Flower POV:
El lunes llegó antes de que lo notara, no vi a Fukase al entrar y tampoco en el almuerzo, estaba desaparecido otra vez. Después de clases, en las cuales cierto pelirrojo estuvo ausente, me fui al invernadero, tenía llave por ser del agrado de algunos profesores pero me dio ganas de entrar por el cristal roto como había hecho Fukase, sólo se podía entrar arrastrándose pero no era complicado, este agujero daba a un pequeño jardín de campanulas, orquídeas y otras flores, todas del mismo color, un angosto camino marcado por la falta de césped conectaba el agujero oculto por unos yuyos con el borde de ladrillos y camino de cemento, en una rama del gran manzano situado en el centro del invernadero dormía pacíficamente el pelirrojo, el silencio que reinaba en la casa de cristal era sólo opacado por los ronquidos del pelirrojo y el canto de algunas aves que se posaban en el techo. Trepé hasta alcanzar al varón y sacudí cuidadosamente su pierna, él abrió los ojos y se sonrojó al descubrirme sentada cerca suyo mientras dormía,— Hola —fue lo único que dijo antes de colgarse de la rama paralela a la que usó de cama y bajar del árbol, imité su acción y ambos nos sentamos en la banca a los pies del gigante.
—Fuka... ¿por qué desapareciste? —pregunté, no hablaba conmigo y se ocultaba al punto de hacerme sentir culpable por lo sucedido algunos días antes.
—Lo siento... No quería preocuparte, es sólo... —él se relamió los labios y tragó saliva, estaba nervioso y se notaba mucho— p-pensé que te incomodaría estar conmigo después de lo que te dije...
—... —de la nada empecé a reír a carcajadas, Fukase me miró preocupado jugando con sus dedos ansiosamente— Aaaah... No me había reído así en mucho... —cuando finalmente me calmé me recosté en la banca y lo miré a los ojos— eres más tonto de lo que pensé —él tenía los ojos cual platos, volví a reír— no soy esa clase de persona, por algo odiaba a Miku y las demás, claro que seguiría queriendo hablar contigo, es más, si no hubieras salido corriendo ese día hasta te habría dicho que sí —una sonrisa retorcida se presentó con trompetas y tambores en el blanco rostro de Fukase, sus ojos se llenaron de vida como no había visto jamás y antes de que pudiera decir o hacer algo él unió nuestros labios en un largo beso. Al por fin poder liberarme de sus suaves labios vi algo que hasta ahora no había notado en su cuello, pregunté por aquella extraña marca a lo que él respondió que era sólo una vieja cicatriz, una cicatriz muy similar a la que tenía él en el cuello, mantuve mis palabras en mi mente y me acomodé en sus brazos, el silencio nuevamente dominó el invernadero, únicamente interrumpido por las ocasionales preguntas que Fukase me hacía respecto a "su jardín" y al regalo que me dio, un ramo de las flores que vi al llegar me fue entregado por el pelirrojo acompañado de un beso en la nariz, él se tenía que ir a hacer algo importante por lo que me quedé sola en el gran invernadero con un precioso ramo de flores frescas en mi mano, el cual puse en un florero en cuanto volví a mi habitación, que no fue en mucho. Piko me dijo que era urgente y que nos juntemos en dicho lugar, no pregunté y seguí sus órdenes.
En mi habitación estaban Piko y Oliver, el rubio llorando y gritando como si lo mataran y su acompañante abrazándolo con fuerza, pregunté lo sucedido pero ninguno dijo nada, el albino me dio un sobre con la base húmeda y me pidió que lo abriera, eran la lengua de Miku y una nota mojada que decía "con esta lengua selló el cruel destino que le esperaba, yo sólo lo hice realidad, estoy cumpliendo mi promesa, deshacerme de aquellos que no son dignos de una flor tan bella como tú", esa caligrafía era la de Fukase sin duda pero las palabras parecían dichas por otro, por él, la única vez que oí su voz fue la noche del incendio, antes de dejarme escuchando los horribles gritos que salían de la casa en llamas dijo— "Una flor tan bella no debe marchitarse porque un insecto se comió uno de sus pétalos, sólo basta con esperar a que crezca otro" —. Nunca pude olvidar algo tan cruel como lo que hizo, era algo imperdonable pero... ¿y si no lo... porque ya no podía?—Flower... es obvio que Fukase la mató... tenemos que decirle al director —dijo Piko, al igual que yo, dudaba de que Fukase fuera él, pero aún así teníamos que avisar a alguien sobre esto, decirle a los mayores que nuestro amigo asesinó a una compañera. La puerta se abrió de golpe. Fukase tenía más vendas que antes y algunas gotitas de sangre manchaban la alfombra mientras caminaba en mi dirección, me abrazó por la cintura y me tomó del mentón para que lo viera a los ojos, sus vacías orbes rojas se desviaron a mis labios y se acercó peligrosamente a ellos,— Te amo...—susurró antes de atraparme en un apasionado beso. Este, a diferencia del que me dio en el invernadero, me daba asco, no porque besara mal sino que porque sabía a sangre.— lo siento... No quería que me temieran... sólo quería protegerte —explicó, todo en voz muy baja, como para que nadie más que yo lo escuchara. Oliver se le tiró encima y empezó a morderlo y golpearlo mientras gritaba— ¡¡¡Asesino!!! ¡¡¡Ella no merecía tanto!!! —, Fukase no se defendió, sólo se dejó golpear hasta que Piko alejó al rubio. Una risa se hizo presente de parte del pelirrojo tirado en el piso,— Flower... ¿no les dijiste que me amabas? Lo de Miku lo hice por ti, así nunca más se burlarían de ti... Planeaba terminar con Una pero veo que no estás feliz... lo siento —dijo, una lágrima escurridiza se resbaló por su mejilla sana al mismo tiempo que sonreía, esa sonrisa de niño inocente fue lo último que me dio antes de quedar inconsciente.
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Mía y de Nadie Más <<Flokase>>
FanficFlower es una estudiante de 5to año, tiene excelentes notas pero nadie está interesado en ella a excepción de sus amigos y un par de Romeos que quieren aprovecharse de la inteligente del curso... y Fukase, el chico misterioso y callado en el que tod...