Cap. 4

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[Newt].

Estaba saliendo de la sala reuniones con Alby cuando divisé a lo lejos a la novata, estaba bajo un árbol durmiendo, se veía algo tierna así, acurrucada en sus propios brazos y en paz.

Derrepente, una voz me sacó de mis pensamientos.

—¡Vaya que estás enamorado Newt!—Exclamó Minho.

—Cierra la boca—Le dije evitando contacto visual.

—Por favor Newt, no te enojes—Golpeó mi hombro—Solo son bromas.

—Ajá—Murmuré no muy convencido y apresuré el paso hacia los huertos.

[ _____ ]

Estaba algo cansada por lo que decidí recostarme bajo un árbol, cerré lentamente mis ojos hasta que dormí.

No soñé nada. Todo estaba oscuro. Pero una palabra no dejaba de dar vueltas en mi cabeza. Más bien... un nombre; _______.

—¡Novata!—Sentí el gritó Newt mientras me sacudía.

Vaya, que sutíl, pensé.

Desperté de golpe y sentí como me miraba con una sonrisa.

—Has dormido mucho, ¿No crees?—Rió.

Tardé un poco en asimilar lo sucedido. ¿Por qué carajos ______?

Entonces fue cuando me dí cuenta. No era mera coincidencia.

—¡_______!—Grité, Newt me miraba confundido— ¡______! ¡Ya recordé mi nombre!—Dije exclamando la felicidad que sentía, Newt pareció entenderlo y me abrazó.

—Bienvenida entonces, _____—Dijo luego de separarnos.

Nos fuimos de regreso, ya que era hora de cenar, todo transcurrió con normalidad, bromas, risas y charlas.

Iba de regreso a dormir hacia mi cabaña—ya construida gracias a los constructores—cuando divisé a Newt, me iba a acercar a hablarle pero desvio su caminar hacia el bosque. ¿Sería algo malo espiarlo?. Comencé a seguirlo y noté que se sentó detrás de un árbol, el mismo donde dormí hoy. Se quedó un momento sin hacer ruido cuando noté un sollozo.

—¿Por qué?—Habló entre lágrimas—No sirvo para esto ¡No sirvo! ¡Soy una mierda inservible!—Gritó, con furia en su voz.

Mi corazón se partió al escucharlo. En los pocos días que llevaba aquí se había hecho uno de mis pocos amigos, y, hasta diría que el más cercano ¿Por qué diría algo así?

—¿N-Newt?—Me acerqué algo tímida, temía a que se enfadara.

—Oh... _____ —Tartamudeó mi nombre y secó sus lágrimas—¿Q-Que haces aquí?

—B-Bueno, sólo vine a caminar—Mentí—¿Qué te pasa?—Me senté a un lado de él. Se quedó en silencio, pareció dudarlo.

—Si te digo... ¿Prometes no decírle a nadie?—Voteó a verme, sus ojos se notaban bastantes cristalinos.

—C-Claro, Newt.

Suspiró—Lo que pasa es que no aguanto _____, no aguanto estar en este lugar, sin respuestas...—Hizo una pausa—Sin ser feliz.

—Newt—Dije mirándolo a los ojos—Tú puedes ser feliz—Coloqué mi mano sobre la suya en señal de apoyo. Sentí una extraña sensación en mi estómago, que de algún modo me gustó.

Newt me miró y sonrió, nos quedamos allí un rato, quería asegurarme de que se sintiera bien.

—¿Hace cuanto pasas por esto?

—Desde que llegué, es muy duro pasar aquí prácticamente solo—Miró hacia la nada.

—Tienes muchos amigos, cómo Alby o Minho—Me volteé hacia él, sólo rió sarcásticamente.

—Tienen muchas cosas más de qué preocuparse que por mí—Habló frío y casi sin sentimientos.

—Bueno... me tienes a mí—Le sonreí tratando de hacerlo sentir mejor, también me devolvió la sonrisa.

Traté de subirle el ánimo lo más que pude y de vez en cuando soltaba una risa, se veía realmente lindo así. Recosté mi cabeza en su hombro y así nos quedamos un rato.

Un bostezo se escapó de mis labios.

—¿Tienes sueño?—Volteó su mirada hacia mí.

—Uhm.. sí.

—Bueno, vamos a dormir—Se puso de pie y me extendió una mano la cual acepté.

Cuando ambos estuvimos de pie Newt pasó un brazo por mi espalda y otro por debajo de mis rodillas, cargándome.

—P-Pero...

—Shhh... Sólo recuesta tu cabeza y relájate.

Me centré en mirarlo a él, en apreciar su cara, realmente parecía muy joven.

—¿Newt?

—Dime, princesa—Dijo con una sonrisa y sin despegar la vista del frente.

Mi corazón se detuvo. ¿Escuché la palabra princesa salir de su boca?

—Decías...—Trató de que continuara.

—Ah, sí, me preguntaba, te ves demasiado joven y pues... ¿Que edad tienes?

—¿Cuánto crees que tengo?—Alzó una ceja.

—No lo sé luces muy joven... Hasta parecieras menor que yo—Reí.

—¿Cuánto tienes?

—17, si no me equivoco.

—¿Y de cuánto me veo?

—Siendote sincera pareces un bebé... pero yo creo que unos 17 no estarían mal.

—Casi, casi—Rió pícaramente.

—¿18?—Pregunté, él me guiñó.

—Vale, eso me saca de al menos una duda—Reímos.

Luego de eso no hubo mucha conversa, hasta que cuando llegamos el habló;

—Gracias, _____.

—¿Por qué?

Newt pareció no dudar su respuesta.

—Por ayudarme a ser feliz.

No saben lo enormemente feliz que me hicieron sentir esas palabras.

—Bueno, gracias a tí también, por traerme y bueno, creo que es bueno tener un amigo en quien confiar—Sonreí.

—Si... Realmente lo necesitaba.

—Lamento si peso mucho—Reí.

—¿Bromeas? —Exclamó simulando asombro—Eres demasiado liviana, dios, le diré a Sartén que te sirva una porción extra.

—Engordaremos juntos entonces—Ambos reimos.

[Newt].

Cuando ambos dejamos de hablar ella me abrazó, y no era un abrazo cualquiera como los que me daba con Minho, eran esos que te llenaban de felicidad, eran esos que te cambian de triste a alegre en un instante, así me sentí con ella.

Nos despedimos y nos fuimos cada uno a dormir, la verdad es que fue una noche especial, al menos para mí.

Más que amigos. | Newt y tú | Correr o Morir.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora