Capítulo 14

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<<2004>>

Se puede decir que la fiesta de Niylah Green sería recordada y más se el corredor del equipo de futbol y la capitana acabaron en la cocina con una bolsa de hielo, uno intentando bajar la hinchazón de la nariz y la otra el moratón que le estaba saliendo en el ojo. Clarke ya se había ido junto a Octavia ya que se reencontraron en la salida, la mayoría de los invitados también, solo quedaron unos cuantos, tanto del equipo de futbol como el de animadoras. Lincoln irrumpió en la cocina malhumorado:

— Por vuestra culpa, ahora creen que yo también estaba metido en el ajo

Lexa dejó la bolsa de hielo a un lado de la encimera, en esos momentos estaba insoportable, cabreada:

— ¿Y qué más te da?

Preguntó cruzando los brazos:

— Le ha empezado a gustar la foca de Octavia

Dijo Finn entre carcajadas. Lincoln se dispuso a darle otro golpe, pero en esta ocasión Collins le empujó para separarle y le plantó cara todo gallito:

— Ni se te ocurra darme otro puñetazo— levantó el puño amenazante— porque en esta ocasión te la devuelvo

Lincoln sacó pectoral cuan gorila desatado mientras decía con la cabeza alzada:

— ¿Tú que me vas a dar a mí?

Tanto Lexa, como algunos de los chicos tuvieron que separarlos, porque todo apuntaba a que habría pelea de nuevo, el índice de masa muscular de Finn era considerable mente fuerte, nada a comparación de Lincoln:

— Ya vale

Dijo Lexa empujando a Finn y alejándolo de Lincoln. El chico moreno señaló a los dos golpeados:

— Sois unos gilipollas, me voy del equipo

La ojiverde puso los ojos como platos antes de reaccionar de manera suplicante y correr detrás de Lincoln:

— Oye, no puedes dejarnos tirados ahora— Lincoln se había encaminado hacia la salida, pero Lexa fue rápida y se interpuso en su camino— eres el mejor haciendo placajes, perderemos— Lincoln decepcionado negó con la cabeza y comenzó a caminar a un lado para quitar de en medio a la ojiverde— le explicaré a Octavia que tú no tuviste nada que ver, trataré de arreglarlo

— No— dijo el chico— no pretendas arreglar nada de nadie, primero arréglate tú— tragó saliva, antes de mirar a la puerta— necesito la beca, pero otra gilipollez como esta Woods y me busco otra vía para facilitar mi entrada a la universidad, aunque tenga que estar todo el año estudiando

Lexa suspiró un poco aliviada y asintió con la cabeza antes de apartarse para dejar que el chico se apartara. "Al menos uno de los dos es valiente y no deja llevarse por ¿el qué dirán?" La morena miró a su alrededor, no estaba muy convencida de que ese pensamiento intrusivo fuera propio de ella. Se abrochó la chaqueta y salió de la casa, no tenía ganas de nada, quería irse sin despedirse.

En la noche Lexa no dejaba de dar vueltas en la cama, no dejaba de pensar en el beso de Clarke, pero enseguida le venía a la mente la cara burlona de los demás y nuevamente la cara afligida de Clarke y es como el pez que se muerde la cola, porque por un lado quería ir a disculparse y por otro lado no quería ser objeto de burla. Se escuchó la puerta de la entrada fuertemente y desde ya supo que sus padres habían llegado, armando lío. Lexa gruñó rápidamente se puso lo primero que tenía a mano y salió por la ventana. Caminando por la calle vio la casa de los Griffin, se escabulló por la parte trasera y trepó el árbol que había en el patio de los señores Fisher, solo que en esta ocasión no lo hizo con intención de ver a Ontari desnuda.

Diablesas disfrazadas de ángelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora