2🍍

816 33 0
                                    


No tardò mucho en llegar con un móvil, me lo dió. - Gracias - dije. Marqué el número de mi madre. El chico volvió a entrar, pero esta vez se fue por un pasillo.
- ¿Si? - contestó mi madre.
- Mamá, no puedo entrar en casa,  he dejado las llaves puestas por dentro - me mordí el labio.
- ¿En serio Meg? – dijo molesta.
- Si mamá - suspiré - ¿Cuando llegaras? - le pregunté
- ¿Qué? Meg este fin de semana vamos a ir a ver a tus abuelos, ya vamos de camino.
- ¿Estaré sola este fin de semana?
- Así es, ¿De dónde llamas? -El chico apareció, con una camiseta blanca de tirantas ajustada y se apoyó en la puerta.
- Llamo desde el móvil de... - lo miré.
- Milo Manheim - dijo pasándose una malo por el pelo. Me quedé sin aliento.
- De Milo Manheim, el chico que vive al lado nuestra.
- Ah, pues llama a un cerrajero y que abra la puerta, llámame cuando la haya abierto. Hay dinero en mi armario, tengo que dejarte. Te quiero.
- Y yo - murmuré. Colgué y se lo entregué a Milo. - ¿Tienes el numero de un cerrajero?
- ¿Que te ha pasado?
- He dejado puesta la llave por dentro, metida en la cerradura, y ahora, no puedo abrir la puerta.
- A ver - dijo Milo quitándome las llaves de las manos. La metió en la cerradura y empujo la puerta e intentaba girar la llave. - Espera - me dio las llaves y entró en su casa. Segundos después salió con una tarjeta, la metió por la ranura de la puerta e intentó abrirla.
- No te molestes, llamo a un cerrajero en serio...
- Van a jodertela - dijo empujando la puerta. Vi sus brazos marcados, la vena de su cuello al hacer fuerza. Su pelo hacia arriba, su nariz y sus labios. Creo que era el chico más sexy que había visto en mi vida.
- ¿Que pasa Milo? - dijo asomándose un rubio al pasillo. Ese debía de ser Ryan, iba en camiseta de mangas cortas y pantalones negros.
- Ha dejado la llave puesta por dentro y no puede entrar - dijo empujando de nuevo la puerta y moviendo la tarjeta de arriba a abajo. Hice una mueca.
Ryan se puso a intentarlo con otra tarjeta cuando Milo rompió la que tenia por la mitad. Entró hacia dentro a buscar otra mientras maldecía.
- ¿A quién se le ocurre dejar la llave puesta? - murmuró.
- A mi – susurré
- Tengo otra - dijo Milo apareciendo - Esta seguro abrirá.- Ryan se apartó y se puso a mi lado. - Coge las llaves e intenta abrir. - me ordenó.
Me agaché en frente de la cerradura, mientras que Milo seguía intentando abrirla con la tarjeta. Metí la llave en la cerradura e intenté abrir. Su aroma me mareó. Moví la cabeza y me concentré en la puerta. Me levanté cansada de estar de cuclillas.
- Es inútil - dije - será mejor que llame a un cerrajero. Milo seguía intentando abrir la puerta.Ryan asintió
– Iré a por mi móvil..
- Milo déjalo, no vas a po... - un fuerte sonido me interrumpió. Milo perdió el equilibrio y casi cae hacia delante. La puerta se había abierto.
- ¡Oh gracias! - dije ilusionada por no tener que llamar a un cerrajero.Él me sonrió autosuficiente.- No hay de qué - dijo sin borrar esa sonrisa de su cara
- Si te vuelve a ocurrir ya sabes dónde estoy - me guiño un ojo.Sonreí.
- Lo tendré en cuenta. Gracias de nuevo - Ryan salió con su móvil.
- No hace falta - le dijo Milo a Ryan. - Estas hablando con Milo Manheim.
- Por eso mismo cogí el teléfono- rió.
- Gracias chicos - dije entrando en mi casa.
- De nada - dijo Ryan - Hasta luego - dijo entrando en su casa.
- Adiós - dijo Milo.
- Adiós - murmuré. Cerré la puerta de casa, encendí la luz y cerré la puerta con llave por seguridad, esta vez quité la llave.
Llamé a mi madre para decirle que los vecinos me habían ayudado. Y después me tomé una ducha mientras escuchaba música.
Mis pensamientos viajaron hacia Milo, ¿Cómo es que nunca lo había visto por el edificio? Bueno, no es que me encontrara a mucha gente, pero a Ryan me lo había cruzado dos o tres veces. Me puse el pijama y cogí mi móvil.
Entré en WhatsApp y entré en un grupo que tenía con mis amigas.
"Tengo vecinos sexis" - puse.
No tardaron en bombardearme con preguntas y se lo conté todo.
Lo más seguro es que tuviese novia, ¿Cómo no iba a tenerla? Sin embargo, las oportunidades de que Milo se fijaran en una chica como yo eran totalmente nulas. Él era... perfecto y yo... bueno, era rara."No es difícil que un chico se enamore de ti " escuché las palabras de Zac en mi cabeza una y otra vez. Me hice de cenar mientras que todo lo que había pasado esta tarde se repetía una y otra vez en mi cabeza. Sinceramente, no sabía qué hacer con Zac. ¿Como un chico como él iba a fijarse en mí? Era totalmente imposible. A veces pensaba que se estaba quedando conmigo, que todo era una broma de mal gusto.

Hacerte creer « Milo Manheim, Meg Donnelly » Donde viven las historias. Descúbrelo ahora