No creería que fuese necesario añadir estos comentarios, pero dado que hay mucha susceptibilidad con ciertos temas, quiero aclarar unos puntos:
1- espero que se entienda el humor satírico y hacia que dirección va dirigida la crítica, hacia la sociedad actual.
2- En ningún momento digo entre líneas "vete al McDonals" no promuevo nada, como dije en el punto uno critico al comportamiento de parte de la sociedad.
3- es un fanfic, ciencia ficción, tomárselo como es, una comedia con toques irónicos, en ningún momento se pretende insultar, ni faltar el respeto.
4- este fanfic no es apto para personas que son gordofobicas.
<<2019>>
Lexa estaba apoyada en el balcón que daba con su despacho en su lujosa casa, fumando tranquilamente, mientras escuchaba el bullicio de la gente indignada. Dio otra calada a su cigarro y fijó su mirada en la rubia que tenía el megáfono en la mano y animaba a la gente para que alzaran sus quejas. Por unos segundos, Clarke miró hacia el balcón y mantuvieron sus miradas fijas, se acercó el megáfono a la boca y gritó:— BUITREEE
Porque había unas cuantas cámaras grabando, si no, ya le estaría enseñando el dedo corazón, justo ese dedito que casi el 95% de las ocasiones le enseñaba Clarke a la ojiverde.
La puerta del despacho se abrió y Samantha Clifford entró acelerada. Conoció a Samantha gracias a su socio, es más, es la hija de su socio el señor Clifford, su matrimonio fue más un pacto, pues desde un principio quedó claro que mucho amor no había. Atracción física, de eso había mucho:
— Lexa— dijo Sam mientras rebuscaba entre los cajones— ¿has visto el talonario?
— En mi maletín
Dijo Woods mientras que apagaba el cigarrillo en la barandilla de granito, dejando una mancha fea y negra, aunque no era la primera vez que estropeaba la barandilla apagando un cigarro ahí. Dio la espalda a la gente que había en la calle y miró a su mujer. Los Clifford eran ricos y elegantes. Samantha era rubia, ojos azules, un cuerpo bonito y más de una braga saldría volando cuando sus labios se curvaban, perdía el encanto cuando se la conocía, es más, después de media hora de conversación:
— Voy con Sofía al centro comercial— Sofía era su mejor amiga— llamaré a la policía para que echen a esos pesados de la entrada
— Déjalos— dijo Lexa con tono tranquilo— ya se cansarán
Sam la miró durante unos segundos, se encogió de hombros y salió del despacho. Sin un "te quiero" o un triste beso. Lo cierto es que hace quince años se imaginaba que tendría una vida diferente, un ambiente familiar, quien sabe, con hijos tal vez, una mujer a la que estaría achuchando casi las veinticuatro horas del día y no ese matrimonio frívolo. Se ve que no se podía tener todo, era dinero o amor, le pudo la avaricia. Miró nuevamente a la calle y observó que un recién llegado greñoso y musculoso se unió al grupo, abrazando y dando besitos a su ex vecina. Lexa achicó los ojos y negó con la cabeza:
— Dios los cría y ellos se juntan
Entro al despacho intentando ignorar el bullicio que había en la calle, podía llamar a la policía y que los metieran en el calabozo unas cuantas horas, pero bien sabía que eso no servía de nada, al día siguiente ahí tenía a Clarke dando por culo, era peor que una hemorroide, al menos las hemorroides se sufren en silencio y no dan dolores de cabeza.
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Diablesas disfrazadas de ángeles
FanfictionLexa Woods es una empresaria de éxito. Bueno, en realidad su manera de ganar dinero no es la más ética. Con un matrimonio frívolo con una mujer hermosa cuya finalidad en la vida es gastar dinero en gimnasios, spas y en lujos. No todo iba a ser cav...