Epílogo

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Pasamos por muchas cosas, perdimos amigos y compañeros; perdimos familiares, pero aún así nos supimos levantar para continuar con nuestras vidas sin dejar que nada nos venciera.
Los militares debíamos tener ese poder de resiliencia.

Y ahí nos encontrábamos ahora... 


Tratando de superar nuestro nuevo reto, el cual era bastante difícil...

Mi frente sudaba en exceso, sentía mis labios temblar, mis nervios estaban a flor de piel. Mis manos vibraban. Mi corazón latía con fuerza golpeando mi pecho. De esto dependía mi vida... Mi honor...

Hasta que mostré mi mano con unas tijeras.

-¡Te gané! - Vi la mano de Amanda quién había sacado piedra.-Debes tomar el vaso de golpe.

Hice una mueca prácticamente indignada,  tomé el vaso de vodka, y de una sola vez bebí todo el contenido. Los gritos eufóricos se hicieron presentes mientras yo me sentía más feliz y más animada.

El maldito alcohol ya comenzaba a hacer estragos en mi cuerpo. Y sentía el calor correr por mis venas.

Estábamos en la fiesta de Rubén. Todos disfrutando, compartiendo y pasando un buen momento.

¡Incluso los novatos estaban allí!

Todos disfrutaban como si no hubiera un mañana, y bueno, no siempre teníamos la oportunidad de celebrar en la casa de Rubén.

Ok, eso no era una casa, era una maldita y enorme parcela con piscina, así que todos estábamos vueltos locos.

Observe a un costado. Mi Amalia estaba bebiendo junto con el grupo de novatos de Eloy. Reía a más no poder.
Sonreí para mis adentros.
Su ánimo mejoraba notablemente.

La música sonaba en toda su potencia, y mi euforia estaba por sobre mi sentido de razón.

Ahí empezó a sonar "el anillo" de J-Lo.

-¡Vamos a bailar! - Grité yo tomando la mano de Exequiel quien estaba a mi lado muriendo de la risa.

-No se bailar. - Me dijo con su cara preocupada.

-¡Eso da igual! - Lo obligué a ir conmigo.

Nos centramos a un lado de Natan y Meredith Carter.

...

...

...

Espera...

¿Natan y Meredith?

¿De qué me perdí?

Ambos bailaban demasiado pegados para mi gusto, no sabía si ambos estaban pasado de copas o no, pero ahí definitivamente ocurría algo.

Exequiel volteó mi cara la que tenía casi la boca hasta el suelo.

-No los mires tanto... - Dijo acercándose a mi, obligándome a observarlo.

-¿Desde cuando son tan cercanos? - pregunté aún sin creerlo. Mis ojos estaban chinitos.

-Hmm, no lo sé. Es la primera vez que los veo al igual que tú.

Asentí y traté de borrar cualquier pensamiento de mi mente, solo debía enfocarme en mi chico que me miraba con una bella y encantadora sonrisa.

-Nunca había sentido algo tan grande y me vuelve loca tu lado salvaje... - Cantaba mientras movía mis caderas al ritmo de la música.

Me sentía llena de pura adrenalina. Mi corazón latía de emoción, mis pies dolían pero no podía parar. Más bien, no quería.

Observaba a Exequiel moverse al ritmo de la música.

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