Capítulo Cinco

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Todo lo que sucedió después fueron los robos más grandes que he hecho en mi vida, logré entrar en las casas que no tenían detector de movimiento, y solo tenían el sensor de presión en la alfombra, ya que con mi nueva habilidad para poder flotar en el aire me podía elevar lo suficiente como para no tocar el suelo y con esto no activar la alarma del lugar, eso sumado al hecho de que conforme practicaba y practicaba me hacía cada vez más rápido, me hicieron el mejor ladrón de la historia.

Recuerdo cuando robe una caja fuerte, aunque este proceso fue muy largo, porque tuve que espiar al dueño de esta durante una semana hasta que abrió la caja las veces suficientes como para que me aprendiera la contraseña, luego de eso, me tuve que esperar a que se fueran de la casa, pero lo único malo de esto era que tenían un hijo pequeño y lo dejaban con una niñera, entonces aunque los adultos se fueran seguía habiendo una persona dentro de la casa, y aunque sonara a desventaja mi hermana me logro convencer, algo que me dio algo de miedo, de que podía entrar sin que se diera cuenta, y entonces los señores inculparían a la niñera de haber robado el dinero, y nosotros estaríamos a salvo, su plan tenía una lógica impresionante, lo que me hizo pensar que ella ya estaba lista para comenzar a robar, pero eso era lo último que quería, esa era una vida que no quería que ella viviera.

Siguiendo el plan de Robin, durante la tarde noche me acerque a la casa donde planeaba robar, la niñera tuvo la idea de abrir las ventanas, y yo no entendía la razón, era una época de frío en la que la mayoría de las personas cerrarían las ventanas para mantener el calor dentro, pero no era algo de lo que yo me pudiera quejar, había una manera de entrar fácilmente y la iba a aprovechar. Me fije que no hubiera nadie en esa ventana y en realidad solo tuve que pasar sin hacer ruido, lo que con la levitación hice que mis pisadas fueran menos fuertes, pase por enfrente de la sala, que es en donde se encontraba la niñera, esto lo hice a gran velocidad, lo cual me costaría más tarde, y subí las escaleras.

Ya en el segundo piso de la casa, busqué la caja fuerte y cuando la encontré puse la contraseña y se abrió, para mi sorpresa había muy pocos objetos de valor, los cuales sin duda tomé, eran joyas, la mayoría tenían diamantes o piedras preciosas, lo que para mí era algo bueno, esas cosas valen mucho en el mercado, seguí buscando en los alhajeros a ver si encontraba algo más, y si lo hice, había más joyas, aunque estas se veían de menor valor que las otras, pero dinero es dinero, así que las tome.

Una vez con el botín en mis manos, me decidí a regresar por donde había venido, pero luego de reflexionar porque mi salida estaba cerrada me di cuenta de que entrar impulsado por el viento no fue buena idea, al hacerlo la chica pensó que fue una ventisca y entonces cerró la ventana, y esta ventana tenía la peculiaridad de que el seguro hacía mucho ruido al abrirse, y lo sabía porque era el mismo tipo de ventanas que ya había abierto antes, pase lo más desapercibido que pude hasta la ventana, aunque parte de mi espalda estaba a la vista por la entrada de la sala, entonces con un movimiento rápido quite el seguro y abrí la ventana, lancé la bolsa con el botín y luego salte yo, pero esta vez sí hubo una ventisca de aire que entró por la ventana, así que rápidamente me fui a la parte trasera de la casa para que la niñera no se percatara de mi presencia, a ella obviamente le pareció extraño ya que ella había cerrado la ventana, pero solo la cerró de nuevo, y entonces con la bolsa en la mano regresé a casa, donde se encontraba Robin intentando encender la fogata, y lo entendía, hacía demasiado frío ese día, solo llegue sin hacer mucho ruido con la intención de asustarla, dejé la bolsa en un rincón y poco a poco me acerque a ella por la espalda.

Ella seguía intentando incansablemente hacer la chispa para que las ramas pequeñas encendieran, sin lograr nada, antes de asustarla la mire con ternura, sabía que ella hacía esto para poder ser más independiente, porque quería ayudarme, pero ella nunca me preguntó cómo encender la fogata, seguro porque no quería molestarme.

Me acerque y le moví la espalda diciendo "Buu", pero no reacciono de la manera que esperaba, ella se volteo y me golpeó en el brazo, ya que me alcance a cubrir.

-¿Qué te pasa?- le dije algo molesto

-Oh, lo siento fue una reacción simplemente, ¿estás bien?

-Si, veo que intentas encender la fogata tu sola

-Es que quiero poder ser de utilidad, tú me cuidas siempre, y yo no hago nada

-¿Que dices? Tu fuiste la que me dio la idea de cómo hacer el robo de hoy, y me ayudaste a descubrir cómo usar mis poderes

-Si, pero...- la interrumpí poniendo mi mano en su boca

-No, no hay que sentirse mal por eso, te enseñare a encender la fogata, pero tienes que hacerlo con cuidado, esta casa es de madera y puede quemarse fácilmente

-Está bien- me dijo en un tono más alegre

Después de esto le comencé a enseñar algunas cosas básicas, sobre cómo cocinar, cómo cazar, y con esto ella se sintió más contenta porque se sentía de utilidad.

Los Cuatro: WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora