Capitulo 29. Desesperanza.
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Kenji Uchiha era un celoso de primera y envidioso en igual proporción, de niño comenzó a odiar a su hermano porque su padre le demostró mayor favor al ser este 'niño bueno', buscó toda su vida convertirse en el hombre perfecto combinando los mejores bloonline y por fin se dio cuenta que para ello debía de experimentar con los Uchiha que fue la rama que el inició, cada vez que aparecían prodigios en el clan el los abordaba para tenerlos a su disposición y se encargaba de destrozar las relaciones de hermanos, casos como Madara que cuidaba de Izuna e Itachi protegiendo a Sasuke le retorcía la tripa de coraje, los hermanos deben de odiarse.
Sus labios se curvaron en una mueca desagradable al observar como el Hokage del futuro le plantaba cara porque sus experimentos genéticos estaban destrozando la aldea.
-Kenji Uchiha- dijo sin emociones el rubio.
-Namikaze Naruto- siguió el otro.
Y luego solo unos segundos de contemplación antes de que se fueran uno contra el otro a una velocidad vertiginosa, con golpes poderosos y jutsus impresionantes que dejaban con la boca abierta a más de uno.
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El Raikage estaba con la quijada desencajada, muchas delegaciones de las demás naciones llegaron haciendo a Konoha su base de operaciones en la guerra contra Kenji Uchiha y ahora sus shinobis combatían con esas criaturas que parecían humanos y que los que no tenían un sharingan poseían un byakugan o peor, el legendario Rinnengan.
Pero eso no era lo que lo dejó congelado sino el impresionante combate del sexto Hokage con el bastardo que les declaró la guerra, Konoha estaba siendo devastada pero la mayoría de los aldeanos ya habían sido refugiados.
La tierra se estremecía al choque de las técnicas de esos hombres poderosamente inalcanzables, unos dragones de agua envestían a otros de fuego, aparecían criaturas que eran o bien disipadas o aniquiladas por enorme sapos porque los bijus se esparcieron a lo ancho de la aldea peleando con otras bestias y clones del bastardo. Eso último lo alarmó, los bijus dando todo de sí y no era suficiente.
Su corazón se aceleró al ver a jóvenes combatir con tal destreza y pasión que se dijo a sí mismo un tonto, ellos estaban esperando esto y daban todo, ese no era el momento de lamentarse o asustarse, era hora de luchar.
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Sai no se creía lo que su adulto hacía, esos clones o manipulaciones genéticas morían a diestro y siniestro pero no sin antes de llevarse a algún valiente shinobi con ellos, los más peligrosos eran unos con Rinnengan que aunque después de usar su poder una vez perecían, era suficiente para hacer mucha destrucción.
Gaara y él no se separaban por nada, si iban a morir esta vez, lo harían juntos, esperando que Naruto pudiera vencer al maldito Uchiha.
