Every planet we reach is dead (pausada)

ALDEBARÁN

-espera Noodle ¿que está pasando? ¿Porque me salvaron? ¿Yo que tengo que ver en todo eso?

- nada- su mirada reflejaba tristeza

-por favor Noodle dime que pasa- le suplicaba, el miedo se estaba apoderando de mí, claro eso no era tan raro en mí, pero en ese momento el sentimiento era diferente a como normalmente lo sentía, ahora bien el solo hecho de estar involucrado en algo fuera de mi imaginación me era aterrador.

Ella recostó al prisionero en una de las camillas empezando por la cabeza. Era demasiado fuerte, el hombre fácilmente media 1.90 y ella sin mucho esfuerzo lo levanto.

-ya está muerto- chisto los labios enojada.

-Murdoc nos va a matar-temblé de miedo al ver al cuerpo tendido en la camilla

-no lo hará- sonó muy segura de sí misma, camino justo detrás de mi rodeando la silla

-¿porque?-trataba de seguirle la conversación sin mirarla

- eso fue parte del trato

-¿de qué hablas?

-mi padre se lo pidió- el tono de voz cambio, nostalgia tal vez. No podía pensar lo peor luego de recorrer casi toda la parte noreste de Japón en busca del señor.

-¿dónde está él?-nuestra búsqueda debió dar frutos a pesar de no contar con mi ayuda, la cual no era mucha.

-muerto- lo soltó sin más, seca como si se tratase de alguien más, alguien con quien ella no tuviera un vínculo.

-yo... Noodle perdón- no pude evitar sentirme culpable ante tal noticia.

-ya no importa, mi padre ocasiono el desastre nuclear en Japón, era parte de los "elegidos". Le pidió a Murdoc que nos salvara a cambio de los planos que tanto resguarda, no sé de qué se tratan esos planos, solo sé que es tecnología que usaba mi padre, no sé en qué manera lo utiliza. Las personas que vimos caminando ya no tenían salvación, mi padre lo causo.- su semblante no cambiaba durante toda la conversación

-¿cómo fue que lo hiciste?- me sentía horrorizado al saber eso

-yo no lo sabía- tomo asiento en la camilla contigua a la del prisionero poniendo sus rodillas en contra de su pecho.

-¿cómo es que tú padre me conocía?

-haces demasiadas preguntas-su voz era débil

-¡dímelo!-grite desesperado al no obtener una respuesta clara

-mi padre admiraba tu voz... igual yo

-gracias...- no sabía cómo sentirme ante tal confesión. Las dudas prontamente comenzaron a surgir dentro de mí-¿por qué entonces me tratabas mal cuando...?-

- no sabía que eras tú- sonaba apenada. Agacho la cabeza mirando fijamente al suelo. Su flequillo tapo por completo sus bellos ojos verdes.

- está bien, es normal, la gente cambia con el tiempo- la justifique. Escuche un fuerte suspiro, el silencio permaneció, abrazo sus piernas apretándolas mas contra ella.- ¿alguien más lo sabe?

-no que esté vivo.

-¿y Murdoc?

-a él no le interesa lo que paso con mi padre, solo quiere obtener recompensas, se deshizo de toda la flotilla de investigadores que aun sobrevivían en esta isla cuando fuimos a rescatarte al china. Solo quedamos nosotros tres, tal vez solo quedemos nosotros tres en todo Japón.

-¿que sucedió exactamente?- me acerque a ella acariciándole el cabello que aun permanecía mojado. Sus labios estaban por emitir sonido cuando fuimos interrumpidos por cy. Entro con aquella sonrisa tan aterradora, mientras que con sus manos cargaba algo que parecía comida.

-el amo Murdoc me ha pedio traerles comida mientras cuidan al prisionero.

-ingles, aproximadamente 25, vienen por ti, dile eso a Murdoc. Ya está muerto.

-entrégale esto también- le di la identificación que antes Noodle había tomado de los bolsillos del hombre.

La niña regreso con su amo dejándonos de nueva cuenta solos. Estaba a punto de continuar la conversación cuando me percate que ella ya no estaba. Mi cara expresaba más que fastidio, salí de la enfermería, no había nada que pudiera hacer allí, era algo complicado andar con la silla de ruedas por todo el lugar, pero me iba acostumbrando

-perdí mi pierna, como perdí el camino- tarareaba por uno de los pasillos mientras sonreía