4. Perdón por molestar

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Ryan

Tenía que ir a la empresa, mi tío me estaba esperando ahí. Era mi primer día en la empresa, iba a conocer a unos socios súper importantes y tenia que dar la mejor impresión.

Bajo rápido las escaleras y veo a Luke sin camiseta pasando con una cerveza de la cocina a la sala.

¿Y el mal ejemplo soy yo?

—¿Tú madre no está?—pregunto y Luke niega con la cabeza desde la sala.

Abro la puerta y acomodo mi saco, cuando levanto la mirada me sorprendo al ver a Nicole parada frente a mi.

—Hola Ryan.

Su voz hace que mi corazón palpite con rapidez.

—Ho-hola.—tartamudeo como si fuera un chiquillo nervioso. Carraspeo mi garganta y aflojo el nudo de mi corbata.—Hola Nicole.

—¿Está Andres aquí?—pregunta jugando con un mechón de su cabello.

Está nerviosa, lo sé porque siempre que está nerviosa juega con su cabello.

Cuando iba a responder que Andres no se encuentra aquí, una voz masculina nombra a Nicole.

Ella voltea para ver de quién se trata, yo salgo y miro en la misma dirección de Nicole y veo al moreno con el que ella a estado saliendo. Detrás del moreno está Andres con un libro en manos.

—Perdón por molestar.—Dice y cuando le iba a responder que no es una molestia para mí, ella se aleja y va hasta el moreno y su hermano.

Veo como se saludan, ella toma el brazo del moreno y lo hace pasar a su casa, me quedo mirando sin darme cuenta que Andres sigue afuera y ahora mismo me está mirando con el ceño fruncido.

Desvio la mirada y camino en dirección a mi coche.

Esta semana pensé en la traginada de casa al trabajo, no podía andar en taxi todo el tiempo, así que compré un coche, no de esos coches de lujo como el que tengo en Nueva York, es uno pequeño y comodo. Tal vez se lo deje para Luck cuando me vaya nuevamente a Nueva York.

Llego a la empresa y todos me ven con curiosidad, algunos murmuran entre ellos y otros simplemente no me dan importancia.

Subo por el ascensor junto a dos hombres de traje y una mujer, una rubia muy simpática y con unas curvas muy pronunciadas.

Es bellísima.

Ella tiene unas carpetas y algunos papeles en sus manos, son muchos papeles a mi parecer.

Salgo del ascensor junto a ella, ella se sienta en un escritorio frente a la secretaria de tío Mark.

—Buenos días.—Saludo a la secretaria de tio Mark, veo su credencial que lleva su foto y su nombre. Al parecer se llama Charlotte.

—¿Señor Ryan?—pregunta ella.

Eso de señor como que me hace sentir muy mayor, pero también me hace sentir importante y respetado.

—Si.—Respondo sin ni una expresión.

—El señor Anderson lo está esperando.—dice mirando hacia la gran puerta de vidrio que está a lado izquierdo de su escritorio.

—Gracias.

Camino en dirección a esa gran puerta y la abro lentamente.

La oficina de mi tío es impresionante, tiene un gran escritorio de madera, detrás de su escritorio hay un gran ventanal que deja a la vista la inmensa ciudad. Tiene una silla frente a su escritorio, dos sillones de cuero a lado de un pequeño bar, y un mueble lleno de libros y algunas carpetas y expedientes supongo.

Desde que te fuisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora