40. Dale amor al pobre hombre.

10.2K 581 77
                                    

Nicole

Ryan hizo las pases con su padre, lo perdonó por todo y también le pidió disculpas por haber sido un hijo tan problematico. Ahora todo está bien con sus padres, él está muy feliz y eso también me hace feliz.

Hemos estado viviendo nuestros mejores momentos, tengo una familia que alegra mis días. Alex está aprendiendo a hablar y a caminar, y súper papá está más pendiente que nunca.

—Papá.

—Papá.—Repite Alex con claridad.

—Mamá...

—Mamá.—Alex me apunta y sonríe.

—Abuelo.

—Abu.—Dice Alex a medias.

Entro a la habitación.—¿Tienes sueño?—Le pregunto a Alex.

Alex asiente con la cabeza mientras estruja sus ojos.

—Vamos a llevarte a la cama.—Ryan lo carga y lo lleva a su cuna, ni bien lo acuesta, Alex se acomoda y se duerme.

Abrazo a Ryan desde atrás y beso su espalda.

—Eres el mejor papá.—Le digo y el se voltea con una enorme sonrisa.

—¿Tu crees?

Acaricio su rostro.

—Estoy completamente segura.—Le doy un tierno beso y el sonrie entres mis labios.

—Le daré a Alex todo el amor que mi padre no me supo dar.

Lo abrazo rodeando mis delgados brazos por su cintura.

—Lo estás haciendo bien cariño.

.

.

Hoy es su primer año de Alex y Lia, también su bautizo de ambos. Con Dylan y Tefi coordinamos para realizar el cumpleaños de nuestros hijos.

Baño a Alex y el empieza a jugar en la ducha.

—Basta.—Digo en un tono duro.

Alex deja de jugar y se deja bañar bien.

—¡Ya llegué!—Escucho que dice Ryan entrando a la casa.

—¿Encontraste la piñata?—Le pregunto.

Ryan entra a la habitación con la piñata de bob esponja.

—Aquí está.

—Es bellísima.—Tomo la piñata y Ryan me mira con los brazos cruzados.

—Puedo apostar que esa piñata la querias tú y no Alex.—Asegura Ryan.

—No.—Frunzo el ceño.—¿Yo por qué querría una piñata de bob esponja?

—Así como quieres a tus bragas de bob esponja.—Dice en un tono burlón.

—Las que extrañas quitar por las noches.—Me paso junto a el rozando su brazo.

Alisto todo para el cumpleaños de los niños y llevarlos al salón de eventos donde se realizara después de su bautizo.

Todos estamos listos para irnos a la iglesia, mi madre me manda un mensaje para decirme que ya están en la iglesia, al igual que la familia de Ryan. Me doy media vuelta para tomar la mano de mi hijo e irnos, cuando lo veo comiendo chocolate, sus mejillas todas embarradas de chocolate.

—¡No, no!—Le quito el chocolate y limpio su rostro.

Ryan aparece comiendo chocolate, él es el culpable de esto. Me paro y cruzo mis brazos a la altura de mi pecho.

Desde que te fuisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora