Capítulo 29

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CÍRCULO VICIOSO

 "La cámara fotográfica es un instrumento que enseña a gente cómo ver sin una cámara fotográfica".

—Dorothea Lange.


VIOLET

Todavía no comprendo cómo de un momento para otro puedes perderlo todo. Pero resulta ser que, así como las cosas pueden llegar en un abrir y cerrar de ojos, también se van.

Cailin hizo una confesión esa misma noche. Mencionó que yo había sido su blanco, pero que, sin esperarlo, Anton saltó justo en frente.

Las cosas no fueron a más con la policía, pues resultó que la pistola usada no tenía ninguna identificación y Cailin más bien dijo que la había obtenido de forma ilegal. El por qué de la mentira fue fácil deducir. Si mencionaba a Brent, su padre narcotraficante caía y, a su vez, también habría salido a luz el padre de Anton y su empresa financiera recibiendo dinero ilegal.

Pero como era de esperarse, Cailin tan solo pasó algunas horas en prisión, pues su padre todo poderoso encontró la forma de liberarla.

—¿Qué hay de Violet?

Me detengo antes de abrir la puerta porque creo escuchar una voz.

—No sabemos nada de Brent. Es decir, papá quiere matarlo por haberme permitido hacer eso la otra noche. Pero estoy segura que el temor de Brent hacia lo evidente no le permitirá pisar este país. —Existe una pausa que me obliga a pegar la oreja contra la puerta—. Estoy viendo un psiquiatra.

—Violet —June se lanza sobre mí en secreto, espantándome—. ¿Qué haces aquí? —Sus ojos manifiestan preocupación—. No luces bien, y tampoco me sorprende. No te has alimentado como deberías a lo largo de estos diecisiete días.

Estoy a punto de responder, pero de pronto la puerta se abre y ambas nos sorprendemos.

Cailin sale de la habitación. Se ha cortado la magnífica melena rubia hasta los hombros y lleva una bolsa entre sus manos que me ofrece.

En comparación, por primera vez ella no luce mejor que yo. Está terrible, con grandes ojeras y manos ligeramente temblorosas.

No me sorprende, después de todo, en su estadía en prisión se descubrió que consumía drogas en secreto. Algo que me hizo comprender de mejor manera su forma de actuar tantas veces.

—Se lo iba a dar a él, pero... —Se queda a medias y trago el nudo que de pronto siento en la garganta—. Es tuyo —insiste cuando no presento indicios de querer tomarla, pero al final, con duda lo hago. Entonces la veo marcharse, sin agregar ni una sola palabra más.

—¿Qué es? —pregunta June, abalanzándose para abrir la bolsa—. Oh, Dios, ¿se acabará el mundo por la tarde? —pregunta asombrada.

¿Qué es?

Contemplo hacia mis manos y el nombre NIKON resalta ante mis ojos.

¡Nik!

Lo termino de sacar.

¡Es él!

También se encuentra el sobre que Cailin me robó y, además, un nuevo objetivo que, de tan solo ver la marca, puedo reconocer que es carísimo, ni se compara al que perdí ese día sin siquiera haberlo probado.

Tal vez no debería aceptarlo, pero cuando desplazo la mirada encuentro un pasillo completamente vacío. Cailin se ha marchado.

—Es ilegal que aceptes ese lente reconociendo de dónde proviene, pero al mismo tiempo pienso que es justo —admite June—. ¿Eso me convierte en una mala persona?

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