5. El bus

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Nicole

No debí de haber ido a buscar a Andres a casa de lo Anderson, creí que estaba ahí, pero en realidad el habia ido al parque y allí se encontró con Marcus. Andres le habia contado a Marcus que tenia problemas familiares, entonces Marcus hizo lo mismo que yo hice con él. Ya que habia terminado de leer el libro que le regalé, él se lo dio a Andres para que lo lea cuando se sienta aburrido. Pero Andres no es mucho de leer libros, le gusta más el deporte y los juegos en línea.

Agradezco a Marcus por haber encontrado a mi hermano y traído a mi casa.

—No te preocupes, yo también quiero ayudar a Andres y hacerle entender que a veces los padres pueden ser sobreprotectores, pero ahí nos demuestran lo mucho que le importamos, aunque no nos demos cuenta y creamos que se meten en nuestras vidas solo para fastidiarnos.

Miro a Marcus casi con la boca abierta, todo lo que acaba de decir es lo mismo que pensaba decirle a Andres. Pero no lo haya podido decir tan bonito como lo dijo Marcus.

—Desearía que Andres haya escuchado todo eso.

—No es necesario que lo escuche, él mismo se dará cuenta.—Dice Marcus y yo siento unas inmensas ganas de abrazarlo.

—Te adoro.—me abalanzo hacia Marcus, rodeando mis brazos sobre su cintura.

Sonrio levantando la mirada y veo la cara de sorpresa de Marcus. Se que no se esperaba un abrazo, peor aún como reaccioné la vez que fuimos al cine.

Me separo de él y sonrio con nerviosismo. La verdad este momento se volvió incómodo al recordar el beso con Marcus.

—No quiero obligarte a nada, me conformo con tu amistad.—dice él y sonríe con pesadez.

—Gracias Marcus, realmente eres increíble.—Le doy un beso en la mejilla.

Marcus se despide porque tiene que ir a su primer día de trabajo, por el momento trabajará en un restaurante para ir ejerciendo su profesión. Marcus estudió gastronomía, su madre no estuvo de acuerdo con la carrera que él eligió, pero a Marcus no le importó, él quiere ser uno de los mejores chef de Los Ángeles.

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Yo me puse a buscar trabajo y me dieron uno en la escuela de Andres. Desde la muerte de mi abuela, Andres dejó de estudiar en la pequeña escuela a lado de la casa de los abuelos, ahora él estudia en el instituto en donde me gradué.

Soy la nueva psicóloga del instituto, Empezaré a trabajar cuando las clases den inicio, más o menos en unas tres semanas.

Había ido a conocer el departamento que papá me compró, es tal y como lo imaginé. Ni tan grande, ni tan pequeño. Tiene un espacio inmenso dividido en tres partes, hay un juego de living color melón, a un lado está el comedor de vidrio con seis sillas. La cocina está en una esquina, lleva un mesón de mármol y tres banquillos color beige. Todo está alfombrado, dándole un toque elegante. Hay un pasillo que me lleva hasta mi habitación que no está decorada todavía, tengo un inmenso vestidor y baño privado.

¡Amo mi departamento!

Pero hay un problema, y ese problema se llama mamá.

No quiere que me vaya a ese departamento, la verdad lo veo muy egoísta de su parte, ella sabe lo mucho que soñé con mi propio departamento. Sabe que mi sueño era conseguir una beca en Stanford, obtener mi título universitario, poner mi consultorio y tener mi propio departamento.

Ahora resulta que mamá no quiere que me mude a mi departamento.

Ya le habia dicho a Tefi y a Dylan que me ayuden a mudarme el otro fin de semana, pero no quiero irme así, peleada con mi madre.

Desde que te fuisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora