Tiempo sin verte

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Las mantas están calientitas, mi respiración relajada y un cansancio que me invadía, lentamente me quedé dormida y lo primero que veo son unos ojos azules que me miran con curiosidad.

No me había dado cuenta de que estaba sobre alguien y ese alguien me tenía abrazada de la cintura, una cabellera castaña se posó sobre mi cara. Al enfocar bien la vista logro identificar al extraño, bueno ni tanto, tiene unos rasgos que me parecen conocidos, esos ojos ese cabello juraría que la e visto en alguna parte... Pero dónde?... Mi mente empieza ha atar cabos hasta que lo reconozco del todo, después de 7 años lo veo de nuevo, el arrogante que me pareció lindo y he de admitir que es aún más buen mozo ahora, su cabellera es más larga de a como la recuerdo.

-Hola arrogante, me extrañaste?
El comenzó a reír su risa era ronca y sin duda muy linda, se le cerraban los ojos de una linda manera y por primera vez, después de tanto tiempo escuche nuevamente su vos ahora era un poco más ronca que antes, simplemente perfecta.

Que estoy pensando.

-No te juzgo, cualquiera extrañaría a esta belleza.

Reí levemente y me sonrroje, le daré una probadita de su propio chocolate.

-Gracias, se que soy muy hermosa, pero que me lo digan a cada rato enfada.

Ambos empezamos ha reír por mi ocurrencia, sentí como su agarre a mi cintura se hacía más fuerte y como recostaba su cabeza entre mi cuello y mi hombro izquierdo al mismo tiempo que aspiraba profundamente, coloque mis manos sobre las suyas, para después darme la vuelta y abrazarlo fuertemente, lo que escuche después me dejó sin palabras.

-Te extrañe mucho pecosa.

Lo abrace con más fuerza y el ha mi, no quería despertar, no sabía cuándo lo volvería a ver, o si almenos lo llegaré a conocer algún día, yo quiero verlo, necesito verlo, sentir verdaderamente que me abrace con fuerza como lo hace ahora. Sin quererlo aún me separé lentamente de el, miraba a sus ojos y son lo más hermoso que he visto en mi vida, nuestras miradas se encontraron, me gano la pena y volte hacia otro lado.

Sentí como me tomaba del mentón y mi piel de erizo ante su tacto, me hizo ver hacia su rostro, mientras se hacerca a cada vez más y más y entonces......






Desperté.

El sol se asomaba por mi ventana y sentí mucho frio en la mitad de mi cuerpo entonces me di vuelta y allí estaba Candy, dormida como si nada y con mi cobija para variar, entonces abrió los ojos y se estiró como gato.

-Buenos días Sophie.
Me sonreía mientras se tallaba los ojos.
-Eran buenos asta que me descobijaste.
Ambas estallamos en risas, y de un impulso nos sentamos en la cama, mientras nos contábamos mutuamente nuestros sueños y al parecer el mío fue el más interesante.
-Fue un sueño de lo más lindo, me gustaría poder soñar hací seguido.
Ella tenía cara de enamorada sin duda disfruto de su sueño y eso me alegra. Después de un rato ella se fue a su habitación para arreglarce y bajar ha desayunar, yo solo yo me di un baño me hize mis dos coletas con moños de color rosa que fueran con mi vestido este era de un rosa pastel con encaje en el pecho, mangas y la falda, por último me puse unas botas blancas, ya lista, salí de la habitación y me dirijo a a las escaleras cuando ví que Candy salía de su habitación, estaba contenta, ella venía tarareando una linda melodía, me detuve ha esperarla ya juntas bajamos las escaleras tarareando la misma melodía, saludando a todo aquel que encontrábamos en el camino, vimos a los hermanos Corwell aún en bata y pantunflas y con el cabello algo despeinado al vernos se sonrrojaron mientras se miraban, se metieron a sus habitaciones casi volando. Seguimos nuestro camino asta encontrarnos a la tía abuela con su arreglo tan pulcro como siempre, le dimos los buenos días y seguimos nuestro camino al comedor, ya estando allí tomamos asiento juntas mientras esperábamos a los demas. En menos de cinco minutos ya estábamos todos en la mesa charlando un poco mientras nos servían.
A decir verdad, a mi nunca me gustó el que me sirvieran sabiendo que lo puedo hacer yo perfectamente sola, más cuando intente levantarme de la mesa, la tía abuela me dijo que no era necesario hacerlo, después de todo ya estaba todo listo, sin más, ya resignada me senté con los demás, mientras pensaban en un tema de conversación, y fue entonces que Anthony nos preguntó.

-Chicos díganme, que pasó con sus alas la última vez que los vi las tenían en su espalda, pero ahora no veo nada.
Me parecía obvio que nos llegarían ha preguntar eso, pero después ví las caras de Archi y Stear, al parecer no entendían de que hablábamos. Antes de responder, Stear pregunto.
- Como está eso de que tienen alas? Yo los veo perfectamente normales.
Nosotros tres nos miramos y comenzamos a reír levemente.
Buscamos aprobación en el rostro de nuestras tías las cuales asintieron dándonos autorización, hací que nos levantamos y les dimos el susto de sus vidas a los hermanos Corwell, cuando se encontraron unas alas de 1.50 que tomaban color a nuestras espaldas, pobrecitos perdieron todo color en sus caras.
-Veo que aún las tienen me alegra.
Anthony nos sonreía alegremente, sin tomar en cuenta la cara de susto de sus primos parecían en shock el primero en reaccionar fue Archi.
- Porque tienen alas?
Era lógico que preguntara eso, hací que mientras Stear salía de su shock, pensaba en una forma de explicarlo sin confundirlo.
-Bien, pues veran, nosotros nacimos hací, es por herencia, por parte de nuestro padre, hací que, en pocas palabras somos muy poco comunes.
-Y pueden......ya sabes........volar?
Preguntó Stear mientras hacía como unos aleteos con las manos.
-Si, quieren ver?

Todos asintieron con una sonrisa, de todas formas ya habíamos terminado de desayunar, incluso la abuela Elroy salió a vernos es la primera vez que lo hace y eso me da nervios, salimos del hermoso comedor y nos dirigimos al jardín de las rosas ya estando al aire libre desplegamos nuestras alas y con un aleteo ya estábamos en los aires, los veíamos en el suelo parecían muy emocionados incluso la abuela quien nos miraba con una leve sonrisa, bajamos lentamente, provocando unas oleadas de viento un poco fuertes.
-Chicos quieren intentarlo es muy divertido.
Morgan les dió esa sugerencia, pero ellos lo tomaron por loco.
-Y como esperas que volvemos si no tenemos alas mmm ?
La pregunta de Archi era muy cierta, asta que se me ocurrió la maravillosa idea de darles sus propias alas, Candy y Morgan estaban deacuerdo, hací que no esperamos más y nos acercamos a ellos seguros de lo que hibamos a hacer.
-Chicos, díganme quisieran tener alas propias?
Les pregunto Candy mientras sonreía, ellos asintieron no muy seguros y dijieron un “SI” al unisono.
Los llevamos hacia adentro de la habitación de Morgan para que mis tías no nos vieran.
Nos paramos tras ellos y tanteando la mitad de la espalda alta de Archi di un pequeño estirón.

Su ropa se rompe.

Otro estirón.

Columnas se asoman en su espalda.

Otro estirón.

Nuevos huesos de forman y se asoman.

Otro estirón.

Los huesos con carne y piel es tan en sus espaldas.

Un toque enmedio.

Plumas blancas se asoman en estas, asta que tienen un hermoso plumaje que los hace ver cómo angeles caídos del cielo.
Bajamos nuevamente al jardín.

Mis tías miran estáticas la escena, a la abuela casi le da un infarto de la impresión.

Mi Futuro Es ContigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora