Capitulo 22

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—Hyukjae tiene razón en algo... —dijo Donghae a Sungmin mientras caminaban por los jardines en la parte trasera del hotel.

En contraste con la preferencia moderna por la aparición en la jardinería romántica no estructurada, con Sungmins de flores que parecía haber surgido de forma espontánea, y los caminos serpenteantes, los paseos de los jardines Rutledge eran ordenados y en cola. Disciplinados setos formaban paredes que guiaban a través de un cuidadoso arreglo de fuentes, estatuas, parterres y matorrales de flores elaboradas.

—Definitivamente, es tiempo —continuó Donghae—de Hyukjae te presente como su hermano. Y que seas conocido por tu nombre real. Por cierto, ¿Cuál es?

—Sungmin Wigens.

Donghae consideró como sonaba.

—No estoy seguro de que si es sólo porque siempre te he conocido como señorito Marks...pero me gusta más Marks.

—A mí también, Sungmin Wigens era una niña asustada en circunstancias difíciles. He estado mucho más feliz como Sungmin Marks.

—¿Más feliz? —Preguntó Donghae suavemente.

—O tal vez, simplemente con menos miedo. —Sungmin sonrió. —He aprendido mucho acerca de la felicidad en los últimos años. He encontrado la paz en la escuela, aunque yo era muy tímida como para hacer amigos allí. No fue hasta que llegué a trabajar para los Hathaways cuando conocí las interacciones del día a día de personas que se aman. Y luego, en el último año, por fin he vivido momentos de verdadera felicidad. La sensación de que, al menos por el momento, todo es como debe ser y no hay nada más se pueda pedir.

Donghae le envió una mirada sonriente.

—¿Cuáles fueron esos momentos?

Entraron en el jardín de rosas, llenos de una profusión de flores y el aire cargado de perfume calentado por el sol.

—Las tardes en el salón, cuando la familia estaba junta y Henry les leía. Ir de paseo con Ryeowook. O aquel día lluvioso en Hampshire, cuando todos hicimos un picnic en la terraza. O... —Se interrumpió, sacudida por la comprensión de lo que había estado a punto de decir.

—¿O? —Apremió Donghae luego de hacer una pausa para examinar una resplandeciente y grande rosa, inhalando su aroma. Su astuta mirada se lanzó a la cara de Sungmin. Le era difícil de expresar sus pensamientos más personales, pero Min se vio obligado a admitir la verdad incómoda.

—Después de que lord Ramsay se lesionó el hombro en las ruinas de la antigua casa... él estaba en Sungmin con fiebre al día siguiente...y yo me senté con él durante horas. Hablamos mientras se recuperaba, le leí Balzac a él.

Donghae sonrió.

—Kyuhyun debió estar encantado. Él adora la literatura francesa.

—Él me contó sobre el tiempo que pasó en Francia. Dijo que los franceses tienen una manera maravillosa de vivir sin complicaciones.

—Sí, necesitaba mucho ir allí. Cuando Kyuhyun se fue a Francia con Win, era una ruina de un hombre. No lo habrías reconocido. No sabíamos por quién temer más, si Henrycon sus pulmones débiles, o Kyuhyun que estaba empeñado en destruirse a sí mismo.

—Pero volvieron bien. —dijo Sungmin.

—Sí, ambos finalmente se pusieron bien. Pero diferentes.

—¿Debido a Francia?

—Eso y también a las luchas que habían tenido que pasar. Henry me ha dicho que no mejoro por llegar a la cima de la montaña, mejoro por escalarla.

Sungmin sonrió al pensar en Henry, cuya fortaleza paciente la había llevado a superar años de enfermedad. —Eso suena exactamente como ella, —dijo. —Perceptiva y fuerte.

Casados Por La Mañana [KyuMin] Libro 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora