Capítulo 19 Final Part. 1

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Lexa corrió todo lo deprisa que pudo y salió a la calle, con el corazón colgando en un hilo y todo su cuerpo sucumbido en un matojo de nervios, hizo un hueco a la barrera humana que se había acercado para satisfacer su morbo y observar a la accidentada que estaba agonizando en el suelo:

— Apartaos maldita sea— se arrodilló junto a la rubia que no dejaba de sangrar y temblar, la morena aterrada no sabía dónde poner las manos, tenía miedo de hacerla daño— Clarke— con un hilo de voz y llorando— aguanta, aguanta por favor— Los ojos azulados de Clarke quedaron fijos en Lexa e hizo el intento de buscar su mano, la morena enseguida la agarró de la mano— joder Clarke, te quiero— Miró con desesperación a los presentes — Que alguien llame a una ambulancia— por unos segundos Clarke pareció curvar los labios, hasta que poco a poco dejó de temblar y exhalar el último aliento— No, Clarke— dijo moviéndola un poco de los hombros, primero con suavidad, sin obtener ninguna reacción como respuesta terminó de derrumbarse entre llantos, agarró el cuerpo inerte de Clarke y lo abrazó con fuerza— no te me vayas así— todo a su alrededor quedó nítido, tan solo se aferraba al cuerpo de Clarke, hasta que poco a poco la mujer de ojos verdes se percató de la presencia de una morena que observaba la escena apenada, aun sabiendo que el resto de los presentes no la veían y que la tacharían de loca— Por favor.

Terminó suplicando a la morena disfrazada de ángel, ésta bajo la mirada:

— Lo siento musitó antes de desaparecer

Si por unos segundos Lexa sintió la mínima esperanza, con ese lo siento se disiparon sintiendo un terrible dolor alojado en su pecho, tan físico e insoportable:

— NOOOOOO

Vociferó aferrándose más fuerte al cuerpo sin vida de Clarke, sin importar que se impregnara de su sangre, hasta que los sanitarios llegaron demasiado tarde, separando a la fuerza a Lexa de Clarke, hasta el punto de emprender a puñetazos a todos aquellos que tratase de separarla, obligando a los sanitarios a sedarla y llevársela también al hospital atada en la camilla.

¿Cuánto tiempo había pasado con el conocimiento perdido? No lo sabía, solo era consciente de que estaba muerta, había muerto en el momento que Clarke Griffin había exhalado su último aliento. A su lado estaba Niylah, tenía la expresión entristecida, aquello lo hacía mucho más real:

— Lo siento, Lexa

Comenzó a decir lo típico que se suele decir en esos casos:

— No...— dijo la ojiverde con voz rota, una lágrima recorrió uno de sus perfectos pómulos— he aprendido, es fácil culpar al mundo, es fácil culpar a las circunstancias, cuando lo cierto es que todo esto es culpa mía— fijó su mirada en el techo de la habitación— fue mis decisiones, fue mis acciones las que convirtieron la vida de Clarke en un infierno, tuve un matrimonio infeliz porque decidí casarme por codicia, muchas familias se quedaron sin hogar por mi culpa, mi culpa— acabó acentuando eso último—Me merezco todo el sufrimiento del mundo...

— Todos hemos hecho cosas de las que acabamos arrepintiéndonos— intentó consolar la abogada— Lo importante es que has aprendido la lección, estoy segura de que Clarke no hubiera querido verte así...

— No hables por ella— dijo Lexa cortante—ella no se lo merecía, yo si merezco estar en su lugar, haría todo lo posible— cerró los ojos pues sintió una fuerte punzada en su pecho, como si hubiera sentido una fuerte apuñalada—Cuando te menciono a Ontari, puedo ver que aun la amas...

— Ahora soy yo quien te pide que nombres a Ontari

Dijo Niylah levantándose de la silla y dio la espalda a Lexa, guardando las manos en los bolsillos:

Diablesas disfrazadas de ángelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora