Capítulo Seis

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Ya cuando tenía 23 años, ya había formado una alianza con uno de los mercaderes de productos robados, este me daba la mitad de lo que ganaba en una subasta ilegal, he de admitir que no sabía cómo lo lograba pero si conseguía mucho dinero, incluso más del que originalmente costaba, pero lo malo de esto es que yo tenía que arriesgarme mucho para conseguir buenos productos que se pudieran subastar, esto me hacía entrar en lugares mucho más peligrosos que a los que acostumbraba ir, lo que me llevó a hacer uno de los atracos más difíciles de toda mi vida, y lo que hizo que las cosas se pusieran más difíciles de lo que ya eran.

Ahora tenía que robar objetos de las mansiones, de las cajas fuertes de estas, e incluso tenía que robar de lugares como museos o galerías de arte, la gente pedía cosas extrañas y yo no podía rehusarme porque comenzarían a buscarme, y esto pondría en peligro a Robin, esto me hizo perpetrar el robo que más dinero nos dio, pero también el que complicó todo.

Me pidieron que robara una pieza que se iba a exponer en el museo de historia y arte de Uruan, en este museo había una exposición nueva cada mes, y en esa época había unas piezas de armas y vehículos del a gran guerra, los cuales eran "invaluables", digo esto porque yo los iba a vender, por lo cual este lugar estaba vigilado como si se tratara del presidente o algo así, entonces uno de los planes, que era robarlo de noche, no era muy buena idea, pero por suerte me habían dado hasta que la exposición temporal acabara, lo que significó que podía robarlo antes de que se lo llevaran, esto junto con Robin dio un plan que era muy bueno, entonces esperamos al último día de la exposición y nos fuimos preparando para el robo.

El día llegó, habíamos preparado muchos materiales de distracción, esta sería la primera vez que Robin se mezclaba en este tipo de asuntos, pero yo sabía que ese día llegaría, mas no que tomaría un rumbo muy diferente.

Había estado enseñando a Robin a escalar, porque los lugares más seguros para ocultarse se suelen encontrar en zonas altas, ella aprendió sin problemas, e incluso le enseñe a pelear, algo que había aprendido con el paso del tiempo en los negocios en los que me metía. En el fondo no me gustaba enseñarle este tipo de cosas, sentía que no era la vida que nuestros padres querían para ella.

Entramos al edificio por uno de los tragaluces que casualmente habían dejado abierto, y poco a poco nos fuimos acercando a los pasillos de los pisos superiores, esto nos dejó en una posición de ventaja, llevaba algunos petardos, con el fin de lanzarlos y hacer ruido y distraer a los guardias, Robin como era la nueva, no podía entrar en contacto directo con los guardias, eso le había dicho yo, ella lo único que tenía como tarea era, de ser posible tomar una o más de las piezas de la exposición en la mochila que llevaba y llegar a la zona por la que entramos, donde nos juntaríamos para irnos, el plan estaba bien diseñado, yo distraería a los guardias mientras ella hacía lo suyo, pero por poco y todo sale mal.

Comenzamos, había un par de guardias que hacían una guardia fuera de la sala donde se ponen las exposiciones temporales, y dentro de esta era de dónde otro par llevaba las cosas, entonces lo que hice fue esperar a que los guardias que llevaban los artículos se fueran de la sala para lanzar uno de los petardos a otra de las salas, esto hizo que uno de ellos se alejara de la entrada, yo me dirigí hacia donde lance el petardo y entonces cuando se acercó lo suficiente lo desmaye quitándole el aire, pero sin matarlo, el otro guardia al ver que su compañero no regresaba se acercó para ver qué sucedía y con el mismo movimiento quedó inconsciente. Le di la señal a Robin, para que entrara a la sala, ella fue y entró, yo fui a vigilar cuánta gente había en el camión que se llevaba toda la mercancía, solo eran cuatro personas, y dos de ellas eran las que llevaban los objetos de la sala hasta el transporte, o al menos eso creía, mi error había sido que no revise el interior de la sala detalladamente, adentro había otro guardia, entonces fue cuando escuche el grito de Robin, yo fui corriendo a ayudarla, ella intentaba defenderse, pero la mochila le pesaba demasiado como para hacer movimientos rápidos, entonces cuando vi que el sujeto la golpeó, esto activó algo de ira en mi interior, lo que activó mis poderes mágicos, y con lo que comencé a golpearlo de manera brutal, hasta que él pudo regresar uno de mis golpes, esto solo hizo que me enfureciera más, y mis golpes eran cada vez más rápidos, era una velocidad sobrehumana a la que había llegado, el sujeto ni siquiera pudo reaccionar a la ráfaga de golpes que recibió, quedo inconsciente, pero demasiado lastimado, aunque en el momento no me percate de eso. Entraron los otros cuatro guardias al escuchar todo el alboroto, yo aun con esa ira en mi interior me abalancé sobre ellos, una voz en mi cabeza me decía que los matara a todos, que lo que le habían hecho a mi hermana era imperdonable, yo estaba a punto de creerme eso, estaba concentrando mucho aire comprimido en mi puño para darle a uno de los guardias uno de los puñetazos más fuertes que se pueden dar, y al dárselo el sujeto voló hasta el lado contrario de la sala, y cayó muerto, en esa dirección se encontraba Robin que me veía de manera extrañada, entonces otra voz me pregunto si esto era lo que quería enseñarle a ella, entonces me detuve, los otros solo les saque el aire para dejarlos inconscientes, ya con todos fuera, robamos prácticamente toda la exposición, y la llevamos a nuestra cabaña, donde organizamos todo para que al día siguiente pudiéramos darle esto a nuestro empleador.

Habíamos quedado en una parte alejada del bosque, lejos incluso de nuestra base, esto con el fin de poder llevar a cabo la transacción alejada de las autoridades que ya estaban buscándome desde la noche anterior, el sujeto me felicitó, y me pago un poco más de la cantidad acordada porque llegamos con más de lo que esperaba, era demasiado dinero, lo que significaba que esas cosas valen mucho más para otra persona, a la cual planeaban venderlas, pero a nosotros nos daría el suficiente dinero como para no depender de los robos durante un largo tiempo, pero esto no se detuvo de todas maneras.

Robin comenzó a actuar de manera extraña después de esa noche, ella quería seguir robando, con el pretexto de que nunca era suficiente dinero, pero ella había cambiado.

Los Cuatro: WilliamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora