Desde que te fuiste

33. Se te acabaron las vidas.

Nicole

Llegó el gran día, mi boda, mi boda con Ryan.

Estoy tan emocionada, he pasado tantas cosas con Ryan, que no me cabe duda de que él es el amor de mi vida. Una decepción amorosa me hizo dejar de creer en el amor, hasta que llegó Ryan, con su cabello rubio, hermosa sonrisa y ojos bonitos, pero muy aparte de eso, me enamoré de su gran corazón, de su forma de querer.

No puedo creer que después de haberlo odiado, me terminé enamorando perdidamente de él, y ahora nos vamos a casar.

Me acuerdo de todo, desde la primera vez que lo vi, las absurdas peleas, momentos vergonzosos. Sonrio al recordar todos y cada uno de los momentos que he vivido con Ryan, y tendré muchos recuerdos más, toda una vida con él. Anécdotas que contarles a nuestros hijos, nietos y bisnietos.

-¿Lista?-Me pregunta mamá.

Me miro en el espejo, lista para ir a la iglesia.

Ryan me trajo temprano a casa de mis padres para poder alistarme, mamá y Tefi me ayudaron. Estoy súper lista y emocionada.

-Mi bella, estoy muy feliz por ti.-Tefi me abraza y empieza a llorar.

El embarazo la tiene muy sensible.

-Gracias amiga, te amo.

-Vámonos que se nos hará tarde.-Mamá me ayuda con el vestido para bajar las escaleras.

Andres me mira sorprendido.

-¿Quien eres y que hiciste con la fea de mi hermana?-Pregunta y me extiende la mano para ayudarme a bajar las escaleras.

Le doy un leve golpe en la cabeza.

-Chistoso.-Digo haciendo una mueca.

Andres se carcajea.

-¿Y el abuelo?-Pregunta mamá.

-Ya está en el coche.-Responde Andres.

-Dylan viene por nosotros, sino queremos arruinar el vestido unos cuantos nos iremos aparte.-Dice Tefi.

-¿Y papá?-Pregunto todavia con la esperanza de que haya cambiado de opinión.

Mamá aplana sus labios y niega con la cabeza.

Respiro profundo, no quiero que esto me afecte, se supone que tiene que ser el mejor día de mi vida.

-Ok. Vamonos.-Digo y todos salimos de casa.

Una limusina se detiene frente a nosotros, el chofer baja el vidrio.

-¿Nicole?-Pregunta.

-Si.-Respondo.

-Ryan Anderson me mandó para venir por usted, ¿lista para ir a la iglesia?-Asiento con la cabeza.

Esbozo una enorme sonrisa mirando a todos con emoción.

-Sube que se te hace más tarde.-Me ordena mamá.

Abrazo a todos y dejo un beso en la mejilla de mi madre.

-Nos vemos en la iglesia.-Me despido subiendo a la limusina.

El conductor acelera y vamos camino a la iglesia.

-¿Nerviosa?-Me pregunta el conductor.

-Un poco.-Respondo regalandole una sonrisa.

-Nos desviaremos por aquí, hay mucho tráfico y no quiero que lleguemos tarde.-Dice y tuerce por una calle desierta.

-¿Ryan ya está en el iglesia?-Le pregunto.

-Si.

Me lo imagino en el altar, esperandome. Muero de amor al imaginarlo.