Capítulo 27

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-¿Al final descubrieron la información que necesitaban? - Le pregunté a Exequiel.

-Si, el soldado nos dijo donde estaba su base. Atacaremos lo más rápido posible. - Hizo un ademan de sonrisa mientras ambos estábamos sentados en su cama.

-¿Podré ir yo? - Pregunté y él inmediatamente negó.

-Estuve pidiendo que te devolvieran a la academia. - Fruncí en ceño automáticamente con furia. No sabía si enojarme. 

Aunque la verdad si; lo hice.

-¡¿Por qué pediste eso?! - Le dije poniéndome de pie de sopetón, ¿quien se creía que era? Él no podía decidir por mi. Por ningún motivo.

-Debes cuidarte Ness. No estás en condiciones de luchar. - Me dijo restándole importancia con un tono de obviedad.

-¿Y quien decide eso? ¿Tú? - Le apunte con el dedo escupiendo mis palabras, estaba en buenas condiciones, según yo. No dolía ya casi a menos que pasara mi mano de forma muy fuerte, pero no era tan idiota como para hacerlo.

-Tienes que ser sensata. No puedes dejar que te domine ese orgullo. Además piensa, serias una carga. - Auch. Eso me dolió más que la misma puñalada. No evite poner mi cara de decepción total.

-Se que duele, Ness. Pero es la verdad. - Si que era bueno para decir las cosas de frente y tampoco tenía sensibilidad al decirlas, estúpido O'Connor.

Me levanté sin decir nada y salí de su tienda. Ignoré sus llamados, no lo quería dejar ni siquiera explicarse o que pidiera perdón. Estaba demasiado resentida.

Estuve en mi tienda sin salir por el resto del día. Y era uno de esos momentos en los que prácticamente medita por hora sobre como llevas tu vida, a mi mente vino la misión, y mi puñalada. Desde ahí que no me llamaban a ninguna misión, desde que había vuelto herida, solamente me dejaban hacer guardias, y la mayoría de día. Me sentía mal. Me sentía inútil.


Estaba recostada en mi cama, habían dos chicas conmigo en la tienda, pero hacían como si yo no existiera, Natan y Eloy estaban de guardia, así que estaba ultra aburrida.

Hubiese estado haciéndome mimos con Exequiel, pero el muy odioso lo había echado a perder, apreté mi boca tratando de contener la rabia que aun sentía por su maldito comentario.

Refunfuñé.

El silencio era evidente, ya casi  todos dormían, incluyendo las chicas de mi tienda, hasta que de un momento a otro, un fuerte estruendo resonó dando paso a una fuerte balacera.

Las chicas se levantaron presurosas.

-¿Qué mierda? - Preguntó una antes de que una granada estallara cerca de nuestra tienda, lo que fue suficiente para lanzarnos con fuerza.

Me levanté del suelo rápidamente y tomé lo primero que pude, o sea mi arma, y salí observando en panorama.

El enemigo nos había encontrado, y nos estaba atacando.
Mi corazón latió con fuerza. Debíamos defendernos, no podíamos perder a nadie en un maldito ataque sorpresa.

Pensando en que acciones tomar una explosión dio lugar a las tiendas del lado sur.

¡Exequiel! Gritó mi mente. Sentí el temblor y el miedo en mi cuerpo, así que eche a correr simplemente como alma que lleva el diablo.

Veía a los enemigos arremeter con todo, los disparos iban y venían cuando divisé a Eloy luchando contra un soldado enemigo. Apunté mi arma directo a su cabeza y disparé.

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