Recuerdo

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-papá ¿de dónde proviene esa voz tan hermosa?-dio un tirón a la bata del hombre

- de un hombre-eso sonaba lógico por su entonación

-¿un hombre?-toco su pequeña barbilla con sus finos dedos- ¿qué clase de hombre?

-uno con una voz privilegiada- dijo con una sonrisa de lado

-yo quiero tener una voz así

-tal vez la poseas, tienes que practicar-su rostro cansado miraba fijamente a su pequeña hija

....

-papá, papá vendrá a Japón- sus mejillas coloradas demostraban demasiada emoción, sus labios esbozaban una gran sonrisa.

Su padre quien traía en manos un par de artefactos poco comprensibles los ha dejado en su mesa de trabajo y ponerle total atención a la niña.

-¿iremos?

-por supuesto- su mano reposo sobre la tierna cabecilla morada.

Poco tiempo después la pequeña niña tomada de la mano de su padre asistiría al concierto de su cantante favorito, ella no había tenido la oportunidad de verle la cara pero sabía que con solo escuchar su voz lo reconocería de inmediato. Estaba completamente emocionada por el ese día, el gran escenario donde se presentaría, el cual era muy famoso, está totalmente adornado. La pequeña niña dio entonces un paso atrás luego jaloneo a su padre quien al percatarse de esto ha volteado a verla. Se salieron de la fila por un momento.

-papá-le temblaron las piernas-¿qué tal que no es como lo espero?

-hija, la apariencia no es lo más importante de las personas.

Dio un trago antes de volver a darle la mano. Regresaron a la fila donde un amigo de su padre los esperaba. En ese lugar no pareciese que hubiera muchos niños, no era un artista infantil y si es que a la pequeña niña le gustaba era porque compartía gustos de su padre. Señores grandes e incluso importantes asistieron esa noche. La niña no podía contener su emoción, no había propaganda del artista con su rostro impreso en él, si no solo su nombre, actualmente no recuerda ese nombre así que en esta historia hay un hueco cuando se trate de mencionar el nombre de aquel hombre con voz privilegiada.

Ella sabía que lo que sentía era mucho más que admiración pero no sabía de qué se trataba, era extraño para ella, pues nunca lo había sentido en su corta vida, no es como que pudiera sentir mucho, todo el tiempo se la pasaba entrenando junto con los demás niños y en gran parte sola, cuando no entrenaba tenía que estudiar. Recuerda un montón de cables cruzando alrededor de su cuerpo, unas cuantas pantallas que mostraban símbolos y números que ella no entendía. No entendía mucho de lo que sucedía alrededor de ella, no tenía para nada una infancia normal pero no exigía mucho, tenía a su padre, quien le brindaba todo lo que pudiera necesitar.

"estas para servir a tu nación"

Eso es lo que le repetían constantemente, divertirse no era algo común en ella.

-no podremos quedarnos, tenemos que irnos ya- los lentes del padre estaban un poco chuecos, él los enderezo antes de darle la mano a su hija, el concierto aun no terminaba, y aunque para ella acababa de comenzar ya estaban a poco más de la mitad del concierto. Sin dudarlo hizo un gran berrinche apagado por una bofetada. Tenían que regresar, pues no tenían permitido que los niños abandonaran las instalaciones. El doctor enfadado no tuvo más que regresar.

La niña no logro verle el rostro a aquel hombre, solo su voz quedo en la memoria...

Every planet we reach is dead (pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora