Amo al mejor amigo de mi hermano.

Amo al mejor amigo de mi hermano. Capitulo 1

Capitulo 1:

Creo que en mi vida anterior fui un pato. La primera persona ajena a mi familia que vi fue a Benjamin Reyes, el mejor amigo de mi hermano mayor. Desde ese momento desarrolle un fuerte apego por él.

Mamá me relató que Ben siempre fue un niño maduro para su edad. Era demasiado bien portado.

Según mi madre, nuestro circulo familiar siempre ha tenido buena situación económica desde que ella y mi papá se casaron, no así los vecinos que vivían al lado de nuestra casa. 

La familia de Ben y mi familia son parte de un barrio de clase media. 

Hace veinte años los padres de Ben estaban pasando peripecias económicas después de que el padre de Ben fuera despedido de su empleo siendo un oficinista. La madre de Ben se había casado con la intención de formar un hogar con un hombre que pensó la mantendría económicamente con un buen pasar. Su deseo era ser una dueña de casa, con el pensamiento de que debía ser el marido el sostenedor del hogar, así que cuando el padre de Ben quedo cesante y se vio obligada por la precariedad económica de su familia a tener que salir a buscar empleo comenzaron los problemas, ya que ella le reclamaba continuamente a su marido por no ser un buen proveedor del hogar. Según ella era un fracasado, un conformista, un hombre a medias.

La convivencia en esa familia era desastrosa. Las discusiones acaloradas entre mujer y marido eran de dominio del barrio.

El padre de Ben no pudo volver a conseguir un empleo en una oficina debido a la escasez de demanda laboral producto de la inflación del país.
La escasez de trabajo se debió a un gran problema económico a nivel mundial, así que el padre de Ben se convirtió en un emprendedor. Comenzó a trabajar en la feria del mercado central como vendedor de abarrotes y productos varios. Ben para ayudarlo, lo mismo para animarlo lo acompaño a trabajar, dejando de jugar despreocupadamente como otros niños de clase media.

Siendo la familia de Ben pobre, él perdió a sus amigos en el barrio y en el colegio, ya que los padres de dichos niños les dijeron que él era mala compañía e influencia por ser pobre. Su único amigo termino siendo mi hermano mayor. Los demás niños del barrio y del colegio se burlaban de él por ser pobre o porque trabajaba como feriante en el mercado central.

Cuando yo nací Ben tenía nueve años. Y como siempre visitaba mi casa me convertí para él en una hermana menor.

A medida que crecí lo perseguí como si fuera un cachorro hambriento de afecto, y él me mostró tolerancia y mucha paciencia. Jugaba conmigo como si fuera una muñeca. Me acariciaba la cabeza con una caricia tierna y me sonreía dulcemente. Lo adoraba, lo respetaba y lo admiraba más que a mi hermano verdadero.

En cuanto Ben entro en la adolescencia la condición económica de su familia mejoró puesto que su padre abrió un almacén, un mercado particular en el barrio. Ben como de costumbre era su ayudante como vendedor durante las tardes luego de salir del instituto, lo mismo durante los fines de semana. Le quedaba de las mil maravillas el delantal negro de almacenero. Yo me la pasaba en el almacén con él como su pequeña ayudante.
En esa época yo era una niña de primaria. Ben era mi niñero con el permiso de mi madre. El gustaba de mi compañía, gustaba cuidar de mi, he hizo un excelente trabajo como mi cuidador.
Ben necesitaba tenerme a su lado porque me consideraba su único familiar. En casa de Ben sus padres eran despreocupados e indiferentes con él. Nunca se preocuparon en darle afecto, por ese motivo Ben se la pasó metido en mi casa. El era parte de mi familia.

 Mis padres consideraban a Ben un hijo más, así que cuando nací él me consideró su verdadera hermana.
Ben volcó en mi todo el amor filial que estaba hambriento por entregar a un importante familiar. Y por mi parte él era mi persona favorita.
Note desde pequeña su carisma, su atractivo físico, y amaba su carácter afable, aunque a decir verdad él era agradable solo conmigo. Con los demás, incluso con mi hermano mayor se mostraba serio, distante y taciturno. Aprecie además su alegría por la vida, por su empuje. Admire sus ganas de trabajar y de triunfar en la vida.