Normalmente las personas como yo sufren en la gran parte de nuestra vida. En la adolescencia es cuando nuestro complejos salen y nuestro cuerpo cambia.
Hace dos años entre al instituto, el cual a sido un infierno gracias a Matt Lewis y todo su grupo de idiotas.
-Hola Mari- saludo a mi mejor amiga. Ella es la única persona que ha estado conmigo en todo y me ha apoyado. La amo.
-Hola Lucy- responde saltando emocionada.
- Vamos al salón, ya es tarde- Ella solo asiente y me sujeta del brazo para llegar pronto.
- ¿Ya tienes pensado lo que estudiarás? - preguntó, mientras sacaba sus materiales.
- La verdad no, no hay nada que me llame la atención. No sé que voy a estudiar- respondí con un puchero en mis labios. Ella solo asiente y se concentra en su cuaderno, yo hago lo mismo. Estoy un poco preocupada ya que solo quedan seis meses para que el año termine y todavía no me decido.
Nuestros lugares están en la parte trasera del salón, mi asiento junto a la ventana y Mari a mi lado. Todo el salón ya esta ubicado, solo quedan disponibles dos bancos detrás de nosotras.
Esperando a que el profesor llegue al salón me dispongo a revisar mis apuntes. De repente siento que alguien me jala el cabello y me giro lentamente. Como lo supuse, es el idiota de los idiotas.
- ¿Que quieres Matt? - pregunté con cansancio
- Oye gorda ¿tienes los puntes?- preguntó arqueando una ceja.
Explicaré para que se entienda mejor: Matt me ha molestado desde que he llegado a este instituto, logrando que todos se rían de mi y me desprecien. Él es hijo de un reconocido abogado y solo eso es suficiente para que sea el más popular del instituto. No basta con que sea millonario, si no que Matt es el chico más guapo, según todas las chicas del instituto, ya que todas quieren tener algo con él. Para mí, solo es el rey de los idiotas. Literalmente él es perfecto, ya que tiene ojos azules como el mar y su cabello negro es el más hermoso de todos, y por si fuera poco es el capitán del equipo de fútbol.
Solo porque no soy delgada y tengo mis caderas más ancha que las demás y unas piernas más rellenas se a reído de mi, siempre.
- No, no los tengo. - mentí, siempre me ha pedido la tarea, no le basta con burlarse si no que también quiere que se las pase. ¡¡Que le den!!
- Vamos gordita- inclina un poco su cabeza- dame los apuntes- exigió.
- No quiero- respondí y me gire.
- ¿¡¡Lucy, estas más flaca o me pareces!!?
- gritó haciendo que todos, pero absolutamente todos, comenzarán a reír.- Ya Matt, deja de molestar- exclamó Mari, mirando al idiota.
-Mari ,cállate, no te estamos molestando a ti-
-¡¡Oh, la amiga la defiende!!- gritó, con sarcasmo, él amigo de Matt. Derek. todos en el salón reían sin parar.
-Eres un estúpido e idiota- le hable a Matt, quien tenia una sonrisa en su rostro. Él se acercó quedando a pocos centímetros de mi, no hice ningún movimiento, la verdad este ser no me causa nada, solo odio.
- Tú eres gorda y fea- dijo
- ¡¿Qué esta pasando ahí?!- preguntó el profesor.
Los dos seguíamos en la misma posición, mientras nos mirábamos a los ojos.
-¡¡Señorita Morgan y joven Lewis!!- gritó, pero no podía sacar mis ojos miel de los suyos.- tomen asiento ¡¡Ahora!!- exigió nuevamente, haciendo que nos sentáramos rápidamente.
Término la clase, gracias al cielo, y ahora estamos en la cafetería. Recibo mi bandeja y me encamino hacia el fondo de la misma, donde habían mesas disponibles.
- Ya no vamos a poder comer Derek, porque la gorda se comió todo- dijo Matt, parándose delante de mi.
-¿Todos los días lo mismo? creo que hablaré con la cocinera para que haga comida extra- dijo el idiota, amigo del otro idiota.
- ¿Cuando vas a madurar? - preguntó Mari.
- ¿Cuando pierdas tu virginidad? - se burló Derek.
Camine hasta estar cerca de Matt - Eres el ser más odioso del mundo, los odio, a ti y a tu estúpido amigo- tome aire- yo podré ser gorda, pero soy mas persona que tu, ¡¡idiota!!- finalice pasando por su lado y caminando a la mesa- Vamos Mari, no hables con gente sin cerebro- ella ,con una sonrisa en su rostro, me sigue.
- ¡¡Eso fue genial!!- reímos.
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Entrando ya en casa, mi hermano me espera para almorzar
-Hola pequeña Lucy, ¿como te encuentras?- preguntó, mientras colocaba el plato con tallarines delante de mi.
-Bien, ya sabes, aburrido. - Respondí
Estoy por meter un bocado a mi boca, cuando suena el timbre. Marco, me sonríe y me señala que atienda. Abro la puerta y mi día mejora automáticamente.
-¡¡Logan!!- grite y lo abrace.
-Hola pequeña ¿como estas?- Logan es el mejor amigo de mi hermano, ambos son arquitectos. Él es el ser mas hermoso del mundo, cabello castaño, ojos marrones y espalda ancha. Llevo enamorada de él desde siempre, no me importa que sea diez años más grande que yo.
-Bien- respondí- ¿vienes a almorzar?
- Sí, ¿Marco no te dijo?-
- Quería darte una sorpresa. - interviene mi hermano. - pero ya entren que se enfría la comida. - Ambos asentimos y entramos a comer.
Marco desde que nuestros padres murieron en un accidente de trafico, cuando yo tenia diez años y el veinte, siempre me a cuidado y protegido. Es imposible decir que no lo amo.
Luego de limpiar todo y subir a mi habitación. Entra mi hermano.
-Lucy nos vamos, a surgido algo en el trabajo.- dijo- ¿te quedas acá o vas a lo de Mari?-
- Me quedo- respondí con una sonrisa.
-Esta bien, ten cuidado, no abras a nadie y no salgas- exigió.
- Sí, ya lo sé. - rodé los ojos
Marco asiente y sale. Escucho la puerta principal abrirse y bajo rápidamente las escaleras.
-¡¡Adiós Logan!!- grite y lo abrace.
-Se despide de ti y eso que yo soy su hermano- se quejó Marco.
- No te pongas celoso- dijo Logan- nos vemos, cuídate ¿si?- asentí.
Lo solté y abrace a mi hermano.- Adiós, cuídate y ojo con las chicas- dije fingiendo enojo.
No es porque sea mi hermano, pero él es realmente guapo, su cuerpo esta bien trabajado, su piel morena como la mía y sus ojos color miel.
-Claro pequeña- me envolvió en sus brazos- adiós- agitaron sus manos y salieron.
Camine a la sala y me puse a ver una película.
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Atrapado ®
RandomLucy una chica con sobrepeso, será burlada y humillada por el idiota más hermoso de todos. Matt Lewis, quien sin darse cuenta quedara atrapado en el amor. -Tengo que hablar contigo.- Dijo, nervioso. - Dilo rápido.- Dije, mirando mi reloj de muñeca...