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Milo dejó mi cuello y me miró. Nos miramos a los ojos durante un momento.
- Asi que... Una fiesta ¿Eh?- le sonreí. - Ya entiendo el por que tienes tan mala cara. - Milo se quitó de encima y rodeó la cama para acostarse.
Me acosté tambien y lo miré. Miraba hacia el techo con los brazos puestos detrás de su cabeza. Me acerqué a él, incorporandome para mirarlo.
- ¿Que pasa,algo va mal Milo? - él me miró con su ceño fruncido.
- ¿Por que tiene que ir algo mal?
- Tienes tu ceño fruncido - lo toqué.
- Solo estoy algo pensativo - dijo.
- Esta bien, ¿Sabes? - me apoyé en su pecho - Te he echado de menos - rodeé su cintura con mi brazo - Mi hermanastra es bastante molesta. - murmuré Milo  tardó unos segundos en poner sus brazos alrededor mia, y cuando lo hizo era como si estuviera dudando en hacerlo, o no.
- ¿Que edad tiene? - preguntó.
- 10 años, y creo que se ha enamorado de ti - suspiré Milo rió.
- ¿Si?
- Ajam - bostecé. - Despues de escucharte hablar por teléfono conmigo me pidió que le enseñara una foto tuya, a partir de ahí, no dejó de hablar de ti y de lo que le gustaría conocerte - Milo acarició mi pelo y rió.
Nos quedamos ambos callados por un momento, pensando cada uno en sus cosas, hasta que hablé.
- Milo - dije haciendo con mi dedo dibujos en su pecho.
- ¿mmmm?
- ¿Por qué te sigues drogando? - Milo se tensó debajo de mí, y supe que no deberia haber preguntado eso.
Milo suspiró. - No lo se - dijo.
- No quiero que te pase nada - me abracé más fuerte a él.
- Y no me pasará - besó mi coronilla.- ¿Me lo prometes? - Milo dudó un segundo.- Te lo prometo.

[...]

- ¡Por fin! - abracé a las chicas.- Vacaciones - dijo Paula - Aun no me lo creo.- Ni yo - dijo Jennifer - ¿Iremos mañana a la fiesta de la primavera no?- ¿Lo dudabas? - dijo Paula. - Cody me dijo que ellos irian tambien - dijo con una sonrisa de oreja a oreja. - ¿Hay algo entre tu y Cody? - le pregunté cuando saliamos del instituto.- Aun no - suspiró - A veces pienso que no quiere nada conmigo, y otras que si. Es taaaaaaaaan confuso - dijo alargó. - Creeme, te entiendo, a veces Milo era jodidamente desesperante, y aún lo sigue siendo.Sé que algo va mal con él, pero no quiere decirmelo. - fruncí el ceño - Incluso le cuesta tocarme ahora, está como distante. - ¿Tocarte? - dijo Paula con una sonrisa pícara. - ¡No me refiero a eso! - reí - Si no que... no lo sé, desde el fin de semana pasado esta muy raro.- Hombre, no es muy normal que te llame cuando estás de fiesta y te diga que corres peligro, que te vayas de ahí, aunque aún no se a que se referia, ¿que clase de peligro? - pensó Jennifer.- No tengo ni idea, y tampoco quiere decirmelo.- ¿Crees que vale la pena salir con Milo? - dijo ahora Paula - Digo, no es porque el sea malo, si no porque... bueno... lo que te hizo Aguilar... y bueno... Suspiré - Ya - hice una mueca. - Yo creo que está raro porque está metido a presión - saltó Jennifer después de estar un rato meditando. - Saber que te pueden hacer algo lo tendrá paranoico. - No se no se - jadeé. Escuchamos la bocina de un coche. Miramos hacia atrás y vimos a Milo montado en su BMW negro. - Tengo que irme - las abracé - Hablamos esta tarde.