Capítulo 20: La verdad.

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—Lee Seung Hyun, fue acusado de abuso sexual a un menor. Este hecho ocurrió hoy por la mañana. El joven es originario de China y ofreció sus servicios como limpiador doméstico en Agosto del año pasado. Y los testimonios aseguran que justo al fin de estos, se encontraron con el menor sin ropa y varias marcas y heridas graves por todo el cuerpo. Ahora mismo se está haciendo un juicio privado en el que sólo la familia del agresor y la víctima estarán presentes... —explicó la presentadora de las noticias.

La señora Lee, era muy joven, así como madura, inteligente y fuerte. Obvio, se divorciaría, pagaría una gran indemnización por daños causados, una disculpa como mínimo a su familia y contrataría a un psicólogo.

Una gran reunión familiar entre la madre y sus hijos estaba pendiente. Chenle se le pagó muchísimo dinero y podría hacer lo que quisiese.

—Bien. Antes de hablar me gustaría que hables tú, Renjun. —dijo bastante seria y con la cabeza en alto.

El mencionado tragó saliva, desvío la mirada se cruzó de brazos.

—¿Qué te hizo cambiar de querer fastidiar al pobre de tal manera a sacar los platos sucios de mi ex marido? — Sí, lo superó pronto, le costó mucho, pero lo hizo. Esto fue admirado por todos los del salón.

 —Fueron por dos cosas... O incluso más... La primera fue encontrarme con aquellas últimas páginas. Fue horrible como tu propio padre describía cosas tan obscenas y enfermas sobre nosotros. Si hubiese una palabra para definirlo perfectamente sería «morbo». — Todo aquello lo decía frío, sin ningún tipo de sentimientos. Como si no tuviera razones para vivir—. Pero en realidad, esto es lo secundario... La verdad es que dejé de leer cuando supe de el por qué nosotros estamos aquí. Me dolió leerlo, yo por mi parte ya lo sabía. Pero saber que los demás también tenían razones para llorar y recordar que no pertenezco esta familia una y otra vez... Fue una estaca. Pero si seguí leyendo fue porque anoche te vi que fuiste víctima. Sabía que él era un hombre bastante corrupto, pero yo lo admiraba. Después de todo, él me adoptó. Sus ideas siempre fueron bastante conservadoras y crecí pensando que eso era lo que debía creer y hacer. Quería que el estuviese orgulloso de mí. Por eso pensaba que la división entre clases era importante... Que los roles asignados para cada persona se debía cumplir... Que la homosexualidad en realidad es la ignorancia por el sexo contrario... Cosas así. — Guardó silencio durante unos segundos y continuó con algo de dificultad—.  Yendo al grano... Fue por ti, madre. Mi visión de que él era el hombre perfecto encarnado se rompió como si fuera un espejo. No sabía que podría hacer algo como eso, obligar a mi figura materna...

La mujer asintió. No se sabría exactamente en qué pensaba al escuchar todo eso, tal vez se podría hacer una idea, pero se tendría que suponer mucho. Silencio es lo que hacía estos momentos más desgarradores. Nadie sabría tocar el tema.

