Capitulo 9

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Después que la herida había sido limpiada y vendada, Kyuhyun se quedó con el rostro ceniciento y agotado. Durmió durante el resto del día, despertando de vez en cuando para encontrar caldo o la calidez del té cuando se vertía por la garganta.

La familia era implacable en sus esfuerzos por hacerse cargo de él. Como había esperado, el opio lo enterró en pesadillas llenas de criaturas que salían de la tierra para agarrarlo y hundirlo, donde los ojos rojos brillantes parpadeaban en la oscuridad. Atrapado en un sueño narcótico, Kyuhyun no podría despertar plenamente, tuvo problemas con la fiebre y poco a poco, las alucinaciones disminuyeron.

El único alivio fue cuando un paño frío se le aplicó a la frente, una presencia amable y reconfortante flotaba junto a él.

—¿Heechul? ¿Henry? —Murmuró en la confusión.

—Shhhh...

—Calor... —dijo con un suspiro de dolor.

—Quédate quieto.

Fue vagamente consciente de que el paño se cambió dos o tres veces más... misericordioso ser que le aplicaba ese frió paño en la frente...una mano ligera se curvaba sobre su mejilla...















Cuando se despertó por la mañana, estaba cansado, febril y profundamente triste. Era la secuela habitual de opio, por supuesto, pero el conocimiento apenas ayudó a aliviar la monotonía abrumadora.

—Tienes una fiebre leve, —Hangeng le dijo en la mañana. —Vas a tener que tomar más té de milenrama para reducirla. Pero no hay señal de extrema urgencia. Descansa hoy y creo que te sentirás mucho mejor para mañana.

—Ese té sabe a agua estancada, —murmuró Kyuhyun. —Y yo no voy a permanecer en cama todo el día.

Hangeng parecía simpático.

—Entiendo, hermano. No te sientes suficientemente enfermo como para descansar, pero no estás lo suficientemente bien como para hacer cualquier cosa. De todos modos, tienes que darte la oportunidad de sanar, o...

—Voy a bajar para tener un desayuno adecuado.

—El desayuno ya paso. Ya han limpiado el aparador.

Kyuhyun frunció el ceño y se frotó la cara, haciendo una mueca cuando sintió un dolor que se extendía como fuego en su hombro.

—Has que Zhoumi venga. Quiero hablar con él.

—Está fuera con los inquilinos, haciendo la plantación de semillas de nabo.

—¿Dónde está Heechul?

—El cuidado del bebé. Le están saliendo los dientes.

—¿Qué hay de Henry?

—El está con el ama de llaves, haciendo una lista para irse de compras. Ryeowook está llevando canastas a aldeanos ancianos de la ciudad. Y yo tengo que visitar a un inquilino que los dos meses que no paga su alquiler. Me temo que no hay nadie disponible para entretenerte.

Kyuhyun contestó a esta declaración con un silencio hosco. Y luego se obligó a pedir a la persona que realmente quería ver. La persona que no se había molestado en buscarlo o en preguntar por su bienestar, incluso después de que ella había prometido cuidarlo.

—¿Dónde está Sungmin?

—La última vez que la vi, el estaba muy ocupado con labores de aguja. Parece que estaba reparando algo y...

—Él puede hacerlo aquí.

La cara de Hangeng fue cuidadosamente en blanco.

—¿Quieres que el señorito Sungmin cosa en tu habitación?

Casados Por La Mañana [KyuMin] Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora