Capítulo 27

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DECISIONES

"La memoria no guarda películas, guarda fotografías".

—Milan Kundera.


VIOLET

Me pregunto en dónde estará metida June. Duncan tampoco ha pasado a patrullar durante las últimas horas, lo que también me resulta bastante extraño. ¿Y si algo malo les pasó? No puedo dejar de pensar en Brent.

Me levanto de la camilla y salgo de la habitación. Al final del pasillo se encuentra una enfermera sentada, atendiendo un punto de información.

—Hola —me saluda con una amplia sonrisa—. ¿Necesitas algo cariño?

Por alguna razón me trae recuerdos de mamá. Es simpática superficialmente, bastante amable, y según sus arrugas parece disfrutar mucho del acto de sonreír. Además, me contempla como si pudiera ver a través de mí, como si supiera perfectamente lo que ocurrió conmigo, no la versión de asalto que todos conocen en el hospital.

—Disculpe, de casualidad ¿ha visto a Duncan? —pregunto.

—Lo vi salir hace un par de horas atrás, junto a esa chica con cabello afro que usualmente viene de visita. Parecían tener prisa. ¿Quieres que llame a alguien más? —Alcanza el teléfono—. ¿Tu novio quizá?

Sonrío, aunque por dentro esas palabras queman.

—No...

La mujer me contempla con cierta ternura, y como lo sospeché, se marcan ciertos pliegues en sus ojos y sobre la comisura de sus labios cuando se manifiesta conmovida.

—No sé qué problema tuvieron, pero la noche pasada estuvo aquí. Quería verte en secreto, así que la única forma que encontré para dejarlo pasar, fue acompañarlo hasta tu habitación.

De pronto mi corazón se detiene y renueva su función, acelerando su marcha como un tambor que golpea con fuerza contra mis costillas.

Estúpido bombardero, no deberías alegrarte y traicionarme de esta forma.

—Yo... —Estoy sorprendida, no sé qué decir, pero puedo recordar que soñé con él, que venía a visitarme, que me decía cosas y... ¡No puede ser! Creí que había sido un producto de mi inconsciente nada más—. ¿La noche pasada? Él... Recuerda... ¿Recuerda cómo lucía? ¿Mencionó algo?

La enfermera se percata de mi inesperada euforia, yo también estoy consciente de ella, pero poco me importa si parezco una loca, simplemente necesito confirmar que la noche pasada estuvo aquí.

—No recuerdo mucho de él, a decir verdad, pero gracias a mi duda en si dejarlo pasar o no... —Se toma el momento más largo de toda mi vida para pensar—. Existen ciertos detalles que todavía no se me escapan. Como el que tenía los ojos de un azul bastante particular, o el un gran parecido al guapo competidor nacional de natación, aunque, así como tú, lucía deshecho. Además, mencionó algo sobre ser novios en secreto y otra cosa que hizo porque te amaba.

¡Es él! ¡Sí vino!

¿Porque me amaba?

De pronto quiero gritar, pero me contengo.

Sufro el segundo paro cardiaco de la noche y, sin esperar por más, corro de regreso a mi habitación.

¡Tengo que ir a buscarlo y aclarar las cosas!


ANTHONY

De nuevo me encuentro solo, pero esa misma sensación de aislamiento jamás ha sido tan intensa.

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