 —Bien, gracias Renjun... Verán... Os contaré la historia desde el principio sin perder ningún tipo de detalles... Yo trabajaba de oficinista cuando recién me gradué de la universidad. Puesto a que se necesitaban empleados, tendría un puesto fijo y necesitaba de comer. Los primeros meses me fueron como lo que me hubiera esperado, nada del otro mundo. Sin embargo, no tardó en tener altibajos... Cuando me quise dar cuenta estaba rodeada de estrés y me iba a dar algo. En el momento más oportuno, como si de un milagro se tratase apareció un apuesto hombre que me ayudó a levantarme puesto a que nos chocamos. Era uno de los superiores de la empresa, vio en el estado en el que me encontraba y me dedicó unas dulces palabras y que si necesitaba ayuda le llamara, para así darme una tarjeta con su nombre y su número de teléfono.  «Lee Seung Hyung». Desde una buena temporada no lo volví a ver pero me ayudó increíblemente desde las sobras. Siempre que volvía a mi puesto de trabajo me traía cestas con comida, dulces, alguna bebida o simplemente alguna nota escrita a mano en donde habían cosas preciosas que siempre me alegraban el día, me enamoré de él. Y eso sólo fue el comienzo, desde la primera nota dijo que se interesó por mí. Que estaba ocupadísimo, pero eso no era obstáculo para demostrarme aprecio y decirme que era muy especial. Me invitó a cenas de lujo de la empresa, me regaló un coche, yo ya me estaba asustando un poco. Porque yo no quería sólo bienes materiales, yo quería saber sobre esa maravillosa persona que gracias a ella ascendí en el trabajo y siempre hacía que desapareciese cualquier rastro de negatividad. Estaba... Infinitamente agradecida, quería conocerle. Aunque hubo una temporada en la que casi no hubo rastro de él hasta que volvió de nuevo a su lugar de trabajo, por fin lo pude ver de nuevo físicamente. He de decir que no me acordaba mucho de su físico, pero es tal como me imaginé. Un hombre alto, muy guapo, elegante y buenos modales. Me dedicó una sonrisa y desde entonces quedábamos, no tardamos en hacernos pareja. Aunque... Algo se perdió desde que volvió. Notaba que era todo un príncipe azul y todavía estaba agradecida lo que hizo por mí, pero cuando comparaba aquellas cartas diciendo lo especial que era, las capacidades que tenía a que él simplemente mencionándome lo guapa que me veía, lo bien que me quedaba la ropa que me encontró, sus actitudes caballerosas se notaban algo forzadas, pero no por ello malintencionadas. Y más pronto que tarde supe que toda rosa tenía sus espinas. Él era un ninfómano, todo un maniático sexual. Al principio él me propuso normal tener sexo, pero cada vez sentía que me acercaba a la boca del lobo. Tenía fetiches muy exóticos y fuertes a mi parecer, cada vez me parecía más desgarrador la idea de tener relaciones con él. Ya no me trataba como antes, ahora sólo quería una cosa, todo el día. Yo me sentía mal, se lo debo, parecería una desagradecida, una aprovechada, una buscafamas. Pero por otra sabía que mucho menos estaría bien que me obligara si yo no quería. Eso tenía que parar y decidí qie nos diesemos un tiempo, él dijo que tenía un viaje de negocios y todo bien. Volvió como prometió y seguimos una vida normal, si por normal es estar aburrida de todo en una mansión y que hablen de ti hasta por respirar con un marido que no estás segura de si te ama. Quise solucionarlo y para formar una bonita familia adoptamos a un precioso bebé de China. Así pensé que nuestros Lazos se atarían, pero no pasó exactamente porque un día de gratis apareció una extranjera con aires de superioridad entregándome a un niño que no era mío, pero que a partir de ahora sería mi hijo, legalmente. Ahí me estalló una vena y le solté las cuarenta. Pero no se podía hacer nada, yo no podría sacar adelante dos niños solas sin trabajo ni hogar porque él no los quería tener si no estaba yo,  tendríamos que vivir con el maldito de vuestro padre. Pero al menos creceríais sin que os faltara nada, con un padre y una madre formando una familia visiblemente perfecta por fuera. De la nada resulta que la virgen me castigó por ser tan desgraciada y me hizo serlo más pues estaba embarazada. Pero no me sorprendía para nada, debería estar agradeciendo que no tenía ninguna enfermedad todavía. Entonces fui al hospital y sería un niño, estuve esperando los meses y para mi mala suerte iban a ser mellizos. Y saldrían antes de tiempo y en fechas distintas por lo que se quedarían los meses restantes de gestación en una incubadora.
Quería llorar pero tenía que ser fuerte, iba a sacar a todos mis hijos adelante sí o sí. Cada día iba con Mark y Renjun a verlos si estaban sanos. Uno se parecía mucho a nosotros y el otro salió algo morenito y gracioso. En esos días conocí a otro hombre que me conquistó en muy poco tiempo, quería sentir adrenalina, él me hacía sentir lo que nunca lo había hecho vuestro padre. Pero el romance tenía que ser cortado así que dejamos de vernos, y bueno... Ahora tendríamos la fiesta del siglo pues cuando por fin mi cuerpo regresó a la normalidad resulta que de nuevo estuve embarazada y fue del engaño. Estaba aterrada, no podría hacerme a cargo de alguien más. Quería llorar y obviamente Seung se enfadó a pesar de que él también me fue infiel y me pegó una que nunca lograré olvidarme. Para más fiesta cuando ya teníamos a los hijos suficientes me sale con que adoptaramos a un niño más y en concreto. 2 años pasaron y ya habría otro cambio en mi vida. Para enterarme de que era otro engaño. Ese hombre nunca paraba con las hormonas, me tenía harta. Siempre caliente todo el día y con su asquerosa forma de ser. Borde, arrogante, conservador, hipócrita... Todo lo contrario a lo que me imaginé. Así cambias de ser una recién graduada de universidad a una figura pública sosteniendo a seis hijos con un calenturiento.

Todos estaban asombrados y con los ojos llorosos. Nunca pensaron que la historia de su madre fuese así. La abrazaron entre todos para llorar también por saber la cruda realidad de su existencia. Esa faceta de su padre jamás la vieron, sí sabían que era un pervertido. Pero jamás que llegaría hasta tal punto.

Continuará...

🗝 𝐄𝐥 𝐒𝐢𝐫𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐋𝐨𝐬 𝐋𝐞𝐞 🗝 | ᴄʜᴇɴʟᴇ × ɴᴄᴛ ᴅʀᴇᴀᴍ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora