Casados Por La Mañana [KyuMin] Libro 4

Capitulo 28

Sólo un doncel de piedra pudo haber durado la campaña que Kyuhyun puso en marcha la próxima semana. Era el cortejo, según él, porque no podía haber habido otra palabra para ello, la forma en que mantenía constantemente a Sungmin desequilibrada con su encanto dulcemente subversivo. Un momento la provocaba en una pelea sin sentido y muy entretenida, y al siguiente era suave y amable.

Le susurró cumplidos caprichosos y líneas de la poesía en su oído y le enseñó las palabras francesas traviesas y la hizo reír en momentos inapropiados. Lo que Kyuhyun no hizo, sin embargo, fue tratar de besarlo o seducirlo.

Al principio fue divertido para Sungmin esta táctica obvia y luego, en secreto, le molestó e intrigó. Con frecuencia se encontró mirándole la boca, tan perfecta y firme...

No podía dejar de recordar sus besos pasados, soñando con ellos. Cuando asistió a una velada musical en una mansión privada en el Upper Brook Street, Kyuhyun llevo a Sungmin lejos de la anfitriona que dirigía un grupo de invitados en el recorrido por la casa.

Kyuhyun, en el rincón privado detrás de un arreglo alto de flores, se acerco a Sungmin animoso. Pero en lugar de besarlo, él lo atrajo hacia la fuerza caliente de su cuerpo... y la abrazó. Simplemente lo sujetó, manteniéndolo cálido y cercana, dejando que sus manos pasear lentamente por la espalda.

Le susurró algo secreto en medio de los remolinos de su pelo, las palabras eran demasiado suaves para que el escuche. Lo que Sungmin disfruto, sobre todo, fue cuando estaba caminando con Kyuhyun a través de los jardines Rutledge, donde la luz solar pasaba a través de árboles y setos, y las brisas frescas realzado la sugerencia de que se acercaba el otoño.

Tenían largas conversaciones, a veces tocando temas sensibles. Hacían con cuidado preguntas y sus respuestas eran difíciles. Sin embargo, al parecer ambos estaban luchando hacia la misma meta, un tipo de conexión que ninguno de ellos había conocido nunca.

A veces Kyuhyun se apartaba y lo miraba unos instantes sin palabras, como se podría contemplar una obra de arte en un museo, tratando de descubrir su verdad. Era convincente el interés que mostró en el. Seductor....

Él era un conversador maravilloso, contando sus historias sobre sus desventuras de la infancia, acerca de lo que había sido crecer en la familia Hathaways, el tiempo que había pasado en París y Provenza. Sungmin escuchó con atención los detalles, la recopilación de ellos como acolchar recuerdos, uniéndolos para formar una mejor comprensión de uno de los hombres más complejos que había conocido nunca.

Kyuhyun era un canalla sentimental que era capaz de gran delicadeza y compasión. Era un hombre capaz de articular palabras, que él usaba para calmar como un bálsamo de miel, o disecar como bisturí de un cirujano.

Cuando le convenía, Kyuhyun interpretaba el papel de un aristócrata hastiado, con habilidad ocultar el funcionamiento de azogue de su cerebro. Pero a veces en momentos de descuido, Sungmin vislumbró el niño valiente que había sido una vez, antes de que hubiera sobrevivido a las experiencias y endurecido por ellas.

—De alguna manera él es muy parecido a nuestro padre. —Donghae le dijo en privado—Papa amaba la conversación. Era un hombre serio, un intelectual, pero poseía una veta de fantasía. —El sonrió, recordando. —Mi madre siempre dijo que ella podría haberse casado con un hombre más guapo, o uno más ricos, pero nunca uno que hablara como él. Y ella misma sabía que era el tipo de mujer que nunca hubiera sido feliz con otro.

Sungmin podría entender eso.

—¿Saco lord Ramsay algo de su madre?

—Oh, sí. Ella tenía un ojo artístico y alentó a Kyuhyun en todas sus empresas de arquitectura. —Donghae se detuvo. —Aunque no creo que hubiera podido tener placer al saber que Kyuhyun heredaría un título, ya que no tenía una buena opinión de la aristocracia. Y desde luego no habría aprobado la conducta de Kyuhyun en los últimos años, aunque estaría muy contenta de que él hubiera decidido corregir su conducta.