- Vale, te queremos - dijeron las dos a la vez. Sonreí. Caminé hasta el coche de Milo. Abrí la puerta del copiloto y entré. - Hola - dijo él. - Hola - me dió un beso en la mejilla. A esto me refería, desde el domingo, a penas me besaba, quizás alguna vez que yo lo cogía desprevenido y lo besaba, pero enseguida se separaba de mi.- Mañana es la fiesta de la primavera - empezé - y van a...Él me interrumpió - No- No te estoy pidiendo permiso, te estoy avisando de que voy a ir - Milo frenó en seco haciendo que mi cuerpo se echara hacia delante. - ¿¡Pero estás loco?! - dije asustada. Milo apretó con fuerzas el volante.- ¡Maldita sea Meg! Sabes que yo mañana no estoy aquí, ¿Y quieres salir nada más y nada menos que a la fiesta de la primavera?! Sexo, alcohol y drogas, vas bien cariño, y con las chicas, ¡SOLAS! ¿En que demonios estás pensando? ¿Crees que te dejaré ir? - rió amargamente - No, claro que no.- Los coches atrás nuestra pitaban para que Milo arrancara. - Arranca el coche, estás molestando. - Milo arrancó y condució hacia casa, me pegué al asiento, ahora estaba aterrada.Aparcó en el garaje y salí del coche enfadada, me colgué la mochila en la espalda y caminé hacia el ascensor.- Meg - escuché a Milo llamarme. Lo ignoré y seguí andando. Escuché sus pasos apresurarse hacia a mi. Me cogió del brazo.- No quería gritarte - dijo ahora más tranquilo. - No me importa que me grites - me giré para encararme a él - Solo me da coraje que NO TENGA VIDA - recalqué esas palabras. - Yo.. lo siento, joder, es por tu seguridad. Y yo mañana tengo que ir a Greendown, o si no te llevaba a donde quisieras. - Cogió mi mano - Prométeme que no irás mañana a la fiesta de la primavera. - me miró suplicante.- No voy a prometer algo que no voy a cumplir - me solté de su agarre y me giré para seguir caminando.- Joder nena, que difícil eres - suspiró frustrado.Le di al botón del ascensor, no tardó mucho en bajar y entré seguida de Milo.- No iré sola, van tambien amigos - murmuré. - No me importa, cuando han bebido, ellos no saben que están haciendo Meg - me obligó a mirarle - Te pasa algo y yo ... no sé que haría - rozó con su pulgar mi mejilla y cerré los ojos. - No me hagas esto, por favor - las puertas del ascensor se abrieron.- Vas a hacer que me sienta mal - susurré. El sonrió. - Aunque seguiré pensando en que voy a ponerme mañana. - ¿Y si consigo que no vayas mañana? - me susurró.- Creo que te pegaré. - salí del ascensor.
- ¿Sabes? Me encanta cuando te enfadas - dijo acorralandome en una esquina.
- Pues a mi no me gusta enfadarme - me crucé de brazos. Milo cogió un mechón de pelo y jugó con él.
- Creo que podemos hacer algo mañana. Tengo que salir de aqui sobre las 11 de la noche, supongo que podré ir contigo a la fiesta por la mañana y después, sobre las 8 podremos venirnos y estar en casa. Así pasariamos el dia juntos. - dejó mi pelo y puso una mano en mi cadera, levantó un poco mi camiseta y pasó su dedo por una parte de mi cintura.Cogí su cara entre mis manos y lo besé. Milo correspondió segundos mas tardes a mi beso.Me quité la mochila de la espalda dejandola caer al suelo. Milo puso sus manos en mi trasero. Me puse de puntillas para poder estar más cómodos.
