Narra Harry
El doctor estaba revisando los ojos de Ali en este momento, estaba muy asustado, todo esto era mi culpa y no podía sacar la imagen de mi cabeza de ella llorando y abrazándome fuerte porque no podía ver nada, los chicos estaban fuera de mi habitación mientras yo esperaba a que este hombre terminara diera su diagnóstico.
-Bien, tus ojos solo tienen un encandelillamiento tipo 3, ¿puedes decirme que paso, joven?
-Estábamos saliendo de un centro comercial, habían por lo menos entre 40 o 50 paparazis y la luz del flash la dejo así - explique.
-Ya veo, ¿señorita miraste las luces mucho tiempo?
-Sí, mire hacia arriba para ver por dónde íbamos y solo sé que vi muchas luces al mismo tiempo, después todo se puso blanco.
-¿Puedes ver algo? – la mano del hombre paso varias veces por la cara de Ali, ella tenía los ojos muy abierto pero su mirada estaba perdida.
-solo veo blanco y pequeñas manchas de color que aparecen y desaparecen.
-Okay, te voy a echar unas gotas en los ojos y te los voy a cubrir con parches para que descansen.
-¿Voy a quedar así para siempre? – pregunto asustada.
-Esperemos que no, 1 de cada 14 mil personas queda ciego de un encandelillamiento tipo 3, vas a tener estos parches durante 24 horas por ningún motivo se los debe quitar – dijo mirándome – yo vendré mañana a esta misma hora a ver qué pasa con tus ojos – el hombre se puso de pie.
-¿Y cómo voy a hacer para ducharme y comer? ¿Cómo voy a vestirme? – dijo preocupada, yo sonreí.
- Tranquila, yo voy a ser tu enfermero – reí y ella frunció el ceño.
-No vas a bañarme Styles – dijo señalando a la dirección equivocada.
-Creo que he terminado aquí – camino hacia la puerta acomodado su traje.
-Muchas gracias – nos dimos un apretón de manos – lamento hacerlo venir a esta hora.
-No se preocupe – salió de la habitación y yo me senté frente a Ali.
-Te ves linda con esos parches en los ojos – acaricie su cabello y ella tomo mi mano.
-Cállate, tengo… ¿qué pasa si soy ese 1 en 14 mil?
-No lo serás… ¿estás cansada? –Ella asintió – voy a dejar entrar a los chicos que están muy preocupados y después iremos a dormir.
-¿Voy a dormir aquí? No traje pijama, ni cepillo de dientes, ni nada…
-No te preocupes por eso – me puse de pie y abrí la puerta –chicos pueden pasar- se pusieron de pie y se abalanzaron sobre la puerta para entrar.
Los chicos rodearon a Ali, le preguntaron mil veces si estaba bien, le contaron chistes, bromearon e hicieron lo posible para distraerla de la posibilidad de quedarse ciega, yo me sentía culpable por todo lo que estaba pasando, salí de ahí para tomar aire, me senté en el suelo del corredor fuera de mi habitación con las manos en mi cara, sentía un gran dolor en mi pecho y mis ojos llenándose de lágrimas, no quería que se quedara ciega por mi culpa, escuche la puerta abrirse.
-¿Estás bien?
-No Louis – se sentó a mi lado, yo lo mire sin poder contener la lagrimas – se va a quedar ciega y todo es mi puta culpa.
-Tranquilo hermano – me abrazo, yo no dejaba de llorar – Ella va estar bien, en este momento te necesita y no puedes estar llorando porque la vas a asustar, tienes que ser fuerte.
