Capítulo 29

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Desperté en una habitación muy húmeda y oscura. Estaba  amarrada de brazos, y frente a mí, él... Exequiel estaba mirandome con algo de reproche.

-No tenías que haber vuelto. -fruncí el ceño.

-No iba a dejarte solo.-mi voz sonó ronca.

-Eso daba igual. Mira en la situación que estamos. - Continuó, era facil que este chico me hiciera enojar. Era un maldito terco.

-¡Deja de protegerme tanto! Yo puedo cuidarme sola, ademas solo tenemos que enfocarnos en salir de aquí. - Le dije como si fuera obvio, manteniendo mi  tono de voz algo duro y ronco.

-¿Qué no entiendes, Ness? - preguntó-¡No saldremos nunca de aquí!

Me sentí temblar. La verdad era bien tonta para no haberlo analizado, o sea, eramos simples rehenes de los cuales podrian deshacerse con facilidad. Aunque dicen por ahi, la esperanza es lo unico que se pierde, ¿no?

La puerta enorme de acero se abrió haciendo un chirrido horrible, y le dio paso a una chica, bastante guapa debo decir; era rubia y de ojos verdes, y a juzgar por el uniforme, era un soldado.

-¿Qué tenemos aquí? - su tono de voz burlón sólo consiguió que me pusiera más irritable.

-Ellos descubrieron la base. - Explicó otro soldado, que estaba a su lado. 

-Whoa. Me sorprenden bastante. ¿Cómo lo hicieron? - Preguntó. Pero ambos nos quedamos callados. Yo por mi parte, no tenia idea de que responder, ya que nunca nos informaban nada.

Y al parecer ella no era muy paciente, se acerco a Exequiel y lo observó por segundos y posteriormente le dio un duro golpe en el rostro.

-¡Habla! Sería una pena dañar este hermoso rostro, ¿no? - Dijo la chica observándolo mas de cerca.

-¡Déjalo, perra! - A la chica al parecer no le agradó nada el apodo que le puse, ya que se volteo de manera abrupta y me propinó un fuerte golpe.

Me quejé del dolor, la madita tenia la mano bastante pesada.

-No te metas cuando hablo, linda. - Dijo la chica y volvió a mirar a Exequiel.

-¿No hablaras? - Mi chico se mantenia firme, sin ninguna expresión en su rostro. Era bastante leal a la información, él era capaz de morir y aun asi no diria nada.

La chica sola lo golpeó en reiteradas ocasiones, pero él, a pesar de tener ya su boca sangrando, y su ojo totalmente morado, la ceja partida, no emitió sonido alguno.

La chica se acercó a mi de forma maliciosa.

-Veamos si tu eres capaz de hablar-¿Qué la hacía pensar que diría algo? De todas maneras no podía decir nada, pues ¡No tenia idea de que mierda queria que le confesara!

Me negué rotundamente, y como consecuencia recibí una serie de golpes, bastante fuertes que me dejaron si aire.

Exequiel tensó la mandibula, creo que hasta escuché sus dientes crujir, su enojo era evidente y trató de soltarse las amarras de forma inutil.

-¡Déjala, maldita sea! - Gritó con rabia, la chica solo rió burlona.

-¡No me digas que ustedes dos tienen algo! - Se burló. - Eso cambia todo, chico.- La mirada de Exequiel pasó a una horrorizada.

La chica llamó a otro soldado, uno basante grande, quien entró a la habitación y esperó las ordenes de la misma.

-Enseñemosle a estos quien manda.-Dijo se forma siniestra. El soldado sonrió de medio lado, y se acercó a mí, y de un solo tirón rompió parte de arriba de mi uniforme, y con sus manos asquerosas comenzó a tocarme.

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