Hoy no fue muy diferente de ayer, sólo que esta vez Fukase me saludó cuando nuestras miradas se encontraron y que durante la cena él se unió a la conversación, lo que sorprendió a Piko y alegró a Oliver. Estaba sentada en la cama, esperando por el dibujo, a las 1 am, igual que anoche, la hoja de papel doblada por la mitad apareció bajo mi puerta. Esta vez era un dibujo de ambos abrazados por los hombros y sonriendo, abajo decía "Te espero en el mismo lugar, tengo una pregunta para ti". Lo guardé en el cajón vacío de la mesa de luz junto con el otro para ir a nuestro encuentro.
Hice a un lado la cortina de hojas del sauce llorón para revelar a un Fukase con la mirada fija en sus pies, una gran sonrisa se formó en su pálido rostro al escuchar mi voz y su vista subió hasta mis ojos, los cuales estaban un poco más bajos que los suyos por la ligera diferencia de altura entre los dos, iniciamos la conversación con un simple— Hola —igual que anoche para que al instante el pelirrojo preguntara.—¿Hay alguien que te guste? —que directo.
—N-no me interesa nadie pero... varios chicos piensan que caeré a sus pies por algo de cursilería y chocolates para luego usarme de calculadora humana.
—Ya veo... A mí tampoco me gusta nadie, todas las chicas de nuestro curso son un poco...
—¿Putas? —asintió, dijo que no le caían bien y que eran muy falsas, a excepción de mí, mi corazón se detuvo un segundo— ¿Qué insinúas? —pregunté, él negó con la cabeza diciendo que era sólo un cumplido, poco después un silencio algo incómodo dominó el lugar. Para romper el hielo él sonrió tímidamente, se volvió a acercar con intenciones de abrazarme, no retrocedí esta vez, sus brazos me envolvieron con cariño y me pegaron a su cuerpo, apoyé mi cabeza en su hombro y me dejé acariciar la espalda por sus frías manos. Él me liberó del abrazo minutos después y me dijo que fuera a dormir para no quedarme dormida en clase. Me negué. Quería hablar más tiempo con él así que pregunté por su relación con Oliver.
—¿No quieres dormir? Jajaja... Pues Oliver es... un pesado, en resumen, me sigue a todos lados todo el tiempo y actúa como un niño —suspiró— sin olvidar de que pregunta demasiado.
—Y... ¿por qué no lo mandaste a la mierda?
—Ya tengo mala fama entre los profesores y quizá entre los alumnos, no me arriesgaré a ser expulsado de nuevo, no habiendo encontrado al fin un grupo de amigos —me mantuve en silencio, firme en el lugar en el que estaba. El hizo una pausa para verme detalladamente y sonrió con dulzura— Además, si quiero llevarme bien contigo tengo que aprender a aguantarme a esos frikis —el pelirrojo se rascó la nuca con nerviosismo.
—Me agrada que no seas como el resto.
—Y a mí me agrada tu valor para usar uniforme masculino —guiñó el ojo— te queda excelente —su agradable comentario logró sacarme una sonrisa.
—Una última cosa ¿por qué tienes vendas en el brazo izquierdo?
—Lo mismo por tus muñecas.
—Esto es porque soy una idiota que se torció la muñeca en educación física y quiso que ambas manos fueran iguales —hice una pose extremadamente diva enseñando mis vendas, de las cuales estaba orgullosa, logrando así que Fukase riera como rara vez lo hacía.
—Lo de mi brazo no es muy distinto a lo de mi cara así que te puedes ir haciendo una idea de sus condiciones actuales.
—Debiste sufrir un infierno allá.
—Pero sobreviví y fui recompensado con una flor encantadora —mis mejillas comenzaron a arder ante esas palabras, lo que le hizo mucha gracia al pelirrojo— Jajaja... ahora ve a dormir florcita, yo me quedaré un rato viendo las estrellas, me relaja bastante.
—¿Acaso no duermes? —pregunté, él sonrió.
—Sí que lo hago, sólo... no en mi habitación.
