Capitulo 42

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Abrí los ojos al sentir un fuerte olor en mi nariz, todo se veía borroso y solo podía recordar a Gemma diciendo que alguien había muerto, parpadee varias veces y me encontré con los ojos hinchados y la cara roja de ella dándome una media sonrisa –Por fin despertaste – sonrió como pudo y acaricio mi cabello – HARRY –gritó – ya despertó - las grandes zancadas que daba se escuchaban por todas partes retumbando en mi cabeza adolorida.

-¿Ali? – Dijo mirándome desde arriba, sus ojos también estaban rojos – gracias al cielo estás mejor – se sentó a mi lado y me levanto un poco para abrazarme – Estaba tan preocupado... - acaricio mi espalda, me sentía desubicada y mi cabeza no dejada de palpitar – Di algo.

-La cabeza me está matando – susurre tocando mi cabeza y el volvió a dejarme en la cama dándome una leve sonrisa - ¿qué pasó?

-Te desmayaste – habló Gemma – Voy a ir a la cocina, te traeré algo – salió de la habitación y los ojos de Harry se posaron sobre los míos.

-Cariño, ¿le pasó algo a tu madre? Dime que no – mis ojos se llenaron de lágrimas al recordar la forma en la que lloraba Gemma cuando entro a la casa.

-No… - Susurro – es Maddy, la mejor amiga de Gems…

-Oh no…

-Al parecer tuvo un accidente de tránsito hace unos días, estuvo en coma y su madre la llamo para contarle todo a Gemma hace poco.

-¿La conocías? – asintió.

-Sí, ella era muy cercana a nuestra familia – una lagrima salió de sus ojos haciendo una mueca, de inmediato me senté y abrace con fuerza – fue culpa de su maldito novio, estaban borrachos ambos y chocaron contra un camión de carga– dijo sollozando. Yo solo acariciaba su cabello mientras él me abrazaba por la cintura y lloraba en mi hombro haciendo que se me salieran unas cuantas lágrimas. No sé si era muy cruel de mi parte, pero me tranquilizaba saber que Anne estaba a salvo.

*

Habían pasado dos días desde que Harry se había ido con Gemma a Holmes Chapel para despedir a Maddy, habíamos decidido que me quedaría, no estaba lista para ver algo así y era más que obvio que Harry necesitaba de su familia y su familia lo necesitaba a él. El lugar se sentía muy solitario y enorme para mi sola, invite a Lou ayer y habíamos pasado un momento agradable mientras arreglábamos los trajes de los chicos para su reunión de negocios, pero no podía dejar de pensar en Harry. Ahora estaba acostada en el enorme sillón en L de la sala, cubierta con por lo menos tres mantas enormes por el frio mirando documentales sobre ovnis. El sonido de la puerta principal llamo mi atención, corrí hacia la puerta, debía ser Harry, pero al contrario me encontré con la sonrisa de mi madre que corrió a mis brazos.

-SORPRESA – gritó.

-¿Qué haces aquí?

-Mañana es la cena, linda y prometiste que iríamos de compras – se alejó de mí y me miro de pies a cabeza – veo que no estás lista – entro a la casa y miro cada rincón – es mucho más grande que en las fotos – habló emocionada y luego me miro – ponte algo rápido, tenemos mucho que hacer.

-¿Y mi padre?

-Está en la empresa, tenía que firmar unos papeles  y luego volvería a casa a dormir un poco, ¿Harry?

-Está con su madre – ella alzo ambas cejas haciendo una mueca rara – no sé cuándo vuelva.

-Okay, vístete…

Corrimos a mi habitación, me puse unos Jean negros de tiro alto, una camisa básica negra, botas y mi chaqueta favorita de Harry que sacaba del armario o su maleta sin su permiso y siempre sonreía al verme con ella puesta. Por fin estábamos en el centro comercial, ya estaba cansada de escuchar a mi madre diciéndome que no necesitaba una Range River usada cuando ella y mi padre podían darme uno de sus Audis o cualquier otro auto mejor que ese. Caminamos directo a Chanel y vi como la sonrisa de mi madre crecía a medida que nos acercábamos, no podía creer que solo mi padre y esta tienda podían sacarle las sonrisa más espontaneas. Entramos y mi madre emocionada camino por cada espacio mirando prenda por prenda, la joven que nos ayudaba a llevar las cosas tenía dos canastas una para mí y otra para mi madre, pero la de ella estaba a tope y ahora íbamos a medirnos las prendas, sabía que iba a comprar todo, no entiendo porque se medía la ropa.

FallDonde viven las historias. Descúbrelo ahora