❛IX❜

803 83 19
                                    

I

Hola, persona que viene a stalkear mi vida. Me llamo Martino Castro, pero todos me dicen MC.

Caminaba todos los días, como siempre, solo. No me gustaba mucho la idea de ir a la escuela cada mañana sin un propósito real. No me quejo por mis amigos, pero talvez debería ser hora de conocer más chicas.

Ya saben, soy un puberto.

Estuve ahí, normal, en mi sala de clases. Durante el almuerzo no comía (pero no, no soy un pinshe desnutrido), prefería recargarme sobre la mesa y descansar.

Mientras estaba haciendo aquello tan productivo y contribuyente a la sociedad, veo a un cuerpo femenino adelante mío. Levanto la mirada, y me encuentro a Mónica Menéndez, más conocida como Monika.

aWANTA, LOK, ESTA BELLEZA SABE DE MI EXISTENCIA.

—¡MC!-Exclamó, con alegría.-Que suerte encontrarte aquí.

—U-uh... Gracias, Monika.-Le respondí, todavía tratando de dejar de verme atónito.-¿Por qué estás aquí? Creía que ibas en otra clase.

—Pues sí, jeje~. Pero venía aquí a asegurarme si te había interesado algún club.

—La verdad no. ¿Por qué lo preguntas?

—Bueno...-Puso sus brazos atrás de su espalda.-Estoy iniciando un nuevo club, así que querría saber si talvez te gustaría entrar en él.

—No tenía idea.-Apoyé mi cabeza con mi brazo.-¿De qué es tu club?

—Literatura.

El suicidio no se ve tan mal a estas alturas.

—Oh... Ya veo, pero... No soy bueno en esa área...

—Tranquilo, ya aprenderás.-Sonrió.-Al menos, ¿no te gustaría ir a visitarlo? Hay dos chicas muy agradables, además, seguro que todos seremos muy buenos amigos.

Me miraba, expectante. Yo solo podía fijarme en esa bella sonrisa que tenía, y que de mí dependía de borraría o no.

No tuve otra opción, no tuve otra alternativa.

—S-supongo que podría intentarlo...

—¡Bien!-Se exaltó.-¡Muchas gracias!

—No lo agradezcas.-Le dí una sonrisa, algo nerviosa.

Me explicó básicamente en lo que consistía el club; era bastante reciente, así que las actividades todavía se iban planeando.

Me habló sobre cómo tomaban el té en el salón, sobre que una miembro preparaba unos deliciosos cupcakes, y charlaban todo el día. A veces ni si quiera de literatura, pero si de temas que a todas le gustaban.

No mentiré, llamó mi atención. Talvez sea por mi interés e intriga, o talvez por la chica que me había invitado, pero al final accedí a que después de clases iría a hacerles compañía como mínimo.

Así fue como vendí mi alma por la sonrisa de Monika.

Doki Doki Psychic Club。Donde viven las historias. Descúbrelo ahora