Sin nada más que decir me despedí y me fui a mi habitación para caer en brazos de Morfeo en cuanto mi cabeza golpeó la almohada.
...
Mi cama se sentía hundida en un costado, como si alguien estuviera allí, me di media vuelta únicamente para encontrarme al albino sentado en mi cama con el celular en su mano y su uniforme de educación física. Pregunté qué demonios hacía en mi habitación a lo que él respondió— olvidaste trabar la puerta, pude entrar empujándola... y es tarde para gimnasia —me levanté tirando a Piko al suelo, me puse el uniforme sin importarme que el polizón estuviera viendo y corrimos de la mano al gimnasio. Llegamos justo a tiempo. Fukase me quedó mirando, luego sonrió sacando la lengua, imité su acción, un par de chicas cerca nuestro nos quedaron viendo unos segundos para comenzar a cuchichear. Molesto.
Nuevamente el profesor me felicitó pero esta vez también a Fukase, el cual me sonrió victorioso, enojada de tener que compartir la victoria le enseñé mi maravilloso dedo medio a lo que él rió alegremente. Parecía otra persona totalmente distinta al Fukase de hace tres días, era más alegre y sociable.
Al terminar la clase de educación física todos nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones a darnos un baño, yo fui una excepción, el grupo de viejas chismosas se me acercó, la líder con una sonrisa ladina, y comenzaron a repartir rumores como pan casero.—Te vimos pasando tiempo con Fukase últimamente... ¿no será que también compites para ganarte el premio gordo? —preguntó Miku de mala manera.
—¿Premio gordo? ¿No era él? —pregunté.
—Será excelente estudiante, pero no se entera ni si una mosca pasó frente a ella —dijo disgustada Una.
—Dicen entre las chicas del otro 5to que Fukase es amigo de Len Kagamine —dijo Rana en voz baja.
—Ah... el putito ese.
—¡NO ES UN PUTITO! —gritó la de coletas— Es un ángel... —suspiré, no tienen remedio— y varias chicas, aparte de nosotras, quieren conseguir su atención porque... la novia del favorito es la favorita obviamente, y bueno, nos guiamos por los rumores para conocer a nuestras rivales.
—¿Acaso creen que me importa la popularidad? —arqueé una ceja, estas chicas ya me estaban cansando.
—Si, eres la sabel- —Fukase apareció detrás de mí con un semblante aterrador.
—Fuera de mi camino montón de putas —dijo con una voz monótona.
—Vaya vaya, parece que de tanto hablar de ti te acabamos invocando —nuestras miradas se encontraron fugazmente, lo que hizo que me sonrojara ligeramente.
—No me voy a quedar de brazos cruzados si meten en una pelea de perras a una gata —su tono de voz había cambiado totalmente, su voz se oía más dulce y una tierna sonrisa estaba dibujada en su rostro blanco papel.
—Fuka~ ¿como estás? Estuviste increíble hoy —alagó Miku. No hubo respuesta.
—¿Te comió la lengua el ratón o sólo es que eres tímido con las chicas? —nada.
—Dicen las del otro quinto que tú cabello es teñido ¿vienes con nosotras a probar que es mentira? —silencio.
—Yo amo mi castidad, no como ustedes, así que NO.
—Ehmm... —la tension entre ellos era notoria por lo que preferí cambiar el rumbo de la conversación— Oliver te estaba buscando, deberías ver que quiere.
—Podrá ser amable y tierno pero es un pesado —dijo para sí mismo.
—Está aprovechando que no eres un putito del equipo de fútbol bromeé.
—El ejercicio físico no es lo mío, gracias. Odio ensuciarme las manos —aclaró. Ambos reímos divertidos y dejamos atrás a las viejas chismosas verdes de envidia para ir en busca del inglés, a ojos de las chicas.
ESTÁS LEYENDO
Mía y de Nadie Más <<Flokase>>
FanfictionFlower es una estudiante de 5to año, tiene excelentes notas pero nadie está interesado en ella a excepción de sus amigos y un par de Romeos que quieren aprovecharse de la inteligente del curso... y Fukase, el chico misterioso y callado en el que tod...