"EL PODER DEL AMOR" Primera Temporada

Capítulo Siete "¿Una boda?... y un Funeral"

<< Hay ocasiones en la vida en las que te das cuenta quienes son las personas que te quieren y valoran y que sin importar la situación o el momento te apoyaran. >>

El día después de la gran noticia de su próximo viaje a Corea, Alejandra acudió a la Academia para entregarle el teléfono celular a Daniel. Por tanta alegría se le olvidó por completo entregárselo el día anterior. Lo tomó cuando la encerraron en el cuarto de limpieza. 

Al llegar entró directo hacia el salón donde practicaban. Antes de llegar a la puerta escuchó dos voces provenientes del interior. 

—Ya te dije que yo no tuve nada que ver en ese incidente. 

—¿Estás seguro? —cuestionó Daniel. 

—¡Claro que sí! —Ya me contaste sobre los motivos del porque la ayudas tanto, no soy tan tonto como para no creerte. 

—Entonces… si no fuiste tú ¿tienes idea de alguien más? 

—No… —el chico se quedó pensando un momento—, ¡espera! Creo sé quién está detrás de todo esto. 

Obtuvo completa atención de Daniel, pero también de Alejandra quien seguía sin mostrarse ante ellos, era preferible, si lo hacía podría molestar.

—¡Alexia! —continuó el chico—. Ella también venía a la Academia los tiempos que Alejandra y sus hermanas practicaban. Incuso varias veces la vi grabando con su celular pero no le di mucha importancia. 

—Entiendo. Discúlpame por haberme exaltado y desconfiar de ti —lo tomó de las manos y lo acercó hacia su cuerpo enredándolo en un abrazo. 

Alejandra estaba a punto de hacerse presente pero se detuvo en el umbral de la puerta al ver la escena. Se despabiló al escuchar susurros que poco a poco se hacían más fuertes e iban en esa dirección. 

—Sí, sí, ya llegué —alzó la voz colocando su celular en su oído fingiendo hablar por teléfono. 

Daniel se separó del chico quien solo se dio la vuelta lleno de nervios. Alejandra le guiñó un ojo y después desvió su mirada hacia la puerta. Las voces que escuchó antes estaban a punto de llegar al salón y era lo que ella intentaba decirle. Eran tres alumnas de la Academia, una de ellas Alexia. 

—¡Oh! Alejandra —saludó una de las chicas—. Me enteré que ayer alguien robó tu coreografía y la presentó como suya ¿Si pudiste participar? 

Alexia hizo como que buscaba algo entre su bolsa evadiendo las miradas de Daniel y la misma Ale. 

—Es cierto, pero igual pude participar —respondió con una gran sonrisa—. Incluso creo que le agradezco a la chica que bailó mi rutina. Me enteré que no quedó en los elegidos. Si yo hubiera bailado la coreografía no me hubieran aceptado. 

—¿De verdad? —habló la otra—. Yo creo que fue el karma. Ella hizo mal y le fue mal. Pero no estoy de acuerdo con lo último. Eres una bailarina talentosa con o sin esa rutina sé que te habrían aceptado. 

—Y chicas ¿porque están aquí? si no mal recuerdo les dije que les daría una semana de vacaciones —interrumpió Daniel. 

—Bueno la verdad, queríamos pedirle que nos dejara venir todos los días. Eso de no bailar ni un solo dedo durante una semana no nos sienta bien. 

—Entiendo —sonrió—. Pueden venir cuando quieran, tienen las puertas abiertas a su gusto. 

—¡Gracias, Profesor! 

—Alejandra ¿puedo hablar contigo un momento? —pidió Daniel. 

—Sí, claro. 

Salieron del salón de prácticas hacia la oficina de Daniel para conversar en privado.