, SeokJin debía estar agotado por soportar las quejas de aquel chico, del cual, por pura casualidad, escucho que sería ejecutado.

  — ¿Asistirá a la ejecución?.

  — Sí.

Al escuchar la respuesta adormilada de SeokJin sonrió y comenzó a darle besos en la cabeza, cosa que hizo reír al contrario de nuevo, quién no se apartó.

  — Oye... - Dijo JungKook.

  — ¿Mhm?. - Dijo dejando sus párpados caer.

  — Me gustaría ir a pasear por los alrededores.

  — Puedes ir.

  — ¿Contigo?.

SeokJin se alejó enseguida y lo miro serio. JungKook tembló al ver la mirada fija del contrario, quién parpadeo lentamente y luego miro hacia la brillante luna.

Servidor. / KookJinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora