Capítulo Tres

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Pasó otro par de años, en el que estuve robando el material para construir la cabaña en la montaña, esto hizo que la cabaña se viera como una que está abandonada, eran partes de madera de distintos colores y tamaños, lo que hacía que quedaran pequeños huecos por los que entraba luz, lo que estaba bien ya que no sabía construir ventanas, apenas pude hacer el marco de la puerta y una puerta, lo malo de esos huecos era que en las noches podía haber viento y este entraría, lo que no era muy bueno, ya que como el clima que predomina en estas montañas es el frío y constantemente está nevando, podría significar que mi hermana se enfermara, así que como podía iba construyendo y tapando los huecos más grandes desde dentro, y entonces, con un poco de ayuda de mi hermana, que ya tenía cinco, y empezaba a ver que las cosas no iban tan bien, e intentaba ayudarme a cargar madera o herramientas, pero obviamente no podía, y yo la llevaba en la carreta ya que con mi magia Dynamo no me costaba nada poder llevar todo ese peso, y entonces cuando logré terminar la cabaña, lo que seguía era la parte más peligrosa, intentar robar cosas más importantes, para poder venderlas y conseguir dinero, ya que necesitábamos muchas cosas, al principio como robaba comida, lo que usábamos para comer era una fogata afuera de la cabaña, y siempre lo cocinaba en el día porque no quería que nadie se diera cuenta de que había gente viviendo en la montaña. Hasta que a mi hermana se le ocurrió hacer un espacio dentro de la casa parecido a una chimenea, con piedras, en donde podría encender fuego sin quemar toda la casa, y así comenzamos a vivir.

Los robos que realizaba al principio fueron muy básicos, como el entrar a una tienda, tomar las cosas que quería, esconderlas en mi abrigo con la esperanza de que nadie me viera, y salir de la tienda, esto me salió mal algunas veces, pero lograba escapar. Pero como dije antes, necesitaba una manera de conseguir más cosas, ya que el espacio que hay en el abrigo es muy poco como para llevar grandes cosas, lo que necesitaba era poder comprar las cosas, lo que ameritaba robos de objetos valiosos, los que solo podría encontrar en las casas de otras personas.

Las primeras veces, lo que hacía era vigilar la hora de entrada y salida de las personas que vivían en las casas en las que iba a robar, lo que me permitiría encontrar una hora o lapso de tiempo en el cual podía entrar a robar con el menor peligro posible, aunque algo que no sabía cómo hacer era cómo desactivar las alarmas, ya que muchas casas de la zona más adinerada, tenía sensores de presión en las alfombras de sus casas, y era algo que me extrañaba, todas esas casas tenían alfombra, que acaso los ricos no les gusta traer zapatos.

Los primeros robos fueron de objetos como lámparas, o cosas que me encontraba rápido, ya que al sonar la alarma me quedaba muy poco tiempo antes de que llegara alguien y me atrapara, claro que no me daban mucho dinero por esto en las casas de empeño, o los lugares donde las vendía, yo siempre les aseguraba que eran valiosas, pero claro que nadie confía en el sujeto que tiene toda la ropa rasgada. Al menos conseguía dinero para comprar más comida, y algunas cosas como un poco de ropa nueva para Robin, ya que crecía con rapidez o el tiempo pasaba muy rápido.

Aunque no se si llamarlo suerte, pero a los 17, cuando Robin ya tenía seis, ocurrió un suceso antinatural que me dio ventajas, ya que nunca volví a usar Dynamo después de terminar la casa, entonces era como si hubiera olvidado cómo usar magia, lo que llevó a que una noche en la que había escuchado que habría una posibilidad de un tornado, me dispuse a arreglar todos los cimientos de la casa y a reforzarla con más material, porque si el tornado pasaba cerca de nosotros nos dejaría completamente sin nada, se llevaría nuestra caja en la que vivíamos, entonces estuve trabajando incansablemente todo el día llevando lo poco que podía cargar sin la magia, y subiendo de vez en cuando al techo o a la escalera improvisada, que solo eran algunos tablones de madera pegados, para las partes altas de la casa.

Las noticias que escuche en el radio, que había robado por cierto, decían que el tornado era muy grande, y que esperaban muchos daños, eso no hizo más que alarmarme, le pedí a Robin que se quedara en la casa mientras yo la arreglaba, solo me pidió que tuviera cuidado, la naturaleza es impredecible, lo que me hacía pensar que había posibilidad de que el tornado no pasara por nuestra zona, y se desviara para algún otro lado, pero como el universo algunas veces parece conspirar en mi contra fue directo a la zona en la que vivíamos, vi como el tornado se acercaba, no supe qué hacer, Robin escuchaba y sentía el fuerte viento y me preguntaba si todo estaba bien a lo que yo le decía que sí, claramente intentando que no se asustara, pero el tornado era estúpidamente grande, aunque algo extraño sucedió.

Logre ver en su interior, en la parte más estrecha, en el ojo del tornado una luz muy brillante color blanco, y como cuando estaba en el ojo esa luz me golpeó y después de eso quede inconsciente.

Los Cuatro: WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora