Capítulo Cuatro

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Desperté en la cabaña, que tenía unos cuantos huecos en el techo, que son lo que no alcance a reforzar en su totalidad, Robin estaba acostada a mi lado, se veía cansada, me llevo arrastrando desde afuera de la cabaña y me cuido todo el tiempo que estuve inconsciente, pero para mi sorpresa llevaba dos días inconsciente, y un incómodo brillo en el pecho me hizo pensar que algo malo había pasado, pero lo único que me causaba era una comezón que se quitó con el tiempo, esta nueva cosa que tenía en el pecho me hacía sentir muy extraño, era como si pudiera sentir todo lo que había a mi alrededor, pero como si lo estuviera tocando, y de cierta manera me sentía más ligero, note que corría más rápido que antes, podría decir que inclusive saltaba más alto que antes, además de eso mis ojos y pelo se habían hecho de color gris, algo que nunca le di importancia, quién se quejaría de casi morir en un tornado y luego despertar con tus habilidades mejoradas, al menos yo no.

Estas ventajas las aproveché lo más que pude a la hora de cometer los robos, ahora podía llegar más lejos en las casas, y las recorría más rápido, y usaba mi super salto para abrirme paso por las cercas de algunos lugares, no es lo más honrado del mundo, pero he de decir que nos fue bien a mi hermana y a mí durante esos años.

Realice muchos robos que nos permitieron conseguir dinero muy rápidamente, pero al igual que lo conseguimos rápido la gente comenzó a mejorar su sistema de seguridad, se decía que había un ladrón muy hábil en la ciudad, la seguridad de las casas tenían mejoras como cámaras de seguridad, sensores de movimiento, además de los sensores de presión en las alfombras, aunque la mejor seguridad estaba en las casas con la gente que podía pagar ese tipo de seguridad, lo que me hizo bajar la calidad de los productos al tener que robar a gente de otras zonas de la ciudad, y por tanto me daban menos dinero, haciendo que nuestro nivel de vida fuera decayendo nuevamente.

Recuerdo la primera vez que luego de uno de mis intentos de robo, me di cuenta de mis nuevos poderes, me refiero a que había conseguido nuevos poderes mágicos, y no lo había notado, en el pecho que tenía se iba intensificando, lo que me había dado las ventajas que mencione antes, pero no me había dado cuenta de que me había dado más habilidades, y las descubrí de una manera algo aterradora, pero al final me fue útil descubrirlas.

Todo comenzó una noche en la que estaba robando casas cerca de la zona donde vivían los ricos, quería probar suerte y ver si lograba sacar algo antes de que la policía llegara, entonces mi plan era tomar algo mientras sonaba la alarma y luego de eso meterlo en una bolsa, y correr lo más lejos que pudiese, y dejar la bolsa escondida en el camino, y si me atrapaba la policía no tendría por qué detenerme ya que no tenía nada, mi hermana las llevaría después a la cabaña, ya tenía la edad suficiente para cargar ese tipo de cosas.

Mi plan hubiera salido de maravilla de no ser porque me rodearon en una especie de acantilado que yo no conocía, había dejado las cosas donde las recogería Robin, pero la policía fue más rápida de lo que había previsto, esto me llevó a correr a ciegas hacia ese acantilado, no era muy alto, pero si caía me podría romper varios huesos, y era lo último que quería. El punto es que caí en el acantilado, y al poner inocentemente las manos al frente se creó una ráfaga de viento demasiado fuerte que me elevó de nuevo, luego esta se acabó y caí en el suelo con apenas un golpe en la espalda, me sorprendí, pero no me iba a poner a pensar en lo que había sucedido en ese momento, el susto que me lleve fue enorme, y al huir de la policía y llegar a la cabaña, donde ya se encontraba Robin con el botín, me puse a pensar en lo que había sucedido. Esa ráfaga de viento la había provocado yo, de eso estaba seguro, pero no sabía cómo lo había logrado, esto me hizo preguntarme cómo podría repetirlo o si podía hacer más cosas.

Robin se dio cuenta de esto, me ayudó a poder practicar, de hecho su imaginación dio con la verdadera naturaleza de mis poderes, ella decía al azar los poderes que podría haber adquirido, como la quinesis o la manipulación de la materia, aunque estaban muy fuera de mi alcance y eran en realidad tipos de magia que se supone que no existen, ella al final me dijo que podía controlar el aire, en tono de broma, algo que yo intenté, y que terminó dando efecto, pude sentir como el poder fluía a través de mí, luego pude manipular el aire, dando como resultado una ráfaga de aire, que lancé hacia un montón de hojas que habían caído de un árbol, luego de eso intenté lanzar ráfagas más fuertes, que golpeaban a los árboles y los doblaban, pero sentía que podía hacer más, intenté ver si podía modificar el grosor de la ráfaga de aire, sé que suena extraño pero es algo que podía sentir y manipular, al intentarlo hice más delgada la ráfaga de aire y esto cortó uno de los pequeños árboles que había en el lugar, mi hermana estaba asombrada, quería poder hacer esto también, yo le dije que esto era algo que solo podía hacer yo, lo dije en broma porque nunca pensé que en realidad fuese la única persona en el mundo que podía hacer este tipo de cosas.

Seguí experimentando con mis nuevas habilidades, con lo que descubrí que, al controlar las corrientes de aire, y mi aparente falta de peso, podía flotar, incluso pensé que podía volar, pero me decidí por hacer las cosas poco a poco, porque si intentaba volar de primeras, podía llegar a caer sin saber cómo frenar, o sin tiempo a reaccionar y saldría gravemente herido, pero mi hermana y yo estábamos convencidos de que podría lograrlo algún día.

Los Cuatro: WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora