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La noche de ayer acabó cuando Alby nos mandó a todos a dormir, antes de irme me comentó que dormiría en una hamaca por ahora, pero que luego me harían una cabaña porque soy una chica y necesito mi espacio. Fue lindo de su parte, considerando que es el líder.
A la mañana siguiente me desperté más temprano por lo que decidí ir a caminar, por el camino me encontré a un chico asiático corriendo.
—Hey shank, ¿Que haces aquí?—Preguntó, dejando de correr frente a mí.
—Sólo vine a caminar—Alzé ambos hombros
—¿No crees que es muy temprano?—Levantó su muñeca izquierda dejando ver su plateado reloj.
—Bueno, quizá sí, pero desperté a esta hora, estaba algo... entusiasmada.
—¿Entusiasmada?—Inquirió.
—¿Cómo quieres que me sienta cuando llegué de un día a otro a este sitio sin recordar absolutamente nada?
—Con miedo, como todos—Dijo, como si fuera lo más obvio del mundo.
—Bueno... yo tengo curiosidad.
Aquel chico soltó una carcajada.
—Soy Minho, el chico más apuesto del lugar—Extendió su mano. La acepté en una forma de saludo.
—Soy... la novata.
—¿No recuerdas tu nombre?—Negué—Les pasa a todos, hasta a mí.
Asentí. Minho era un chico agradable.
—¿Te parece si desayunos juntos?—Le pregunté apuntando hacia el “comedor”, como lo había llamado Alby.
—Sería un placer.
El comedor quedaba un poco lejos, Minho me miró unos segundos y sin siquiera esperarme corrió a toda velocidad. No perdí tiempo e imité su acción. La diferencia de tiempo de llegada fue algo corta. Llegamos agitados y tomamos asiento.
—Eres rápida, novata.
—Tú también, Minho.
—Pues claro, soy un corredor. Duuh—Dijo en tono obvio.
—¿Un qué?—Alzé una ceja.
—Todos los días—Miró hacia el frente, directamente a una de las entradas del laberinto—Recorro ese laberinto en busca de una salida, créeme que no es fácil, debes arriesgar tu vida todos los días, nadie quiere ser corredor.
—¿Y si quiero ser una?—Me volteé hacia él.
—No veo porqué no—Me sonrió.
Nos quedamos desayunando hasta que dijo que debía ir a su trabajo, también me dijo que fuera con Alby para que me asignara uno.
—Bueno novata, debes trabajar en cada uno para saber con cuál te acomoda—Aclaró. Cómo siempre, sólo asentí.
Me tocó ir con Winston, el jefe de los carniceros. No me gustó, y siendo sincera lo odié, el principio cuidando a los animales sí, pero luego, matarlos... por mucho que intenté no pude, con el simple hecho de ver sangre me desmayo, y... así fue.
[...]
Me desperté con un leve dolor de cabeza, acostada en una hamaca, con Jeff a mi lado, Alby dijo anteriormente que era una especie de "Doctor", junto a él estaba... ¿Newt?
Una fuerte punzada vino a mi cabeza derrepente.
—Aah, mierda—Me quejé.
—¡Novata!—Exclamó Newt—Nos tenías preocupados—Dijo mientras se acercaba y se incaba a un costado de la cama.
—¿Por qué?—Pregunté tomándome la cabeza con mi mano. Realmente dolía.
—Te desmayaste de la nada—Frunció el ceño—¿No fue así?
—Ah, sí—Me senté en la cama. Sintiéndome un poco mejor.
—Jeff, déjanos solos por favor—El chico obedeció dejándonos a manos ahí solos. Mordí mi labio. Estaba algo nerviosa.
—Novata —Suspiró pesadamente—Estuviste así por casi todo el día, eso nos preocupa mucho ¿Te sientes mejor?
—Algo...
Newt sonrió—Eso es bueno, por lo cual volverás con Winston.
¿Esto en en serio? Quizá que cara habré puesto que Newt rió nerviosamente.
—Es broma, claramente quedará descartado, sólo jugaba, shank.
Luego de eso nos quedamos un rato hablando, también bromeamos y él me contaba de sus anécdotas en el área, yo solo reía de sus desgracias.
—Hey—Me llamó. Volteé a mirarlo—¿Cómo soy?—Sonreí. Ya sabia a lo que se refería, yo misma se lo había preguntado hace poco.
—Eres alto—Lo miré de pies a cabeza—Eres de una piel blanca, tus ojos son avellana encantador... y lo que más me gusta de tí—Desordené un poco su pelo dorado—Tu cabello, es rubio, de un dorado con toques castaños, es realmente brillante y hermoso—Noté como se sonrojó, eso me hizo reír.
Con Newt nos dimos cuenta de que comenzó a anochecer, realmente nos quedamos hablando mucho tiempo, así que fuimos al comedor.
Todos los habitantes de encontraban allí, devorando hambrientos su cena.
Nos sentamos en una mesa con los demás.
—Buena hora de llegar, larchos—Nos habló Jeff.
—Sí, ¿Por qué estuvieron tanto tiempo solos?—Ahora habló Minho—Unos días de llegar y ya...
—¡Cierra la boca Minho!—Le gritó Newt, volteé para mirarlo y estaba sonrojado como un tomate. Reí.
Pasaron la noche haciéndonos bromas a Newt y a mí, hasta que finalmente nos íbamos a dormir. Íba de camino a mí hamaca cuando siento que me llaman.
[Newt].
—¡Hey! ¡Novata!—Le grité llamado su atención.
—¿Qué pasa, Newt?—Dijo y se volteó a verme.
Quedamos frente a frente.
—P-Perdón por lo de la cena—Le dije algo... ¿Nervioso?
—¿Por lo de la cena?—Preguntó confundida.
—Sí, bueno, ya sabes, las bromas de los muchachos y eso... L-Lamento si te incomodaron—Hice una pausa—Si te incomodé—Bajé la mirada.
Ella me miró algo dudosa, luego de eso sonrió y levantó mi cabeza tomando mi mentón.
—Tranquilo, no fue tu culpa—Habló dulcemente, con una sonrisa que me tranquilizó—Además, son bromas, no es nada, Newt.
Nos quedamos mirando unos segundos, y sentí como si el mundo se paralizara ¿En verdad era tan linda?
Sacudí mi cabeza saliendo de mi trance. Era muy temprano para algo así.
—Bueno, no te quito más tiempo—Comenté simulando acomodar mi playera—Buenas noches, novata.
—Buenas noches, Newtie—Se acercó lentamente y dejó un corto y tierno beso en mi mejilla.
Me había llamado Newtie. Y había besado mi mejilla. Se sintió lindo. Muy lindo.
Ella se fue y yo seguí parado ahí con mi mano en la mejilla. Me fuí a mi cabaña con una sonrisa de oreja a oreja, cuando llegué cerré los ojos pensando en lo que acababa de pasar.
Dormí realmente bien esa noche.
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Más que amigos. | Newt y tú | Correr o Morir.
Hayran Kurgu¿Qué hubiera pasado si antes de la llegada de Teresa ya había otra chica? ¿Si tú hubieras sido una de las primeras en llegar? ¿Si fueras corredora? ¿Si al estar ahí te hubieras enamorado de Newt? Bueno, si tienes la intriga esta es la historia perfe...