Los Cuatro: William

Capítulo Treinta

Han pasado dos semanas desde que fuimos a esa misión obligada de destruir la torre, y aunque eso me agrada, no hemos hecho nada en todo este tiempo. He estado muy preocupado por cuanto tiempo llevo en este lugar, aunque dos meses suenen a poco tiempo, es demasiado para mí, ya no puedo dejar de pensar en Robin, estoy mas que seguro que ya no queda mucho para que muera por falta de suero, necesito saber de ella. Mi plan de hablar con la chica que conocí en aquel restaurante comenzó a principios de esta semana, hemos estado saliendo mas constantemente, como no hay demasiado que hacer, yo no salgo a entrenar ni nada en el recinto, he estado intentado crear situaciones en las que pueda convencer a la chica de ir a buscar a mi hermana, para eso necesitaría ganarme su confianza de manera rápida, así que con un poco de ingenio me las he arreglado hasta ahora.

Hable con ella y le ayude en algunas cosas, ya que a los demás no parecía importarles que nos separáramos de vez en cuando, fui con ella a algunos lugares y entonces fui ganando fiabilidad, también intentaba ser gracioso, hasta que dentro de muy poco pudo confiar en mí, entonces hace un día que salimos de nuevo le dije que tenia que pedirle un favor muy grande, ella parecía estar dispuesta a hacerlo.

Se lo dije con el mayor tacto posible, "necesito que vayas a Uruan, mi hermana se encuentra allá y quisiera saber si esta bien, por ciertos asuntos no puedo salir del país, ella esta en una de las ciudades cerca de la Cordillera Salta, si pudieras ir te lo agradecería muchísimo". Aun no terminaba de explicarle esto cuando ella me dijo que no le sería posible, según ella esta tramitando unos papeles importantes y esto no le permitía salir del país hasta dentro de un mes, esto obviamente me decepciono, no pude ocultarlo, y ella noto esto, yo simplemente me fui del lugar sin decir nada.

Hoy estuve encerrado en mi habitación, no he podido dormir bien, y no quiero que los demás lo noten, porque no podría evitar comenzar a decirles sobre la situación, y es lo que menos quiero hacer, creo que pronto nos dejaran salir a hacer una misión parecida a la de la torre, y espero que con eso por lo menos me dejen ir a ver como esta mi hermana, por lo que ahora espero con ansias esa llamada, porque si no llega pronto no se qué voy a hacer.

En caso de que esto tarde unos cinco días más, ya sería una semana mas en la que no podría hacer nada, por lo que tengo que pensar en una manera de escapar, podría intentar escapar en una de las salidas que organiza Mari, pero no se qué tan armados puedan estar los guardias que me vigilan, además de que es probable que tengan alguna medida para poder atraparme, y aunque lograra escapar en ese momento dudo que pueda salir del país fácilmente, probablemente pondrían una especie de cierre en las fronteras, y estarían esperándome, y aunque se que tengo velocidad sobrehumana, estoy seguro que no puedo combatir contra un ejército entero yo solo.

En fin, Mari volvió a hacer una invitación, y fui con ellos, ya no tenía una muy buena razón para ir con ellos, pero quería distraerme, aunque fuera un poco, toda esa ansiedad me estaba consumiendo. Mientras caminábamos hacia una especie de plaza por lo que simplemente pasaríamos el rato, entonces fue cuando vi a Janeth de una manera en la que nunca la había visto, se veía como muerta, sus ojos veían a la nada y se veía preocupada, parece que pasa por algo similar a lo que yo, por lo que decidí acercarme a ella.

- Oye, ¿te encuentras bien? Parece como si hubieras visto un fantasma

- No, no es nada, estoy bien

- Yo creo que no, conozco esa cara, te preocupa algo ¿no es así?

- La verdad, es que no tengo idea de que fue lo que paso en la ciudad que destruí, y me preocupa una amiga que se encontraba ahí

- Dices que no pudiste ver lo que ocasionaste

- Quede inconsciente después de que libere toda esa energía

- Bueno supongo que es verdad, yo también me preocuparía por algo así, pero no sirve de nada, no podemos irnos de aquí, y dudo que nos dejen salir a ver

- Creo que tienes razón

- Lo sé, deberías disfrutar esto, estas en otro país gratis, hay que aprovechar ¿no?

No quería verla sufrir por lo mismo que yo, y parece que funciono, ella se vio más contenta y con más energía luego de esa pequeña conversación, y siendo sincero no se de donde salieron esas palabras, porque incluso yo quisiera ponerlas en práctica, pero como ya he repetido muchas veces no puedo no preocuparme, no dejo de pensar en lo decepcionados que estarían mis padres al saber que deje a su hija morir, solo por un descuido y por prácticamente abandonarla. Solo pude hacer uso de lo ultima frase que dije y comencé a buscar como distraerme comprando un poco de comida en unos puestos de comida cerca del lugar y platicando con gente de alrededor, pero la verdad espero poder resolver esto pronto, no puedo dejar que pase más tiempo.