Capítulo 4

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VIOLETA PASTEL

"Fotografiar es colocar la cabeza, el ojo y el corazón en un mismo eje".

—Henri Cartier-Bresson.


VENUS

Es viernes. Anoche escapé. Después que Anthony mencionó que habríamos de hacer un trato, huí cobardemente. Y por alguna razón también me siento muy avergonzada.

Pero debo agradecer a la oscuridad concedida por la noche y la multitud, pues fue gracias a ellos que lo perdí de vista cuando intentó seguirme a través de las calles de Nueva York.

Soy buena ocultándome entre las sombras, por tal motivo alguna vez me planteé ser periodista, pero llegué a la conclusión de que es agotador. Así fue cómo opté por algo más fácil, en donde no tuviera que correr ni moverme mucho, con modelos que solo posaran para mí.

Es precisamente ese sueño el que persigo, y aunque me encuentro al principio del camino, estudiando fotografía en la universidad de artes en Nueva York y hostigando a mi modelo cual paparazzi, confío que algún día habré de ser reconocida por mi talento artístico. Eso lo sé. Y cuando el momento llegue, no dejaré pasar la oportunidad.

Por otro lado, ese beso me afectó por completo.

Por ejemplo, anoche no pude conciliar el sueño. Pero esta vez no fue por el sexo desenfrenado de la habitación contigua. En realidad, fue todo culpa de Anthony Greece.

Ahora sé bien por qué suelen titularlo como El moja bragas. Puedo jurar que en mi corta vida jamás tuve un sueño erótico, pero eso cambió la noche pasada. Ya no soy virgen de sueños. Ahora puedo considerarme un demonio por completo, pues ya no queda nada más que Dios pueda salvar en mí.

Como sea...

Me encojo de hombros y le doy una buena mordida a mi banana mientras camino a través de los pasillos de la universidad, planificando mi siguiente proceso creativo fotográfico mentalmente.

Pienso infiltrarme en el vestidor de los chicos. Tuve esta magnífica idea gracias a ese último sueño. Mi nueva meta es captar por lo menos un fragmento de su culito nadador desnudo. Necesito innovar, no quiero perder el interés de mis clientas.

Pese a todo lo sucedido no pienso dejar mi negocio, después de todo es lo único que me mantiene. Además, mis compradoras pagan muy bien, mejor de lo que podría ganar con un trabajo a medio tiempo.

Verifico la hora en mi teléfono celular. Son cerca de las diez de la mañana, dentro de dos horas podré pasar a buscar a Nik, quien por suerte tiene reparo. El disparador se atoró debido a la fuerza con que lo presioné al caer sobre las botellas. Pero sigue con vida, que es lo importante. No obstante, a partir de ahora debo tener más cuidado, no me gustaría que hubiera una tercera vez y entonces no vuelva a abrir el diafragma.

¿Están listas las fotos?

Le envío un mensaje a mi mejor amiga June, quien esta mañana me hizo el favor de imprimir las fotografías mientras yo dejaba mi cámara en el técnico. Tiene 22 años al igual que yo, sin embargo, ella estudia arte y gestión cultural.

BuenQlo: Sip, ya las tengo.

Empiezo a sonreír al plantearme un boceto de lo que haré para conseguir infiltrarme en el vestidor, cuando de pronto un muchacho pasa por mi lado tan rápido, que al momento en el que choca su hombro contra el mío apenas sí voltea para disculparse. Aquel respira agitadamente mientras detiene al par de chicas que caminaban en frente de mí. A continuación, sin aire escucho que les dice:

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