CHAPTER 21

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Fukase sonrió dulcemente al verme despierta, él había entrado a mi habitación durante la noche para dormir conmigo, sus manos temblaban y tenía los ojos llorosos así que no pude decirle que no, no estando él tan alterado.

—Gracias... me siento mejor ahora —masculló con una sonrisa, teníamos educación física en un rato así que no podía dormir esta mañana. Fukase parecía estar en contra de ello también.

—A todo esto. ¿Por qué estabas tan nervioso anoche?

—Tuve una pesadilla —respondió con la vista puesta en sus manos. A veces parecía un niño en el cuerpo de un adolescente— Papá da mucho miedo en mis pesadillas...  —sin decir una palabra lo abracé, a pesar de jamás haber vivido una vida llena de abusos entendía perfectamente lo que era ser atormentado por las pesadillas hasta el punto de no poder dormir. Una sensación verdaderamente horrible.

—Tranquilo Fuka. Está bien. Entiendo —él correspondió a mi abrazo y ocultó su rostro en mi cuello, estaba caliente. Al poco tiempo se retiró para dejarme vestirme tranquila.

Claro que no por eso ya podía estar en paz. Al poco rato los tres estaban tocando la puerta con insistencia. En cuanto abrí, tres sonrientes rostros me llevaron con ellos.

...

En los vestuarios habían chicas de distintos años, todas bañándose o cambiándose por el uniforme de todos los días para ir a almorzar, muchas parecían apuradas. Alguien tocó la puerta.

—¿Ya...? Apúrate que tengo hambre — dijo una voz conocida alargando las vocales. Muchas chicas empezaron a murmurar entre sí y a señalarme. Simplemente las ignoré.

—Eeem... Es sólo por curiosidad, no lo tomes a mal —una chica de otro año habló detrás de mí, me terminé de poner la camisa y me volteé a verla— ¿el pelirrojo y tú son algo? —casi por instinto dirigí mi mirada a sus compañeras que estaban atrás murmurando. Seguramente Fukase también les llamaba la atención, aunque siendo honestos esa melena roja y esa mirada muerta llamarían la atención en cualquier lugar.

—Sí... Es mi novio. ¿Pasa algo? —aunque fingía ignorancia, sabía muy bien por los suspiros que soltaron algunas que era por él.

—¿Pero cómo es? Mi hermana me dijo que es un hijo de puta pero se escuchó muy amable... —añadió otra. No podré salir fácil de esta.

—No es que sea un hijo de puta... es sólo... Fukase —al instante recibí otra pregunta, en cuanto la respondí me hicieron otra más y así hasta que la puerta se abrió y la melena que todos conocían se asomó, algunas chicas gritaron del susto al no estar del todo vestidas pero a la mayoría poco nos importó.

—Las mujeres tardan mucho en vestirse ¿cómo es eso? —preguntó, sin revelar aquellos penetrantes ojos rojos. Al instante fue sacado del gimnasio por un profesor, probablemente con un buen castigo por irrespetuoso. Al salir habían dos varones más.

—Dios... Lo que un poco de confianza puede hacer en un idiota —murmuró Piko, Oliver sólo hacía pucheros.

—¡Tenemos que adiestrar a Fukase! —comentó a mitad de camino el rubio, quien caminaba balanceando nuestras manos unidas como un niño— Mejor dicho, Flower debería hacerlo. Fukase siempre te hace caso y nunca enloquece contigo.

—Pero Fukase está bien como está, lo que vivió de chico es algo que no podemos cambiar al igual que su forma de ser. Aunque creo que es mucho mejor el Fukase de ahora —ambos varones estuvieron de acuerdo conmigo, era encantador saber que él había logrado dejar atrás muchas de las cosas que lo atormentaban para dar lugar a una mejor vida.

—Flower... Te tardaste mucho. Me muero de hambre —reclamó el pelirrojo que ya estaba sentado en una mesa, su bandeja estaba llena y se notaba que no había tocado su comida. Fue un lindo gesto el suyo.

—Ya va. Voy a buscar lo mío.

—No. Iré yo, tú quédate con mi comida. Puedo aguantar unos días más sin comer.

—¡Pero eso no es sano Fuka! —exclamó Oliver, que se dirigía a servirse lo suyo junto a Piko. Fukase hizo un gesto con la mano, contestando que era normal para él. Su mirada contradecía su tono de voz.

—¿Recordaste algo feo? —pregunté en cuanto tuvimos la mesa para nosotros dos.

—No te preocupes mi bella flor, no es nada que el tiempo y tu cariño no me hagan olvidar... —comentó con una sonrisa, seguido de eso tomó mi mano— Aún no te las quitas... y eso que dentro de poco terminan las clases... Pero te quedan bien, así combinamos —bromeó, haciéndome reír, sin dudas era algo que teníamos en común. Él las quitó sin que me diera cuenta y al ver quemaduras y cortes ya cicatrizados en el dorso la besó— Aún pienso que tienes manos hermosas. Si es tuyo no tengo dudas de que me gustará.

—¿Interrumpimos una propuesta?

—Uuh... ¿Quién le propuso a quién? —ambos chicos de colorido peinado se sentaron junto a nosotros, Oliver al lado de Fukase para preguntar sobre su vida y Piko a mi lado por el mero hecho de ser mi hermano.

—Bueno... sacando el tema más importante... —comenzó el de ojos bicolor— parece que los profesores se reunirán esta noche. Sería una buena oportunidad para enterarnos de lo que saben, lo único es que será en la noche y habrá que... —Piko no pudo terminar su oración pues Fukase inmediatamente se ofreció a trasnochar.

—Estoy acostumbrado a vagar en la noche, puedo hacerlo una vez más —aseguró, luego volteó hacia mí y aprisionó mis manos entre las suyas— Además... por mi bella flor haría lo que fuera. Si esto me da más tiempo junto a Flower, no dudaré en ofrecerme —su adorable sonrisa se contagió a la gente a su alrededor, él había cambiado mucho estos meses y no dejaba de mejorar. No podía rechazar el cariño de alguien que a tanto se había atrevido por mí.

Horas de paz y risas pasaron hasta que llegó la noche, Fukase vino primero conmigo por un beso de la buena suerte pero aún así...

...Algo me inquietaba.

N/A🔪

Estos días le daré fin a mi primera wea hetero :')

Intentaré traer el final y epílogo lo más pronto posible♡

See you soon dear readers♡

Mía y de Nadie Más <<Flokase>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora