Capítulo 15.5: Sanación.

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Los mayores tragaron saliva. Nunca se esperaron que Chenle les iba a contestar de esa forma, aunque ya lo había hecho un par de veces. Pero jamás gritando.


Lo peor de todo: Tenía razón. Ellos no tenían excusa para estar tristes cuando él tenía de sobras y no lo hacía.

El chino dirigió sus ojos de nuevo a su mayor. El castaño se secó las lágrimas y besó al menor. No supo el porqué, pero no se arrepintió.

Estampó sus labios contra los del otro para saborearlos bien. Ahí se dió cuenta de que tenía restos del labial de anoche. Mirarlos labios y encima con un color que los resaltase más se hacía más que irresistible.

El mayor se lamió los labios viendo la escena. Entonces Chenle asustado vio la manera de cómo lo miraban. ¡Ahora no era el momento!

(...)

—Maldito Seas Chenle... Eres tan caliente...

El pelinegro intentaba hablar mientras enterraba sus besos por el cuello, pecho y clavículas de esa piel tan tersa y blanca. Una fragancia suave a vainilla con limón le daban más ganas de lamerle y dejarle alguna que otra marca.

—A-ah... Ahí no, Jeno hyung...

Sus gemidos aumentaban, cosa que era como jugar con fuego. Cuando más pedía que se detuvieran más gemía, lo que no ayudaba mucho.

El castaño besaba su miembro para luego envolverlo con su lengua y hacer un delicioso recorrido de arriba a abajo, todo eso acariciando dentro de la ropa interior,como si se le hubiera perdido algo ahí.

—J-Jaemin hyung lo H-hace muy bien...

Respondió con una mirada y una sonrisa. Después de más caricias y besos lo sentaron de rodillas. Estaba tan duro... No podían evitar ver su erección siendo castigada por una Zelda de encaje de algodón tan suave que lo torturaban.

Temblaba en todos los sentidos, le daba mucha vergüenza que lo observaran tan profundamente y más si era ahí.

—N-no lo miren tanto...

El color de sus mejillas era muy predominante y fuerte, no tardó en expandirse por toda la cara para luego taparse.

—Eres tan lindo. Eres un bebé.

—Sí, es nuestro bebé —declaró Jaemin.

Eso les dió una idea. Se miraron automáticamente, estar varios años juntos desarrollaba pensamientos espejo. Siempre pensaban en cosas iguales o parecidas.

—¿Bebé quiere leche? —dijo el pelinegro mordiéndose el labio.

Antes de que Chenle pudiese preguntar nada sintió algo grande y cálido en la garganta.

—¡Eres Malo, Jeno! Te me has adelantado...

Chenle escuchó la súplica de Jaemin y envolvió su miembro con su mano derecha y acarició esta delicadamente.

Besó la punta y la introdujo a su boca repetidas veces con su boca en forma de «O». Jeno sentía esa sensación húmeda y cálida, Chenle se movía demasiado bien. Aparte que movía su trasero un poco y decidió darle alguna que otra nalgada.

🗝 𝐄𝐥 𝐒𝐢𝐫𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐋𝐞𝐞 🗝 | ᴄʜᴇɴʟᴇ × ɴᴄᴛ ᴅʀᴇᴀᴍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora