CHAPTER 5

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La mañana llegó más lento de lo que pensé, al verme en el espejo de mi baño vi a un zombie de una película de terror, las enormes bolsas bajo mis ojos eran iguales a las que tuve las tres semanas que no me atreví a hablar con Fukase. Golpearon la puerta. Me lavé la cara y los dientes y abrí para encontrarme a Oliver en la puerta acompañado de Rana, él preguntó por Miku y las otras debido a que la peli rosa estaba preocupada, respondí que no las veía desde la mañana de ayer. Rana se llevó una mano al pecho, agarró la manga del abrigo de Oliver y siguió su camino mientras el varón se despedía de mí con una gran sonrisa y los pulgares arriba. Negué con una sonrisa y cerré la puerta para cambiarme tranquilamente.
Ya en el comedor me encontré a los chicos acompañados de la de largas trenzas, Oliver se excusó diciendo que era para que no se quedara sola debido a que las chicas no estaban por ningún lado, no dije nada y me senté a desayunar con ellos, Fukase nuevamente estaba ausente.
Un alarido de parte de una chica con un gran sombrero alertó a alumnos y profesores, Rana fue la primera en correr en dirección a la horrorizada chica de coletas azules, los profesores y muchos de los alumnos fueron detrás, me picó la curiosidad y fui en compañía del albino, Oliver no quería quedar atrapado entre montones de personas. Al llegar detrás de las gradas vimos a los profesores y preceptores amontonados, Rana siendo consolada por Una, Neru tomando fotos con su celular y a Miku en el suelo, mechones de cabello turquesa repartidos por el césped y un enorme charco rojo que rodeaba el cuerpo y llegaba a los pies de los adultos. La amada líder de las p*tas había muerto Y, por el desagradable olor que emanaba del cuerpo, no fue hace poco.— ¿Quién de 5to año no estaba presente en el desayuno? —preguntó seriamente el director, rápidamente acusaron al nuevo, Oliver llegó por el otro lado acompañado del adormilado pelirrojo, él levantó las cejas al ver al cadáver y se burló de ella, el profesor Kiyoteru le preguntó por qué no estaba desayunando con sus compañeros a lo que respondió que se había quedado dormido, el mayor no le creyó. Enseguida Rana y Oliver dijeron que cuando fueron a preguntarle por las chicas antes del desayuno su puerta estaba entreabierta y el pelirrojo dormía sobre un libro de física, intentaron despertarlo de muchas formas pero este no movió ni un dedo, el profesor le dedicó una mirada de duda y lo dejó pasar. El sospechoso número uno se acercó a mí y tomó mi mano, todavía no podía creer lo que había frente a mis ojos, en la escuela más prestigiosa y grande de la ciudad, una alumna a sólo meses de ir a la universidad había sido asesinada, le faltaba cabello, parte de sus tripas estaban afuera y la lengua con la que me había dicho todo tipo de cosas había sido cortada junto con algunos dedos. Escuché mi nombre siendo pronunciado por el de piel blanca y me desplomé en el suelo.

...

Desperté con una cegadora luz blanca enfrente, en cuanto pude acostumbrarme a la iluminación me intenté levantar, una mano cubierta de vendas me detuvo, con su voz grave me pidió que me quedara acostada, la enfermera se acercó y preguntó si me sentía bien, asentí, un ligero dolor de cabeza y unos raspones eran lo más grave que tenía así que la amable mujer de cabellos dorados me dejó marchar.

—Me preocupaste Flower, estabas ahí parada en silencio y cuando te toqué tú... —el pelirrojo me estiró del brazo y me atrapó entre sus brazos— pensé que te había pasado algo grave.

—N-no te preocupes... estoy bien —me alejé un poco— ¿ves? —él sonrió más tranquilo y dijo que por lo de Miku y la investigación que se estaba llevando a cabo no había clases y que quería ir conmigo a un lugar especial, asentí y agradecí por haberme llevado a la enfermería cuando me desmayé,— en realidad lo tenía que hacer aunque no quisiera, cuando el profesor vio a algunos vomitando o desmayados me dijo que te llevara a ti y a los que estaban descompuestos con la enfermera Ann —aclaró levemente sonrojado. El lugar al que me había llevado era nada más y nada menos que el invernadero de la escuela, montones de árboles frutales y flores crecían ahí y era común que los profesores de biología lo usaran de aula, el lugar era simplemente hermoso y también enorme, lamentablemente sólo algunos genios e hijos de profesores tenían el derecho de pasar las tardes en dicho paraíso debido a que los preceptores no les daban la llave a cualquiera. Pregunté cómo había logrado abrir la puerta a lo que él me mostró un agujero enorme en la parte trasera de la casa de cristal, por el cual un alumno podía pasar tranquilamente. Nos sentamos a la sombra del manzano y Fukase me señaló un par de plantas que allí crecían para probar mi conocimiento, 5/6 fue mi calificación.

—Veo que te mereces ser llamada cerebrito —elogió— ¿pero estás segura de que no recuerdas el nombre de esta flor?

—No tengo idea —respondí.

—¿No se parece a las flores de la corona de flores con la que te había dibujado en la última invitación? —acercó su rostro aún más, volví a responder negativamente y él se rindió— Te diré como se llama pero sólo si me das algo a cambio —ofreció.

—¿Qué quieres? ¿que te haga la tarea? —negó con la cabeza— ¿dinero? —volvió a negar— no sé entonces —en cuando me rendí oí su agradable risa, él se levantó y sacó de entre unos arbustos una corona igual a la del dibujo que me dio anoche, delicadas flores moradas entrelazadas formaban una corona de campanulas, según Fukase, él la colocó en mi cabeza con una sonrisa y se volvió a sentar a mi lado.

—Flower, me gustas...

♡N/A♡
Para los que no saben como se ven las campanulas, estas son:

Mía y de Nadie Más <<Flokase>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora