Capítulo 8

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TE ATRAPÉ

"Las fotografías abren puertas al pasado, pero también permiten echar un vistazo al futuro".

—Sally Mann.


VENUS

Por mi futuro, debo seguir con el plan, y juro que esta vez mantendré distancia. Me esconderé en el vestidor de hombres y captaré tan solo un fragmento de su espectacular culito mojado. No puede ser tan difícil.

Veo a mi víctima salir de la alberca mientras, muy cerca suyo, las animadoras practican una coreografía. Anthony se quita las gafas de natación, seguido por el gorro de látex mientras sacude la cabeza lentamente, ocasionando que sus mechones oscuros se alboroten y terminen disparando gotas de agua en todas direcciones, atravesando así el corazón de su público.

Mi cámara y una velocidad de obturación de uno sobre cuatro mil, me habrían ayudado a sacar una foto capaz de frenar en el tiempo hasta la última gota antes de caer al suelo.

Qué lástima, habría sido una imagen perfecta. Aunque ya creo tener una parecida.

De todos modos, me parece lamentable no poder sacar a Nik del bolso, pues resulta que muchas fans de Anthony asisten el día de hoy para admirar su entrenamiento. Y justamente me encuentro detrás del numeroso grupo. Por suerte esta mañana no me vio salir del apartamento, o de otro modo, no me hubiera atrevido a dar un paso en la alberca, no sin haberme cambiado de ropa antes.

Sus fans sueltan grititos de emoción y suspiran cuando lo ven estirar los brazos sobre su cabeza, movimiento que resalta cada músculo en su espalda. Este chico sí que está bien dotado. De todas formas, está siendo más petulante de lo usual.

Tuerzo la cara en una mueca de fastidio, sin embargo, Nik opina que eso calienta su diafragma y yo lo apoyo.

Asegurando el gorro en mi cabeza me pongo de pie.

Después de evadir a la multitud de gritonas que logro reconocer, corro a refugiarme tras una columna cercana al vestidor de hombres con la intención de entrar antes que los nadadores, no obstante, al pasar junto a una pizarra informativa, un aviso lujurioso me llama mientras se toquetea morbosamente.

En efecto, su contenido incluye una Nikon asombrosa, de esas profesionales que no solo cuesta un riñón, sino posiblemente también un ojo de la cara y si no se suma también la médula ósea. Es así de costosa la condenada, pero igual de espectacular que un orgasmo.

Desplazo la vista hasta los párrafos que se encuentran debajo de esa maravilla.

WILLIAM ROY, FAMOSO FOTÓGRAFO DEL MODELAJE Y SU EXPOSICIÓN ¡ENFÓCATE!, TE INVITA A PARTICIPAR EN ESTE ÚNICO CONCURSO.

EL GANADOR FORMARÁ PARTE DE SU PRÓXIMA SESIÓN FOTOGRÁFICA QUE SERÁ PRESENTADA ANTE EL PÚBLICO EN GENERAL.

SI PIENSAS EN LA FOTOGRAFÍA COMO ALGO MÁS QUE UN PASATIEMPO, ESTA ES TU OPORTUNIDAD.

ENVÍA TU MEJOR CAPTURA HASTA EL 24 DE MAYO, EL GANADOR SE ANUNCIARÁ ESTE 5 DE JUNIO.

ENCUENTRA UN MODELO, CAPTA SU SENSUALIDAD, ¡Y PARTICIPA AHORA!

¿Es esto verdad?

Empiezo a hiperventilar mientras examino a mi izquierda y luego a la derecha. Tras comprobar que nadie está mirando le saco una fotografía rápida al anuncio con mi teléfono celular.

¡William Roy, uno de los grandes de la fotografía hará un concurso!

Cubro mi boca y muerdo mis dedos para no gritar de emoción.

Esta es mi gran oportunidad. Tengo que ganar este concurso, aunque me cueste la vida.

Me abstengo para no dar brinquitos de alegría y llamar demasiado la atención, y entre la dicha alguien me empuja con fuerza abrupta, por lo que mi cara golpea la pared como proporcionándome una cucharada de realidad, curando así mi catarro de sueños y fantasías.

Regreso una mirada asesina, y tarde, me doy cuenta que todas las fanáticas de Anthony corren hacia él cual grupo de cavernícolas, obstaculizando el paso.

No podré infiltrarme en el vestidor con tantos ojos atentos.

Mi oportunidad de captar un fragmento de su apretado trasero acaba de ser estropeada.

Pero viéndolo por el lado bueno, tengo hasta el 24 de mayo para sacarle la fotografía. Me pregunto cuántos días son mientras empiezo a contar con los dedos, descubriendo que tengo cerca de un mes para enviar mi captura. Efectivamente es bastante tiempo.

Sonrío mientras contemplo al tan afamado Anthony Greece regalar un enigmático saludo a su grupo de fans.

¡Oh, modelo mío de veinticuatro horas al día!, tú y tu fragmento de culito nadador serán los que me hagan ganar este concurso.

¡CAPTA SU SENSUALIDAD Y PARTICIPA AHORA!

Se plasma la última frase del anuncio en mi cabeza y mi sonrisa se amplía todavía más. El gesto está próximo a partirme la cara en dos, cuando de repente recibo otra cucharada de un remedio todavía más amargo que el anterior.

Alguien toma de mi gorro y me lo saca con tal rudeza, que de paso también tira de mis cabellos, arrancando la goma elástica que lo mantenía sujeto en una cola.

—Así que eres tú... —me acusa Cailin. La rubia despampanante y animadora del grupo de natación se cruza de brazos—. ¿Cuál es tu nombre? —pregunta con fastidio, pero ni me deja contestar cuando añade—: Lo que haces es ilegal, lo sabes, ¿cierto? Y no quieras hacerte la desentendida, eres demasiado obvia. —Señala el anuncio del concurso que leí segundos atrás—. Anton ya tiene suficiente con su vida y tú eres un peso innecesario más. Déjalo en paz, ¿quieres? De otro modo...

¡Oh, no! No me gusta el giro que está tomando esto.

Espero a que finalice, pero de pronto me mira con desprecio, como si fuera tan poca cosa como para malgastar saliva en explicar lo que podría pasarme.

Da media vuelta, como si el suelo de azulejos blancos fuera en realidad su pasarela, sin embargo, no hay mucho qué admirar, ahora sé que el modelaje con ella sería igual de falso que sus senos. Lo único que en verdad contemplo es mi gorro contraído entre sus garras mientras intento cubrirme con el bolso para que nadie me vea.

Quiero gritarle que no se lo lleve y me lo devuelva, pero la voz no surge por temor.

Tengo suerte, porque creo que nadie nos mira, están más ocupadas contemplando a Anthony que percatándose de lo que sucede a sus espaldas.

Cailin arroja mi gorro dentro de la alberca y me sonríe como diciendo: "Eso es lo que te espera si no haces lo que te digo". Un minuto después, contorneándose se dirige a posar junto a Anthony.

Contemplo mi gorro flotar en el agua y a mis sueños ser arrastrados hasta lo más profundo de la alberca.

¿El mundo se ha empeñado en no permitirme saborear mi gran oportunidad?, ¿o es que acaso está tan lejos de mi alcance que ni siquiera tengo el derecho de intentarlo?


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