- Para nena - se separó de mi - Será mejor que vayas a casa, tu madre te estará esperando. Ya hablamos. - Sacó las llaves del bolsillo abrió la puerta y entró en casa.Me quedé con cara de idiota. Mi prima estaba en casa para mi mala suerte.- Bueno - dijo Martha sentandose en mi cama - Asi que estás saliendo con Milo - se metió una paleta en la boca.- Asi es - me senté en la silla y me puse en frente de ella.- Y... ¿lo han hecho? - me preguntó.- No - hice una mueca- ¿NO!? - se sorprendió - Imposible, si Milo es un ... ¿como se dice? adicto al sexo Meg.- Ya, pero yo no quería hacerlo cuando el queria hacerlo, es decir, al principio de empezar a conocernos, pero... - Ahora tú quieres y el no?- Si, se podría decir así. Desde el fin de semana pasado está muy distante conmigo, y eso me frustra.- Quizás es por que no te ve demasiado sexy ¿no? - pum, ya empezaba con ataques.La miré con la ceja alzada, intentando controlarme - Digo, quizás te ve como una amiga, y por eso no quiere hacerlo contigo, a parte, mirate, pareces una niña de quince años - ahí iba otra - Si está saliendo contigo quizas es por que te vió muy desesperada - y otra. - Solo mírate que pintas llevas, no lo habrás visto vestida así hoy ¿no?-¿Que tiene de malo mi ropa? - No nada, y bueno... ¿tu pelo? Verdaderamente te ves horrible - se bajó de mi cama - Tengo que irme, he quedado con Lilly - me dió un beso en la mejilla - Nos vemos pronto.- Espero que no - murmuré atónita por lo que me había dicho. Si antes tenía la autoestima por los suelos por que Milo no hacía nada más que rechazarme... ahora... estaba hundida. Ignoré el vacío en mi pecho y cogí mi móvil y le envie un mensaje a las chicas.« Tengo un problema, las necesito »Ellas no tardaron en llegar a mi casa, ya que Paula tenía coche, todo era más fácil. - ¿Eso te dijo Martha? - dijo Jennifer tirandose en mi cama.- Si- Ts, - bufó Paula sentandose en un puff que tenía en mi habitación. - ¿Que Milo te rechaza porque no eres sexy? Por favor - bufó - ¿Que tontería es esa?- ¡Hagamos algo! - dijo Jennifer, que hasta el momento se habia quedado callada. - Ponte sexy, y ve a ver a Milo diciendole que saldrás con nosotras, que solo querias verlo antes de irte.Paula y yo nos miramos y sonreimos. - Vaya, cuando te da por pensar, puedes ser la mejor - le dijo Paula a Jennifer. Reí. - Callate - le tiró un cojín - Veamos tu armario.Me llevé aproximadamente media hora probandome modelitos, hasta que uno de ellos las conveció por completo. Me duché, me plancharon el pelo y me hicieron varias ondulaciones. Mis labios estaban pintados con brillo y mis ojos delineados con lapiz negro. - Bien, lista, esperamos aquí - dijo Jennifer.- Esta bien - murmuré - Creo que esto es estúpido - dije abriendo la puerta de casa - No, creo que no lo haré - la cerré.- Oh no, claro que si - Paula abrió la puerta y Jennifer me empujó y cerraron la puerta. Suspiré. ¿Valía la pena hacer esto? Mordí mi labio y llamé al timbre. Tragué saliva duramente. Sabía que las chicas estaban pegadas a la mirilla. Miré hacia ella y la puerta se abrió. Ryan me miró de arriba a abajo.- Dime - sonrió.- ¿Esta Milo? - le pregunté.- Claro, pasa.- Oh no, voy tarde, solo quería comentarle una cosa. - De acuerdo, espera ahora lo llamo. ¡MILO! - entró hacia dentro. - ¿Que?! - escuchó.- Alguien te reclama en la puerta - le sonreí a Ryan y este entró al salón y cerró la puerta para dejarnos a mi y a Milo a solas. Milo apareció con unos pantalones vaqueros caidos, dejando ver sus boxers negros y estaba sin camiseta. Me miró de arriba a abajo.- ¿Donde vas? - me preguntó.
- He quedado con las chicas, venía a decirte que iba a salir, por si llamas a casa y no hay nadie, que no pienses que me han secuestrado - le sonreí.
Milo frunció el ceño. - No me hace gracia - movió la cabeza de un lado a otro.
- Necesito mis pendientes - dije. - Creo que me los dejé en algún lado de tu habitación.
- Claro, pasa y los buscamos - dijo apartandose de la puerta.
Caminé delante de él hacia su habitación.
- Los dejé en la mesilla - dije acercandome a ella y viendo que no estaban - Mmmm... Quizas se hayan caido - miré por ambos lados, hasta que los vi caidos en el suelo. Me agaché, pero solo mi tronco. Los cogí, me incorporè y me sobresalté al sentir a Milo detrás mia.Puso sus manos en mis caderas y me acercó hacia él. Apartó mi pelo.
- ¿Intentas provocarme? - mordió mi oreja - Por que si es eso, lo estás consiguiendo.

Hacerte creer « Milo Manheim, Meg Donnelly » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora